Chapter 3:

Alas

Bienvenidos a Litnar


"... Así que no recuerdas nada, eh".

"Tks, qué fastidio. Supongo que la situación parecía funcionar muy bien a nuestro favor".

"¿A qué te refieres con eso, Karka?"

Una docena de minutos habían transcurrido desde que Borus había explicado a todos y cada uno de su estado actual.

No había utilizado una explicación detallada y lógica. "No recuerdo nada, así que no tengo idea de quiénes son ustedes". Eso había decidido todo. Tomando en cuenta que todos tenían sus ojos posados en él, fue como un golpe de suerte resumir todo.

Se sentía un tonto al utilizar palabras tan vagas para empezar. Sin embargo, en los rincones de su mente no había nada más que pudiera salir a relucir aparte de lo que había explicado: Su despertar dentro de la misteriosa cueva y su posterior pie en el exterior.

Todos se sentaron en el césped color esmeralda de manera circular, a excepción de la niña y el hombre de tez morena que se encontraba cerca de un pequeño árbol. "Pequeño" era una definición que se le podía integrar, teniendo en cuenta que contrastaba con los inmensos árboles que se divisaban por los alrededores, que superaban fácilmente los cincuenta metros de altura.

Al recibir tal información, los espectadores no supieron qué decir. El silencio los envolvió. Algunos miraban de reojo a Borus, quien no apartaba la vista del suelo; otros, por otro lado, suspiraban lúgubremente sin ningún pensamiento en la cabeza.

Lo que desgarró el silencio abrumador fue una voz meliflua, procedente de la chica de rizos de oro, y respondiendo a su susurro que parecía haberse escapado sin querer, la voz del joven de cabello lacio y rojo, cuyo cabello rozaba sus hombros---Karka, fue mucho más estrepitosa.

Y, notando que la atención ahora estaba centrada en él, Karka se acomodó un poco el cabello y empezó con, "Bueno..."

"Oigan, creo que es muy evidente, ¿no?"

"--"

Miro a cada uno sin recibir una respuesta. Notando, dejó caer los hombros y soltó un suspiro profundo. Siguió con:

"Por supuesto, esos árboles están fuera de lo normal. Esta niña parece sacada de un cuento de hadas, solo falta que comience a volar".

"¿Están hablando de miiiii?"

"¡¿Q-Qué carajos?!"

Karka se sobresaltó al sentir la calidez de un aliento tocar el lóbulo de su oreja izquierda. Se levantó del suelo y miró directamente a la niña, pero sus ojos se abrieron hasta su limite.

No fue solamente él. Todos los que presenciaron la situación delante de ellos no contuvieron la necesidad de soltar un quejido de sorpresa.

Borus levantó la vista y su boca se entreabrió

"Oigan, ¿qué ocurre? ¿Tengo algo en mi rostro, umm?" La niña levantó los ojos, en lo que parecía ser un intento de mirar su propia cara.

Pero lo que había sorprendido a los chicos no se trataba acerca de su ya extravagante apariencia.

"..."

La niña se llevó los brazos a su esbelta cintura y ladeó la cabeza a un lado con el ceño fruncido y los cachetes inflados.

... Su figura estaba flotando en el aire, a unos pocos metros del suelo. En la altura que se encontraba, podía mirar sin necesidad de levantar la cabeza a cada uno de ellos.

Pero lo más desconcertante no era eso.

Detrás de ella, un rastro de partículas resplandecientes revoloteaba en el aire, dibujando la silueta de dos alas traslúcidas que se agitaban suavemente, impulsándola con una gracia irreal.

"A-alas..."

Ese murmullo se filtró de sus labios resecos. La chica llamada Eryl junto sus manos cerca de su pecho y comentó lo que todos pensaban. En el lente de sus anteojos y en sus propias pupilas se reflectaba la brillantez casi sagrada que emanaban las diminutas partículas.

Las partículas se asemejaban a alas brillantes que incluso se movían de adentro hacia afuera, y que era fácil intuir que era la razón por la que el cuerpo de la niña se mantenía en el aire.

Notando el motivo de la sorpresa de todos, el infante miró por encima de su hombro, levantando las cejas. Su cabello se balanceó de un lado hacia otro. Diciendo, "oh" y girando sobre sí misma, las alas se menearon, dejando descender una tenue estela brillantina.

"¿Es esta la razón? Ohh, es cierto. Supongo que en ese lugar no son utilizables las artes Zagiales. ¡Qué pena!"

"¡Por alguna razón siento que te burlas de nosotros!"

El chico Karka levantó su puño y apretó los dientes. Ante la escena de la pequeña chica agarrándose el estómago mientras intentaba contener una carcajada, una arteria se hizo presente en su frente.

