Chapter 10:
El Reino de las Garras: Tercera crónica, Red de Bruma - Volumen 3
Parte 1
En otro lugar del circuito se encontraba Ana montada sobre su compañero, Hera, una especie de dragón emplumado con 4 alas. En este momento se encontraba rodeada de 4 jinetes sobre sus respectivos dragones, estos jinetes vestían túnicas que cubrían hasta su rostro, solo dejando a la vista los ojos, estos eran del reino del desierto.
- Mierda, esto es difícil, lidiar con 4 al mismo tiempo y no parar para no perder distancia con los demás competidores de la carrera.
Uno de los dragones del desierto lanzo una llamarada quemando una de las alas de Hera, a lo que este dio un gran rugido mientras perdia altura y caia en picada.
- ¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!
- ¡HERRRRRRAAAAAAAAA MALDICIÓN!
Ana solo miraba todo el paisaje a su alrededor girara en espiral mientras sentía como los líquidos de su cuerpo querían salir de este, por cualquier orificio.
- No… No voy a perder aquí.
Rápidamente Ana uso las correas que estaban atadas hacia la cabeza de Hera para jalarla hacia arriba y tratar de recuperar el equilibrio.
Los 4 jinetes de la arena ya habían dado por hecho que Ana había caído y no se molestaron en mirar atrás por la velocidad, ellos eran un equipo, pero Ana estaba sola.
- ¡VAMOOOOOOOOOOS MALDICIONNNNNNNNN!
Hera ya se había estabilizado, pero seguía cayendo a toda velocidad, pero como si fuera un milagro, un wyvern se atravesó en la trayectoria de caída, y Hera aterrizo sobre la espalda de este, estrellándolo contra el suelo usándolo de colchón mientras que su jinete se azotaba una y otra vez contra el lomo de este.
Hera había aterrizado con éxito, y aparte del mareo, Ana se encontraba entera.
Ana dio un largo suspiro mientras que el sudor recorría su frente y le hablo a su compañero.
- Hera, ¿te encuentras bien?
Hera miro de reojo a Ana, y asintió como si entendiera sus palabras (porque realmente la entendía), a lo que Ana solo sonrió y hablo.
- Bien. Siendo así, Hera, elévate nuevamente, y devolvámosle a esos bastardos del desierto lo que nos hicieron el doble.
Hera cogió nuevamente impulso son sus patas traseras y empezó a volar, cuando cogió nuevamente velocidad, unas bolas de fuego impactaron cerca de ellos, más específicamente en unas columnas de roca que se encontraban cerca.
Las bolas de fuego fueron lanzadas por dos dragones que venían en dirección de Ana, al ver su ropa, que eran trajes de cuero gruesos y enormes botas, llego a la conclusión que eran del reino de la tormenta.
- Mierda, de donde salen tantos. ¡Hera, toma acción evasiva!
Ante la orden de su compañera, Hera empezó a girar en el aire como un torbellino para luego volar hacia arriba y posicionarse detrás de sus perseguidores de la tormenta. Los jinetes de estos giraron sus cabezas en dirección de Ana, pero fue muy tarde.
- ¡Hera, acábalos!
Hera se detuvo en seco en el aire, expandió sus dos pares de alas, y estas empezaron a brillar como si absorbieran la luz, o eso dio la impresión. Luego de la mandíbula de Hera empezó a salir un fuego blanco brillante.
Ana sonrió mientras miraba los ojos aterrorizados de los soldados de la tormenta.
- Este es un truco que solo se puede hacer una vez, y ustedes, fueron los afortunados. Adiós.
Parecía como si el fuego blanco goteara de la mandíbula del dragón emplumado, y lo siguiente que vieron los jinetes de la tormenta fue…
Luz.
Parte 2
Un rayo de luz salió disparado de la mandíbula del dragón emplumado de Ana.
Este rayo de luz que parecía ser fuego blanco o algún líquido a presión, no impacto directamente en los dragones de la tormenta, pero si paso lo suficientemente cerca para que hiciera a ambos dragones perder el equilibrio e impactar directamente contra las columnas de rocas dispersas por el canal.
El rayo de luz al impactar con algunas columnas de roca las corto en dos dejando un corte limpio con si hubieran sido impactadas con una espada gigante con un filo celestial o algo por el estilo, definitivamente era el ataque más fuerte de Hera, y por eso mismo, Ana había perdido.
Luego de ejecutar este ataque, el dragón emplumado de Ana fue perdiendo altitud progresivamente, hasta que finalmente aterrizaron en tierra.
- ¿Te encuentras bien Hera?
Hera asintió pero se veía muy agotada, definitivamente esa habilidad era un último recurso.
Hera poso su cabeza sobre el suelo y cerró los ojos lentamente, se había quedado dormida a lo que Ana simplemente suspiro mientras miraba al cielo mientras que los dragones pasaban volando bloqueando la luz del sol.
