Capítulo 1: Frankenstein

Viernes 27 de diciembre del 2013, Ciudad Granizo, Distrito Glaciar. Colonia Emperador, Calle Girasol. Domicilio 28. 7:28 am.

Cómo si de un aterrador sueño se tratase, Kiparé despertó en su cama, empapado en sudor frío.

—¡Eso no pudo ser real!—En estado de hipervigilancia, revisaba a su alrededor que ese tal “maestro” no estuviera cerca.

El aroma de huevo y frijoles refritos llegaba hasta su habitación, era el desayuno.

—Oh, así que es de “esos” días ¿he? supongo que tengo suerte.

En un descuido, Kiparé tocó el suelo alfombrado sin sus pantuflas. El clima extremo volvía heladas incluso superficie afelpadas cómo las alfombras. Pero sorprendentemente no sintió ningún tipo de frío.

Al dirigirse al baño para hacer sus necesidades notó algo extraño, el ni siquiera podía sentir el agua.

—Es cómo si no estuviera ahí, ni siquiera siento el estar mojado ¡¿Qué?!—Al contacto con su piel, el agua empezó a congelarse.

—¡Detente!—Dicho y hecho. El agua regresó a estado líquido en un segundo y no solo eso. 

El agua se mantenía flotando.

Rápidamente golpeó su frente con su palma.

—No fue un sueño, si fue real…

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Jueves 26 de diciembre del 2013, ciudad granizo - lago fundador. 7:40 pm.

—De ahora en adelante, seré tú maestro. Eres el nuevo Diablo de hielo.

Kiparé miró confundido al hombre de gabardina.—¿El qué cosa? ¿Porque no está ayudándome señor? ¡mi hermana está en peligro!

El hombre arqueó la ceja y comenzó a inspeccionar a Kiparé con la vista.

—¿Dices que tú hermanita está en peligro, no es así? 

—¡Así es!

—Mmhhh. Te propongo un trato. Yo salvo a tú hermana y tú te conviertes en el diablo de hielo de la tierra. ¿Aceptás?—Dijo el hombre extendiendo la mano.

Kiparé titubeó, pero accedió a estrechar la mano del hombre.—Si, si, lo que sea. Sólo llamé a los bomberos o algo a-

En ese momento, una onda de choque salió de sus manos y cadenas de hielo salieron de la mano del hombre. Recorrieron el brazo del niño y atravesaron su cuerpo hasta alojarse en su corazón.

—¡Trató hecho!—El hombre creó un pedazo de hielo del tamaño de una moneda y al lanzarlo cómo si fuera una moneda, esté se elevó en el aire hasta las nubes.

Una vez ahí, el pedazo de hielo explotó cómo si fuese un fuego artificial y disipó la tormenta de nieve.

—Trató cumplido, ahora. Puedes llamarme “maestro Cold”

Kiparé se encontraba estupefacto. ¿Con que había pactado? ¿A qué había accedido?

—N-no… ¡Yo ni siquiera se que es un diablo de hielo!

El hombre río con modestia.

—Oh, jóven. El nombre ya dice mucho ¿No lo creés?

Cold, con una altura de 1.90 imponía demasiado para el jóven Kiparé. Su aspecto calmadamente serio resultaba imponente por respeto a la sabiduría que aparentaba.

Es un hombre fornido debajo de esa vestimenta elegante salida de una revista de moda para caballeros.

Con cejas gruesas en una expresión sería y calculadora, facciones simétricas. Sus ojos son un espejo helado que ha visto demasiado, es una mirada nhilista. Con barba y bigote plateado, da ese aspecto de sensei con muchos años de experiencia.

Su cabello largo, liso y plateado cómo la plata misma, resplandece cómo si lo hubiera lustrado antes de llegar. Su cabello cae hasta los hombros, siendo un look cuidadosamente icónico, grita "soy el maestro"

Viste un traje de rayas verticales gris oscuro con blanco a juego con un chaleco. Ajustado a su cuerpo, marca su cuerpo robusto y atlético. Por debajo de eso viste una corbata negra y una camisa blanca.

Además de unos guantes blancos y aterciopelados.

—Digame, “maestro” cold ¿Qué es realmente un diablo de hielo? ¿Un demonio?