Los esfuerzos de la niña fueron en vano, pues al ver el rostro enrojecido del chico, en lo profundo de su garganta, una risotada de escapo. La vista de una pequeña reírse en el aire mientras se agarra su panza era lo suficientemente irreal para incomodarlos.

Al final, ella, secándose una lágrima falsa, se disculpó de manera fingida.

"¡Lo siento, lo siento! Es solo que, en verdad... fue divertido". Dijo, para luego aplaudir tres veces. "Ahora, ahora. ¿Ya arreglaron su pequeño problema?"

Ella preguntó, casi con desinterés, y miró por un instante a Borus, que si él no la estuviera viendo en ese momento, sus miradas nunca se hubieran encontrado.

"Borus aún no parece..."

Eryl pronunció de manera suave y lenta, como si intentara que nadie la escuchara. El muchacho llamado Borus se encontraba delante de ella y se miraron por un momento. Luego, tal vez debido a la vergüenza, ambos desviaron la mirada.

"Esa no es una reacción de alguien sin recuerdos".

En tono bromista, la chica de cabello rizado golpeó con su codo un costado de Eryl, que fue sacudida, haciendo que sus anteojos se desviaran un poco. Al comprender las palabras de la persona sentada a su lado intentó ocultar su evidente sonrojo, acomodando sus lentes y mirando hacia el suelo.

"¡Esperennnn! ¡Antes de que continuemos con ese tema, quisiera aclarar lo que estaba diciendo!"

"¿Aún sigues hablando?"

"¡Qué dura eres, Eryl! ¡Discúlpame por existir!"

"N-no me refería a eso... Solo que no recuerdo de lo que hablabas"

Eryl siguió usando el mismo tono tímido que Karka seguía recordando desde la primera vez que se conocieron. La vista de ella mostrándose tan vulnerable, incluso cuando ya habían pasado meses desde que se conocieron, aún seguía sacudiendo su corazón. Tanto fue así que olvidó su acto y acercó su puño a boca para carraspear. Todos lo notaron, y todos suspiraron al volverse una vez más evidente de lo mujeriego que era ese tipo.

"Bueno... estaba hablando acerca de la situación tan anormal en la que nos encontramos. Y ahora que vemos a esta chica volando por aquí y por allá... es obvio que también es un mundo mágico, ¿no?"

Mientras que la niña volaba en círculos y zurcaba los cielos, todos se llevaron una mano a la barbilla, pensativos.

"Bueno, sí". Rizado habló, asintiendo a la vez.

"En ese caso, ¿saben lo que significa?"

"Déjate de tonterías y explícanos lo que crees".

Una voz inesperada interrumpió a Karka. La dueña de esa voz era la chica de cabello blanco ceniciento. Estaba sentada y cruzada de hombros. Había hablado poco y durante todo ese tiempo parecía sentirse cansada. De hecho, era un sentimiento compartido por todos. Incluso por el chico de tez morena sentado con la espalda apoyada en el árbol y las piernas encogidas, cuya frente está sudorosa y la respiración entrecortada.

"Ja... Está bien. Parece que hemos sido invocados a un mundo diferente".

Karka declaró eso levantando la cabeza y los brazos al cielo. Sonrió con satisfacción.

Karka en secreto miraba muchos dibujos extranjeros cada día. La situación de ser llevado inesperadamente a un mundo diferente no era desconocida por él en lo absoluto, pues es la narrativa que más solía consumir. Imaginando la reacción de sus compañeros, tales como "Wow, cómo esperaba de Karka" o "Por supuesto, solo tú podrías saberlo, después de todo siempre has sido el más dotado de nosotros" lo hizo sonreír de satisfacción.

Preparándose para el montón de preguntas que recibiría gracias a su conocimiento desconocido por todos, bajó lentamente la cabeza, intentando hacer desaparecer la sonrisa en su rostro.

Sin embargo, no fue necesario.

"..."

La vista con la que se encontró fue un montón de miradas incrédulas dirigidas a él.

"Eso es... bastante evidente". Cabello rizado dijo con una sonrisa incómoda.

"Lo supe desde el principio..." Eryl pronunció.

"Creo que deberías revisar si tu cerebro no acabo dentro de la cueva. Era bastante claro". La chica de cabello blanco grisáceo dijo con un suspiro. Secándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

"Estoy seguro de que poder volar no es normal". Borus declaró desinteresado.

La niña siguió zurcando los cielos con una sonrisa en su rostro.

Karka cayó de rodillas, al sentirse derrotado.  

Bienvenidos a Litnar


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