Polilla

Hoy conocí una polilla en la ventana, libre y feliz danzaba bajo la luz del poste que se asomaba frente a mi ventana. Era hermosa y estaba llena de vida, rápido noté como bailaba, siempre trazando el mismo patrón, un espiral ascendente, siempre acababa igual, un choque contra el vidrio de la lámpara, y de vuelta al principio. Quizás está polilla no es tan libre como parece. -Mis pensamientos empezaron a volar junto a ella- Verás polilla, no entenderás jamás como te desgastas -Empecé a pensar en voz alta- Solo desperdicias tu libertad persiguiendo una falsa luna, un falso norte, la naturaleza te maldijo con tu deseo de perseguir la luz, otrora te habría servido para lo que sea que la naturaleza dictaminó, pero hoy es lo que te hace esclava de esa lámpara, un destino lamentable para un precioso ser vivo. Ahí estaba yo, juzgando en voz alta los comportamientos de una polilla al borde de mi ventana ¿Es patético que un hombre se regocije de su superioridad ante un insecto?, No lo se. Pero ahí me mantuve.

   La visión del bailoteo de la polilla fue súbitamente interrumpida por su defunción, nunca dio señales de fatiga, mantuvo la misma energía incluso los segundos previos a su caída, pero de un momento a otro solo se detuvo, y cayó -Solo pude reír ante lo esperablemente inesperado del asunto- Un animal murió por sobresforzarse persiguiendo algo que no puede alcanzar. Que estúpidas son las polillas.