—Oh que inocente pregunta. Eres el diablo más jóven en cargar con el título. Permíteme explicarte. Un diablo de hielo es ¡El Protector de la tierra! O también conocido cómo, superhéroe.

Al escuchar la palabra superhéroe, Kiparé se rompió en pedazos de hielo.

—Oh, jovencito. Deje de hacer eso, siempre confundo dónde colocar el páncreas.—Dijo Cold, reconstruyendo nuevamente su cuerpo.

—Es imposible ¡Ya existen demasiados héroes! ¿Porque tengo que ser uno de ellos?

—Tsss… joven aprendiz ¿no le han dicho que cada granito de arena cuenta? Y usted, usted se volverá la montaña de arena más grande que pueda imaginar.

—¡Mírame bien! Soy sólo un niño ¿Qué buscas en mí?

Cold río nuevamente.

—¿Creés que buscó a un héroe auténtico?

—Obviamente.

—Oh, pequeño aprendiz. El diablo de hielo es solo un hombre, pero uno que decidió ser la diferencia. Se vuelve más grande que el mismo al superar la barrera de la inacción.

—¿Y si me niego?

—Me temo que eso es imposible, ya pactamos un trato.

Kiparé se puso de pie, destruyéndose en pedazos una vez más.

—¿Quieres explicarme que se supone que me pasa? ¿Porque soy un monstruo?

—Es confuso, lo sé. Pero imagino que viste cierto libro volador ¿No es así?

En ese momento, Kiparé recordó cómo aquel libro brillaba de forma incandescente, salvando o mejor dicho cambiando su vida.

—Ese libro es el Cosmic book y te ha dado el conocimiento infinito del diablo de hielo de la tierra. Heredaste sus poderes y su legado.

En ese momento, Kiparé sintió cómo si un enorme peso cayera encima de el, aplastando su cuerpo y transformándose en charco de agua.

—Puede regenerarse, cambiar de forma, alterar la temperatura, controlar las moleculas de agua a nivel atómico. Simplemente intenta pensar en tú cuerpo de carne y hueso.

El charco empezó a temblar y pronto de el se formó hielo,nieve y posteriormente el cuerpo de Kiparé en carne y hueso, Pero desnudo.

—Uy muchacho, ponte ésto.

Creando ropa a partir de la nieve, Cold le entregó a Ice una playera blanca, una chamarra azul, un pantalón deportivo azul, calcetines blancos y calzado deportivo azul.

—Ahora que has dado el primer paso para convertirte en diablo de hielo ¿Que tal si me dices tú nombre?—Dijo Cold, estando de espaldas.

—Parece que no podré escapar de ésto… mi nombre es Kiparé Fuentes Nube. 

—Me refiero a tú nombre heróico ¡Tiene que ser tú nueva identidad!

—Oh, supongo que “Ice” está bien.

En ese momento, Cold se quedó paralizado.

—¿Qué? ¿Muy malo?

Aún de espaldas, Cold soltó una sonrisa cómo si hubiera visto a un amigable fantasma.

—Ese nombre es perfecto. El lema de tus antecesores era “Cold as Ice” queda perfecto para tí.

—Antes de que me lleves a dónde sea que me tienes que llevar ¿Puedo despedirme de mi hermanita?

—¡Jajaja! No voy a secuestrarte, eso no sería nada heróico. 

—¿Entonces que harás?

—Nada, vendré mañana a entrenarte. Puedes ir a casa por hoy, sabré cómo encontrarte.

En ese momento, Cold desapareció en el aire cómo si fuera no más que nieve arrastrada por el viento.

Fue entonces que usando sus nuevos poderes, “Ice” regresó a su hermana sana y salva, salvandola de la hipotermia al controlar su temperatura corporal. 

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Viernes 27 de diciembre del 2013, Ciudad Granizo, Distrito Glaciar. Colonia Emperador, Calle Girasol. Domicilio 28. 7:35 am.

Regresando a la realidad Kiparé bajo las escaleras cómo si el mundo a su alrededor no fuera real.

—¿Qué realmente conlleva ser un diablo de hielo? ¿Cómo me escapó de ésto? ¿Porque tenía que ser yo?— Eran las preguntas que rondaban su mente.

