Jueves 16 de Enero del 2014. Distrito glaciar, colonia gavilán, calle Rulfo. Escuela primaria Juan José Arreola n10. 10:55 AM
El sonido de un pesado ser corriendo a toda velocidad se percibía cuál leve temblor, llamando la atención del personal de seguridad.
Estando a la otra punta del salón, eun instinto se activo en Patricio, algo malo sucedía. De inmediato presionó el botón de pánico y toda la escuela se puso en alerta. Pero aún cuando cumplió con su deber, se armó de valor y tomando su pr-24 dijo.
—¡Los niños!
Cuando Patricio llegó a la entrada subterránea de los baños, fue sorprendido por un mounstro de tela morada, que derribo la puerta de un golpe.
Aunque sus piernas temblaban del miedo, igualmente preparó su pr-24 en modo largo y golpeó una y otra vez al mounstro; quién permanecía quieto.
—¡Mis golpes no le hacen nada! Es como golpear a un colchón.
El mounstro parecía casi reír y de un manotazo sacó volando el pr-24 de Patricio. Ésto lastimó su mano derecha y aún con el dolor punzante, desenfundó su taser y apuntó al pecho de la bestia.
Las puntas del taser salieron disparadas y se clavaron en su pecho, sin embargo la bestia ni siquiera se inmutó.
Soltando una sonrisa maliciosa, la bestia dió un zarpazo derecho que corto el brazo derecho de Patricio y posteriormente lo empujó 10 metros con un golpe de su cola.
—¡ZHEEEEPEEEER!
Sin prestar demasiada atención, la bestia corrió a su objetivo real, el aula 1A. Bloqueando las salidas con telarañas de tela se encargo de que nadie pudiera entrar o salir.
Perdiéndose en la oscuridad, Patricio vió por última vez la cola de la bestia y perdió el conocimiento por la perdida de sangre.
—Perdón, niños…
________Parte 2: Masacre.________
Siguiendo el protocolo, todas las aulas fueron evacuadas y esperaban huir por la salida de emergencia. Irónicamente al frente se encontraba Ernesto y sus amigos junto a Gabriela.
—¡¿Qué sucede maestra?!
—No lo sé niños. Pero pase lo que pase mantengan la… calma.
Las pesadas pisadas del mounstro delataron su presencia cómo algo casi inevitable. De las sombras su grotesca figura y su jadeo bestial aterrorizó a todos, menos a una persona.
—¡¿Pedro?!—Dijo Gabriela.
Está reacción hizo que el mounstro moviera la cola de alegría y acercándose cuidadosamente a Gabriela, tomó entre sus garras a su única amiga y la profesora para ponerlas detrás de él.
—¡¿Esa cosa es Pedrito?!
—Yo lo sé, puedo verlo en sus ojos, en su olor. Pero algo lo convirtió en eso.
La bestia se puso en cuatro patas e imitando a un toro gritó.
—¡ZHEEEEPEEEER!
Saliendo disparado contra más de 60 niños de no más de 6 años.
Describir que hizo es complicado pero digamos que un oso hace lo que hace por instinto y por hambre. En este caso, las bestias se alimentan y destruyen porque es su naturaleza.
Órganos, sangre, gritos y ropa llenó el pasillo dejando a Gabriela y la maestra desconsoladas.
Por un lado, la maestra tapaba su boca para contener su vómito mientras pensaba.
—¡Los niños noo!
Pero Gabriela permanecía en shock, observando sin parpadear la masacre pensando en una sola cosa.
—¿Ellos te convirtieron en esto, verdad?
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Parte 3: inacción.
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Mientras tanto en el salón 3B ubicado en un tercer piso, la masacre se escuchaba a lo lejos, causando terror en los alumnos. Pero uno de ellos temía más que el resto, era Kiparé.
—¡¿Que hago?!, ¡¿Que hago?!
Bajando las escaleras, Cristina se ancló a su brazo, temblando del miedo y buscó en el un ancla emocional.
—Kiparè ¿vamos a estar bien?
—S-Si, estoy seguro de que un héroe profesional viene en camino.
—¿Un héroe? ¡no digas tonterías! nadie es tan rápido para detener esto, ¡estamos muertos!—Dijo Estaban.
Kiparé lo miro con enojo y le gritó.
—¡Oye! No la asustes más de lo que ya está, se positivo.
Temblando, Cristina sintió un líquido caliente recorriendo sus piernas, se había orinando del miedo.
—K-kiparè… yo, me moje…
—Oh, no te preocupes por eso, no sientas vergüenza. Nadie lo sabrá si vamos al baño rápido.
El apodó “gotitas” de Kiparé venía porque Cristina constantemente se hacía pipí en la escuela y para cubrirla, él asumis la culpa. Por eso lo apodan gotitas.
Una vez fuera de la escuela, Kiparé volvió a preguntarse.
—¡¿Actuar o no actuar?! es un mundo lleno de héroes, seguramente alguien vendrá.
Pero el único héroe presente era aquel que dudaba sobre si actuar o no.
No fue hasta que los gritos pararon qué Kiparé entendió que era demasiado tarde, ya no había a nadie por salvar, el héroe jamás llegó.
—Yo….¡Yo debí actuar!
Entre lágrimas, Kiparé se fue lejos, dejando a Cristina al cuidado de Esteban.
—¡Oye, no te vayas!— Gritó Esteban.—No te preocupes Cristi, yo te cuidare.
—Pero yo lo quería a él.
—Lo sé….
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Parte 4: Horror.
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Corriendo a esconderse detrás de una barda, Kiparé se preparaba mentalmente para enfrentar su primera gran prueba.
