Chapter 72:

CAPITULO 6 PARTE 14: "Velmira"

Cronicas de Rigel


Estaba muy confundido. Antes tenía una sensación cálida de alguien tocándole los hombros; ahora sentía el peso de una pared entera mientras la sobrepasaba.

De un momento a otro, cayó al suelo, estuvo a punto de conectar dolorosamente contra él.
Ella lo tomó en brazos al caer como si nada. A Yuzuki no le era un problema sostener a Shiro mientras caía.

Shiro se apartó rápidamente tocando el suelo.
Ella simplemente se rió ligeramente.

—“¿Estás bien, no?”
—“Sí...”

Yuzuki avanzó ligeramente, observando el ambiente.
Estaban en una gran sala con una celda al frente, totalmente oscura; el piso era amarillo oscuro y las paredes eran grises.

—“¿Quién tiene tan mal gusto para los colores...?” —dijo Yuzuki, quejándose mientras observaba el ambiente.

Shiro estuvo por avanzar y observar el entorno, pero Yuzuki puso su mano sobre su pecho, deteniéndolo.
Shiro elevó la mirada.

Era totalmente gris y, aun en esa forma, no dejaba de pararse con orgullo; el clon de Selina se hacía presente.

Yuzuki soltó el pecho de Shiro y observó detenidamente al clon.

—“Retrocede, Shiro.”

Shiro no dijo palabra; asintió con la cabeza y retrocedió ligeramente.
El clon alzó su rifle, que era una extensión de su brazo, y apretó el gatillo una y otra vez.

Yuzuki desvió cada una de las balas con firmeza y sutileza, impulsándose hacia el clon.
Estuvo por cortarle la cabeza, pero una carta gris, como si estuviera “caducada”, apareció del lado izquierdo.

Yuzuki se sorprendió, pero no cedió; desvió al último instante el filo de su katana, evitando contactar por centímetros con la carta.
Ese movimiento fue suficiente para atravesar el pecho del clon de Selina.

Este no reaccionó, solo elevó la vista a Yuzuki, fulminándola con esa mirada vacía.
Yuzuki desvió ligeramente su mirada al lugar donde apareció la carta: un clon alto y esbelto con orejas de elfo se hacía presente.

—“Maldición... subiré el ritmo.”

Sacó su katana del pecho del clon de Selina. Otra carta salió disparada de las riendas del clon de Kaya, pasando entre Yuzuki y el clon.
Yuzuki dio pasos atrás y empezó a correr.

El clon de Selina, como si nada, empezó a seguir disparando.
Yuzuki desviaba cada bala, sosteniendo su katana con una sola mano.

El clon de Kaya lanzó nuevamente una carta hacia Yuzuki.
La espadachina no dudó, sencillamente desvió su cuerpo a un lado, dejando pasar la katana.

—“Espera...” —desvió su mirada tras ella.

La carta que esquivó iba hacia Shiro.

—“¡Shiro!” —dijo Yuzuki por impulso.

Shiro observó el ataque que impactaría con él; por unos momentos pensó en cómo soportaría el dolor, pero cambió de idea.
Trató de invocar la carta verde y luminosa con llamas verdes de Alma Rigel.

La carta fue invocada frente al pecho de Shiro, sosteniéndola con su mano. La carta caducada impactó, resultando en un choque pequeño y desilusionante.
Yuzuki suspiró de alivio y se distrajo.

El clon de Selina se impulsó hacia ella, listo para atacar.
Yuzuki lo observó, fulminándolo con una mirada asesina natural.

Elevó la katana y, en un pequeño movimiento, provocó un corte sutil de éter, cortando en dos al clon de Selina. El clon rápidamente se evaporó.

Yuzuki observó el polvo que caía y reconoció nuevamente al clon de Kaya, observándole de reojo.
El clon estuvo por hacer algo, pero se arrepintió; su cara se movía ligeramente a pesar de estar vacía. El clon se agachó en el suelo y apretó su cabeza.

—“¿Esta cosa es estúpida...?” —murmuró Yuzuki, su atención desvió a un ruido en la entrada.

Shiro escuchó pasos rápidos, ataques de katana que cortaban el aire y a alguien chillando.

—“¡Ayuda, ayuda, ayuda, ayuda, ayuda!”

Kaya estaba desesperada al lado de un Calius que se mantenía calmado, o eso creía.