En cuanto bajó, sería recibido por un cálido abrazo de su hermana quien nuevamente lo tacleo. Sin saberlo, parte del cuerpo de Ice se agrietó por el golpe pero comenzó a regenerarse.

—¡Hermano! buenos días.

—Aurora ¿Porque tan feliz he?

—Porque tengo al mejor hermano del mundo. Nunca olvidaré el día de ayer.

Con una mirada vacía, Kiparé dijo.

—Si… yo tampoco lo olvidaré.

En ese momento, una voz femenina y fuerte llamaría su atención.

—¡A desayunar! Papá preparó el desayuno.

la mujer de 32 años es de piel morena y ojos negros. Su cabello era ondulado y negro. Al igual que su hija, brillaba en presencia de luz. Vestía un pijama de manga larga, color gris, con diseños de dinosaurios. Su pantalón tenía el mismo diseño y contaba con pantuflas de triceratops verdes. Su complexión era delgada pero atlética. Esa sonrisa cálida y la manga larga no ocultaban las cicatrices apenas perceptibles en su frente y manos.

Sus brazos podían parecer delgados y débiles, pero eran firmes y con algo de musculatura. Sus piernas permanecían ocultas tras el holgado pantalón, pero no podían esconder su firmeza. Sosteniendo una taza de café de gran tamaño, con diseño de triceratops verde, era quien menos cartas tenía en la mano: un total de tres.

—Lucia, no grites tan alto. Podrías despertar a los vecinos.

Dijo el hombre de 32 años, acomodando sus anteojos por la incredulidad,

Su aspecto era el de un hombre que podríamos definir como dócil. Sus anteojos, de diseño ligero y delgado, transmitían un aura de fragilidad, sabiduría y ligereza. Su tono caucásico lo hacía lucir pálido debido a la falta de luz solar, delatando un trabajo en espacios cerrados. Su cuerpo delgado y su postura jorobada evidenciaron que se trataba de un empleo de escritorio. ¿Alguien a quien le decían "nerd de las computadoras"?

Su cabello era corto y de un negro profundo, dejando ver una disciplina... o quizás un amor por el orden, al no tener ni un centímetro más ni menos de cabello. Vestía una playera blanca con un pantalón de pijama color púrpura y pantuflas de Barney el dinosaurio.

Sentándose a desayunar Kiparé notó algo.

—La comida todavía tiene sabor.

Perdido entre sus pensamientos tratando de controlar su nueva fisionomía, Kiparé fue traído a la realidad por un grito.

—¡Kiparé!—Gritó Lucia. 

—¡¿Mandé?!

—Come y báñate, vamos a visitar a tú abuela. 

—Oh, cierto. Enseguida madre…

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Viernes 27 de diciembre del 2013, Ciudad Granizo, Distrito Nevada. Colonia esquimal, callé témpano. Domicilio número 12. 9:30 am.

Bajando del auto, Aurora se veía entusiasmada por recibir un abrazo de la abuela. Mientras tanto, Kiparé permanecía de brazos cruzados.

—Demonios, justo teníamos que venir hoy ¿Que haré si se me aparece Cold aquí?

El cálido toque de una mano sobre su cabeza le hizo darse cuenta de que se trataba de su abuela. Despeinado su cabello cómo de costumbre, dijo.

—Kiparé, que bueno verte hijito.

—Hola abuela Esther, yo también me alegro de verte.

—¿Tienes algún problema? Te notó pensativo.

—N-No abuela, quizás sea la pubertad o algo así…

En ese momento la abuela se partió de risa.

—¡Jaja! ¿La pubertad? Pero si apenas acabas de cumplir 8, vaya que optimista eres.

Aprovechando ese momento de distracción, Kiparé entró a la casa y la familia se instaló para tener una agradable tarde de invierno.

La abuela Esther es una mujer de 55 años con apariencia de jóven, incluso podría pasar cómo la hermana de su propia hija. Esther Nubes cuenta con ojos verdes cuál esmeraldas, cabello negro y lacio recogido en una cola de caballo con dos mechones largos.

Es de piel morena y de complexión esbelta, mide 1.68 y viste un suéter tejido a mano color azúl, con el dibujo de una lagartija azúl en el centro.