- Supongo que perdí, ja.
Parte 3
Gabriel volaba a toda velocidad en su grifo, se encontraba esquivando todos los oponentes sin realmente enfrentarse a alguno directamente.
- Ciertamente esto es difícil, ¿no crees? Grif.
Grif era el nombre que Gabriel le había puesto a su Grifo, algo minimalista, pero Gabriel era ese tipo de persona.
Pero en un instante Gabriel sintió un fuerte impacto que hizo que Grif se estrellara contra los bordes de la grieta.
El dueño de este ataque era un cadete llamado Leonhard, perteneciente a la casa Oeste, poseía una contextura robusta al igual que su dragón negro con destellos violetas, se podría decir que el jinete y el dragón eran muy similares físicamente.
- Mierda…
Gabriel tenía un poco de polvo encima por el impacto con el borde del acantilado.
Gabriel jalo las corres de su compañero e hizo que se abalanzara sobre el dragón de Leonhard haciendo que este impactara sobre el borde de la grieta, pero el Grifo de Gabriel seguía ejerciendo presión para seguir arrastrándolo toda la carrera de ser necesario.
Pero Gabriel no tuvo en cuenta que venía una curva cerrada en la grieta, haciendo que el Grifo perdiera el agarre y el equilibrio del dragón de Leonhard, y este rápidamente hizo un contraataque, haciendo que el dragón negro con destellos purpuras pegara un golpe en el pecho del grifo seguido de un mordisco en el cuello e impactarlo contra el otro lado de la grieta, repitiendo la misma acción que hace un momento estaba haciendo Gabriel en él.
- ¿Qué te parece Gabriel? Siempre quise ponerte contra las cuerdas.
- No es la primera vez, Leonhard, pero siempre me libero y salgo victorioso.
Con este intercambio de palabras, a costa de que su compañero recibiera más daño, Gabriel hizo que Grif forzara una voltereta haciendo que aunque el dragón de Leonhard no se separara del agarre en el cuello del grifo, logro impactarlo contra el borde de la grieta y hacer que Leonhard perdiera el agarre y se cayera al vacío.
Para sorpresa de Leonhard, no cayó en un abismo rocoso, cayó en un rio que pasaba por el lado de este circuito, que aunque no amortiguo del todo la caída, al menos estaba vivo, con algunos huesos rotos. Mientras que Leonhard se apoyaba en una roca del rio, solo veía como se acercaba su dragón a auxiliarlo.
Aunque su dragón todavía podía luchar, Leonhard tosió en su mano y vio una mancha de sangre en esta, al parecer tenía alguna hemorragia interna. Leonhard limpio su mano en el rio y toco suavemente la cabeza de su dragón mientras hablaba.
- Lo siento amigo, esta vez perdimos, je *tos tos*
Parte 4
Gabriel se limpió el sudor de su frente con la manga de su camisa.
- Ufff, eso estuvo difícil… ¿eh?
Gabriel noto algo, no tenía ningún perseguidor. En otras circunstancias hubiera sido algo bueno, pero en una carrera, esto no era para nada algo positivo.
- ¡Mierdaaaaaaaaa, me quede de último!
Gabriel se puso bastante ansioso mientras hacía que su Grifo acelerara.
En esta parte de la grieta, al haber un rio, mucha flora había crecido en esta parte del desierto, Gabriel había pasado de una enorme grieta desértica a una enorme grieta con mucha flora, varias lianas gruesas se extendían por la pista, a lo que Grif empezó a esquivar todas las lianas rápidamente con múltiples piruetas, y Gabriel pudo ver algo, varios jinetes y dragones estaban enredados por las enormes lianas en el aire.
- ¡Grif, rebaja la velocidad! Aunque vamos de último, ir a toda velocidad en esta área no nos ayudara en nada.
Grif fue elevándose lentamente para alejarse del alcance de las lianas, pero Gabriel noto algo extraño entre las ramas, algo así como una distorsión en el espacio. Gabriel entrecerró los ojos lentamente en un punto fijo de una gruesa rama donde parecía que había algo pero no estaba seguro de que.
- Eso que es…
En un parpadeo, la distorsión en el espacio se convirtió en un enorme camaleón manejado por una mujer pelirroja con pecas.
El camaleón lanzo un lengüetazo directamente a la herida que tenía el Grifo en el cuello por su pelea anterior con el dragón de Leonhard.
Ante el impacto en la herida del Grifo, este cayó sobre unas lianas mientras se retorcía del dolor y al mismo tiempo, las lianas se enredaban lentamente en este.
Gabriel se dio cuenta que aunque las lianas salen de la nada luego de una curva cerrada, que pasaría si muchos competidores estaban suspendidos sobre las lianas por aquella chica sobre el camaleón con camuflaje.
- ¡Detente Grif!
Aunque Gabriel le dio una instrucción, Grif no pareció escucharlo y siguió retorciéndose entre las lianas.