—“¿Qué es el escándalo...? ¡Shiro, agáchate!”

Shiro, por instinto, miedo y una orden, se dejó caer al suelo. Kaya y Calius hicieron lo mismo.

Ella salió disparada como un rayo hacia la tormenta; la espada del clon de Yuzuki impactó con la katana original.

—“Pero qué... qué interesante.” —Yuzuki se mantuvo firme, sosteniendo el choque.

El suelo empezó a temblar ligeramente; nadie se dispuso ni tuvo el valor de interferir en tal impacto.

Shiro se levantó, escuchando una voz desde la especie de calabozo.
Caminó.

—“¡S-Señor Shiro! ¡¿Qué hace?! ¡Venga aquí por favor!” —dijo Kaya mientras el impacto crecía y se empezaba a formar un leve remolino.

Shiro se acercó y pudo diferenciarla.
Una mujer casi pálida, ojos celestes, pelo negro y algo corto, llegándole hasta los hombros.

—“¿Cómo te llamas?” —dijo con voz dulce y apagada, como si fuera un sistema.

Shiro se acercó un poco más, hasta estar a dos metros de la celda.

—“S-Shiro... Shiro Mimosa.”

La mujer no se sorprendió demasiado, solo abrió un poco más los ojos y los labios.

—“Yo...” —apretó los barrotes, poco a poco abriéndolos.

Calius y Kaya pasaron con cuidado al lado del tremendo choque de Yuzuki y su copia, tratando de traer a Shiro de vuelta, pero atentos al choque.

[...]

Shiro se sorprendía ligeramente por la fuerza de la mujer, que aparentaba su edad.

—“Yo...” —murmuró mientras poco a poco sacaba un pie de la celda.

Kaya y Calius se pusieron lado a lado, separándose un poco de él.
Finalmente, la mujer sacó una pierna mientras separaba los barrotes.

—“Tú...”

Su mirada fulminaba los ojos de Shiro de manera directa.

Yuzuki estuvo por ganar su choque, pero el clon se desvió totalmente. En un impulso, estaba por atravesar el corazón de Shiro.

Ni Yuzuki, ni Kaya, ni Calius tenían suficiente tiempo de reacción para ese instante.

La mujer habló en un susurro apagado.

—“Mi prioridad es protegerte.”

Finalmente, rompió los barrotes con fuerza y, en un movimiento digno de superar el tiempo, impuso su brazo contra la katana del clon de Yuzuki, provocando un leve choque.

Yuzuki no dudó y se impulsó a cortar el cuello de su copia, su mirada encontrándose con la de Yuzuki.

—“¿Quién eres? ¿A qué te refieres con tu prioridad?”

La mujer desvió su atención a Shiro.

—“Shiro Mimosa, usted por fin me ha encontrado. Felicidades por tener un progreso relevante conforme una de mis creadoras lo predijo.”

—“Progreso relevante...” —murmuró Yuzuki.

[...]

—“Creadores... ¿un robot?” —murmuró Calius.

La mujer no desvió sus ojos del rostro de Shiro.

—“Sí, soy un robot hecho únicamente para proteger a Shiro Mimosa. Tengo aspecto humano, pero soy un arma.”

Shiro estaba algo sorprendido; los fulminantes ojos de ella incomodarían casi a cualquiera.

[...]

—“¿Cómo te llamas?” —dijo Kaya, algo dudosa.

El robot por fin se dignó a desviar la mirada hacia alguien más.

—“Mi nombre es Velmira, mi prioridad es proteger a—”
—“Sí, sí, ya entendí eso, pero esto es muy raro y no tiene sentido...” —murmuró Yuzuki.

El piso empezó a temblar un poco; algo pasaba.

—“E-eh?” —balbuceó Shiro.
—“No te preocupes, es un temblor menor proveniente posiblemente de un combate.” —dijo Velmira con tono apagado pero neutral.

Yuzuki seguía en duda, pero no era el momento.

—“Después hablaremos de esto. De momento, vamos por Mimic.”

Yuzuki les dio la espalda y empezó a caminar hacia la salida.

—“Sugiero que se me conceda la pelea con Mimic.” —dijo Velmira.

Yuzuki se sorprendió por ello, desviando la mirada sobre su hombro hacia ella.

—“Eh...?”

Chaos
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