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Viernes 27 de diciembre del 2013, Ciudad Granizo, Distrito Nevada. Colonia esquimal, callé témpano. Domicilio número 12. 6:36 pm.

Después de una tarde de convivencia familiar, Ice salió al patio de la abuela Esther. Un patio amplio así cómo la extensa propiedad de la abuela. En este sitio se encontraba un pequeño estanque al que la familia nombró el estanque témpano.

Mirando su reflejo en el estanque Kiparé dudó.

—Ni siquiera reconozco el Frankenstein que soy ahora. ¿Destino? ¿deber? solo soy un niño frágil que tomó una mala decisión, no un héroe. Ni siquiera puedo salvar a mi hermana…

La firme mano de alguien se puso sobre su hombro.

—Los héroes no nacen jóven Kiparé, se hacen. Y usted es un excelente material para héroe.

De inmediato Kiparé volteó asustado, era Cold quien había aparecido tan de repente atrás de el.

—¡¿Qué hace aquí?! ¿Cuándo llegó? ¿Por qué lo escuché en mi cabeza?

—Oh, eso mismo quería preguntar. ¿Cómo llegaste a la casa de mi mejor amiga? Y sobre lo de mi voz, podemos hablar telepáticamente entre nosotros, mira. Miau miau miau.

—¿Amiga? ¡Deja de imitar a un gato!

—Si, está es la casa de mi amiga Lizard, la conozco desde hace más de 30 años. 

—Eso es imposible, está es la casa de mi abuela-

—¡¿Cold?!—Interrumpió una voz femenina.

Volteando, los ojos de aquél hombre se iluminaron.

—¡Esther!

—¡¿Se conocen?!

De inmediato ambos adultos corrieron a darse un cálido abrazo cómo si no se hubieran visto en años. Sorprendentemente la abuela Esther era quien levantó a Cold del suelo.

—¡Que gustó verte Cold! ¿Qué te trae a mi humilde morada hoy? No es nuestra reunión mensual.

—Oh, vine a hablar con tú nieto. No me lo vas a creer, él es el nuevo chico.

—¡¿Kiparé?! ¡Díos, que felicidad!—Dando saltos, la abuela Esther se acercó a abrazar a Kiparé.

—¡¿Abuela?! ¿De dónde conoces a Cold?

—Oh hijo, creo que toda la familia debe saberlo. Mejor vamos adentro, todos deben saber que hay dos héroes en la familia.

—¡¿Dos héroes?!

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Viernes 27 de diciembre del 2013, Ciudad Granizo, Distrito Nevada. Colonia esquimal, callé témpano. Domicilio número 12. 6:40 pm.

Aclarando la voz, Esther se preparó para hablar. Lucía, Emilio, Cold y Kiparé estaban sentados mientras Aurora jugaba con un perrito de nieve hecho por Cold.

—Como sabrán, soy más que una simple anciana. En mis días de gloria fuí conocida cómo Blizzard Lizard, una heroína profesional

—¡¿Cómo que cómo sabrán?!

Lucía y Emilio miraron al suelo.

—Bueno… pensamos que no estabas preparado para escucharlo—Dijo Lucía.

—¡¿Incluso Aurora sabe?!

—...

El silencio decía lo evidente.

—Pero ese no es el tema, el tío cold tiene excelentes noticias. Nuestro Kiparé será el próximo diablo de hielo cómo lo fue As.

De inmediato, Emilio y Lucía se emocionaron e incluso festejaron con aplausos a su hijo. Todo esto ante su cara de desconcierto y cierta repulsión.

—¡¿Qué les pasá?! ¿En verdad no van a negarse? ¡Podría salir lastimado o incluso morir!

Durante un momento, todos guardaron silencio pero sólo para romper el carcajadas. Lucía se levantó y acercándose a su hijo puso sus manos en sus mejillas.

—Observa.—En un movimiento rápido, Lucía giro la cabeza de Ice con brusquedad y le rompió el cuello, matando a su propio hijo.

Primera muerte de Ice.

Su inherente cuerpo empezó a liberar líquidos cómo sangre y saliva Pero de forma antinatural comenzó a reacomodar su cuello y Ice volvió a la vida.

—¡¿Qué fue eso?!

—Hijo, no te puedes “morir”, tú eres la muerte.

—¿Soy… qué?