La chica pelirroja estaba de pie con los brazos cruzados en el lomo del camaleón mientras miraba a Gabriel luchar por no enredarse en las lianas.
La chica de pecas hablo.
- Niño lindo, ya perdist…
Antes de que la chica terminara de hablar, un wyvern de color azul llego directamente hacia Grif y con sus alas usándolas como navajas, corto las lianas y libero a este.
- Tú…
Gabriel estaba impresionado por esta ayuda inesperada, el wyvern azul, y su jinete.
- ¡Ririna!
Parte 5
Unos minutos antes.
Ririna estaba sobre su Ángelus, pero pudo notar que nadie la seguía, ¿quizás era la última?
Aunque los que tenían los dragones más rápidos llevaban bastante ventaja, había una gran cantidad de participantes que no eran tan veloces.
- …
Ririna miro de reojo a su Ángelus e hizo una señal con el rostro a lo que Ángelus dio media vuelta y se dirigió devuelta para descubrir el por qué nadie la seguía.
- ¿Quizás algo paso…?
Ángelus iba a toda velocidad por el enorme canal baldío.
- ¿Enserio soy la última?
Hasta que luego de una curva pronunciada lo vio, algo que no estaba ahí antes, un montón de lianas gruesas y en ellas, muchos dragones con sus jinetes capturados en ellas.
Ririna apretó su puño derecho mientras tenía una sonrisa.
- Así que es eso.
Y lo vio.
- ¿Gabriel?
Parte 6
El wyvern azul montado por Ririna se dirigía hacia Gabriel para liberarlo de las lianas.
- ¡Ririna! ¡Cuidado! ¡El enemigo es más de uno!
- ¿Qué?
- ¡Pueden camuflarse!
Ante la advertencia de Gabriel, Ririna y Ángelus miraron en todas direcciones buscando al otro enemigo, y entonces lo vieron, una distorsión en el espacio, entre un cumulo de lianas, como si algo estuviera ahí pero realmente no.
- ¡Ángelus! ¡Ataca a ese grupo de lianas!
Ante la orden, Ángelus tomo impulso y se dirigió directamente hacia la figura anormal pero el camaleón montado por la chica pelirroja uso su lengua para sujetar la pata de Ángelus, pero este con su mandíbula alcanzo a darle un mordisco al espacio extraño.
Un hilo de sangra salió seguido por un gran brote de sangre.
Definitivamente Ángelus había mordido algo y entonces lo vieron.
El espacio distorsionado ahora se convirtió en otro camaleón similar al de la chica pelirroja pero este era manejado por un hombre también pelirrojo, era su hermano.
El camaleón del hombre ahora tenía sangre saliéndole de un costado por la pata delantera.
- Mierda, mierda, ¡maldita zorra!
Ririna puso una sonrisa sínica mientras que Ángelus volaba a gran velocidad en círculos arrastrando al camaleón de la mujer por los bordes del canal baldío.
- ¡Más rápido Ángelus!
Ante la orden de su maestra, Ángelus empezó a volar más rápido en círculos hasta que el camaleón gigante de la chica pelirroja soltó su lengua de su pata cayendo entre las lianas luego de recibir múltiples impactos.
Ambos hermanos llenos de heridas al igual que sus monturas, miraban directamente a Ririna y su compañero Ángelus.
Ririna escucho una voz.
- No…
La voz venia de Gabriel.
- ¡Todavía hay uno más!
- ¡¿Qué?!
Ángelus recibió un enorme impacto desde arriba haciendo que cayera en picada contra el terreno baldío.
Ririna llena de polvo y heridas lo pudo ver.
Un wyvern de color verde brillante, pero parecía como si estuviera cubierto de maleza, parecía una planta viviente, y su jinete era una mujer de cabello blanco, de contextura delgada y sus ropas eran similares a las que tenían los hermanos pelirrojos, seguramente eran del mismo lugar.
Los dos pelirrojos gritaron al mismo tiempo al verla.
- ¡Líder!
- ¡Líder!
La mujer de cabello blanco sobre el wyvern rodeado de naturaleza hablo hacia los chicos pelirrojos.
- No puedo creer que se dejaran derrotar por una sola mujer, me decepcionan.
Ambos hermanos ante las palabras de su líder, simplemente agacharon la cabeza.
Luego de esto, la mujer de cabello blanco sobre su wyvern rodeado de naturaleza miro en dirección de Ririna.
Ante esto, Ririna y su wyvern azul se pusieron a la defensiva, ambos estaban muy lastimados por la caída del ataque sorpresa de este nuevo enemigo.
La mujer albina hablo suavemente.
- Entonces…
- …
- Bailemos.
Ángelus emprendió vuelo hacia el wyvern rodeado de naturaleza.
Ambos wyverns colisionaron.
El choque entre ambos provocó un enorme estruendo en el área.
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