—¡Fuí un cobarde!—Pensaba, mientras se transformaba en Ice.
Su piel morena se convirtió en blanca. Su cabello oscuro palideció cómo la nieve. En un parpadeo sus ojos se volvieron azules.
Vistiendo una chamarra azul marino de estilo deportivo con rayas blancas y capucha, un cubrebocas negro y la bufanda tejida por su hermana, Ice emergió como el héroe del momento.
Cambio su uniforme por una playera negra, zapatos deportivos y un pantalón azul marino, saltando literalmente a la acción.
En el tumulto de gente, Ice cayó del cielo enfrente de todos y con su aterrizaje congeló parte del suelo.
Fingiendo la voz, dijo.—Voy a entrar.—Avanzando sin mirar atrás, fue tomado del hombro.
—Niño ¡¿Estás loco?! Es muy peligroso.
—No soy un niño, soy un héroe. Mi nombre es Ice, el diablo de hielo.
Sin hacer caso, Ice entro corriendo a la escuela, buscando rastros de gente por evacuar pero encontró a un moribundo Patricio.
—¡¿Patricio?!
Ice estaba consternado por el estado de su amigo, quien yacía en el suelo derrotado y sin brazo derecho.
—No te preocupes, puedo arreglarlo.—Ice comenzó a cerrar su herida con hielo pero fue detenido por la mano de Patricio.
—¡No! te agradezco la ayuda, pero tienes que ir a salvar a esos niños, está en las aulas de primero.
—Patricio…
—Solo ve. Ten cuidado, esa cosa es inmune a los golpes y la electricidad.
Girando con determinación, Ice vió el pr-24 de Patricio y lo tomó, congelando lentamente el arma.
—O quizás no lo golpearon suficientemente fuerte. .
Corriendo hacia la telaraña del monstruo, Ice la atravesó fácilmente al cortarla con el pr-24 en modo largo, usándolo cómo una especie de espada.
Adentrándose al pasillo, sus ojos se adaptaron a la luz y vio algo que lo marcaría para siempre, una carnicería.
La sangre y órganos llenaban por completo el lugar, Pero más que la simple masacre el shock era que ninguno de los niños sobrevivió.
Únicamente quedaron la maestra de primero A y Gabriela, quien miraba calmadame la escena.
—Los niños, el se comió a los niños…
Dijo la maestra, en estado catatonico.
—Ya, ya. Se ha terminado.
—¡¿Pero por qué nosotros sobrevivimos?!
—Por qué Pedro nos tuvo aprec , nada más.
Ice no pudo ocultar su reacción. Primero vómito, después cayó de rodillas sobre la sangre y por último rompió en llanto.
—¡¿Todo esto, por qué no actúe?!
El dolor desgarrador en su alma era indescriptible, la culpa se transformó en un trauma y la escena en un fantasma imborrable que lo atormentará de por vida.
Tocando su brazo, Gabriela llena de sangre dijo.
—Héroe llorón, todavía hay a quién salvar. Se llevó a Ernesto al cuarto de caderas.
Volviendo en si, Ice recobró la confianza o mejor dicho, la convicción..
—Aún hay quién salvar, no es demasiado tarde… busquen refugio, me encargaré de la bestia.
—Si, vamos maestra.—Gabriela se llevó de la mano a la maestra traumatizada que seguía repitiendo.
—Los niños, los niños.
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Parte 5: Enfrentamiento
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Llegando al cuarto de calderas, Ice utilizó su visión nocturna e infrarroja para ver mejor en la oscuridad.
—¿Dónde se puede esconder una bestia de 500 kilos?
Gritos ahogados y saliva saliendo de la boca de la bestia eran una clara respuesta, en el techo.
El monstruo intentó aplastar a Ice pero esté dió un salto hacia atrás para evadirlo. Furioso por no matarlo a la primera, la bestia rugió.
—¡ZHEEEEPEEEER!
—¡Iceee! Mucho gusto, Zipper.
Esté intento de broma en parte se debió a que Kiparé notó cómo Zipper tenía amordazado al niño (Ernesto) pegado en su pecho.
Estilo de combate: Bestia textil.
Ataque: Rising fabric.
De la nada, 3 pilares de tela aparecieron en el suelo, los cuáles Ice apenas pudo esquivar pero chocando contra la pared.
—¡Diablos!
Zipper abrió la boca y su lengua se transformó en una mano de tela que utilizó para aprisionar a Ice. Acercándolo a su cuerpo, Zipper dió un salto y atravesó el suelo, llegando a una sala con casilleros.
Ice permanecía aturdido por el golpe pero Zipper no pensaba dejarlo descansar. Agarrándolo de las piernas, lo estrelló contra los casilleros hasta hacerlo pedazos.
Segunda muerte de Ice.
Sintiendo que su víctima murió, Zipper soltó su cuerpo sin percatarse de que el cuerpo de Ice comenzaba a regenerarse.
Dándole la espalda, Zipper escucho un último.
—¡Colder punch!
El poderoso golpe hizo volar a Zipper varios metros, atravesando 4 paredes. Pero entonces, un cansado Ice se dió cuenta de algo.
—Si era muy resistente a los golpes…
Zipper se recompuso y corriendo a 4 patas embistió a Ice y comenzó a golpear una y otra vez su cabeza con sus pesados puños.
Tercera muerte de Ice
Para evitar que regresará de la muerte, Zipper tomó su cuerpo inherte y lo pegó a una pared usando su tela.
Mientras huia aún con Ernesto en su cuerpo, Ice era lentamente cubierto de tela, había perdido.
—No…No te lo… lleves.
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