Chapter 43:
Cronicas de Rigel
— “Okite, watashi no tegami…”
El suelo empezó a temblar, los escombros se movían lado a lado, paredes caían, el viento se arrimaba y el éter le tenía miedo.
Los ojos de Kira eran completamente rojos, su cuerpo se aflojó sutilmente, su guadaña se moldeaba sola mientras su cuerpo daba pasos torpes.
Su guadaña se moldeó, dejó de ser una sombra de éter, una guadaña tan real como ella, totalmente negra con un toque plateado, el filo pasaba detrás de su nuca, su mirada fija en Ria.
—”¿Qué es esta sensación…?”
Las manos de Ria temblaban, su cuchillo abandonó sus dedos ante sus sensaciones, se agachó rápidamente para tomarlo. Al elevar la mirada, el mismísimo demonio estaba ahí. Kira alzó su guadaña y, sin piedad, trató de enterrarla en el pecho de Ria.
—”Aun no…”
Ria alzó su cuchillo, tratando de desviar el ataque, pero ante tal fuerza, su pequeño cuerpo fue impulsado por los escombros.
El cuerpo pasaba por piedras, cerca de paredes a destruir, no soltaba quejas, su mirada estaba perdida y la sombra en su parte izquierda del rostro se movía como gelatina.
Se aferró a una piedra clavada y, sin más, se levantó.
Al ver a su alrededor, Kira no hacía presencia, rápidamente revisó su alrededor, buscándola con la mirada.
—”Si me concentro, puedo ganar más tiempo… ¿qué se supone que hacen Vladimir y Kyou…? Me tocó la peor parte…”
Ria sintió el filo en su espalda; sin piedad, Kira trataba de terminar rápidamente.
Ria se dio media vuelta, el filo de la guadaña le rozó la espalda, con suerte nada grave.
Alzó su cuchillo tratando de atacar a Kira, hombro derecho.
Kira con su mano derecha tomó su muñeca.
—”Ríndete, será más fácil…”
—”Aun no…” dijo con la voz quebrada, Kira apretaba su muñeca.
Ria lanzó su cuchillo al aire, trató de tomarlo con la otra mano y… golpear a Kira.
La pelo blanco fue más rápida, sin más, impuso su cuchillo al pecho de Ria… este se devolvió como una bala a un cristal templado.
—”Otra vez con esto…” murmuró Kira con un toque de fastidio.
Ria invocó esa carta gris, apagada, oscura… explotó entre ellas.
Kira salió sin rasguño, retrocediendo rápidamente.
Ria tenía muestras de dolor por todo el cuerpo, sin más, aflojó los músculos.
—”No me dejaré vencer…”
Ria desapareció, se movía rápidamente entre las paredes a destruir, usando su entorno con su velocidad.
Ria salió de las sombras; cada movimiento era un quejido que quebraba su alma, moviéndose desesperadamente entre las piedras.
Su cuerpo era ligero, esquivando el avance de la guadaña de Kira, se deslizó bajo ella y se impulsó para alcanzarla con su cuchillo.
—”Es inútil”
Kira alzó su puño con el que no sostenía su arma hacia Ria; el final de combate era sencillo, un golpe y la dejaría fuera de combate.
—”Aun no…”
Ria se deslizó sutilmente a un lado, logrando alejarse levemente de Kira.
Entre suspiros, trató de buscarla con la mirada.
—”Aun… aun no…”
Ria empezó a moverse nuevamente, Kira se movía en sentido contrario a Ria, buscándola como a una presa.
Ria se encontró frente a frente con Kira, sin más, se preparó para terminar el combate.
Su mirada oscurecida, la sombra viviente moldeándose cada vez más conforme su rostro, alzó su cuchillo y la sombra fue por él.
El cuchillo de Ria conectó con la guadaña de Kira, una y otra vez; Kira alzaba repetidas veces su guadaña. La pequeña tenía que retroceder constantemente mientras trataba de bloquear los ataques.
Sin más, Ria se deslizó a un lado, saltando sutilmente, trató de atacar.
Kira tomó la muñeca de su brazo.
—”Ríndete de una vez…”
Kira la lanzó con desprecio, rodando por las piedras y escombros, parecía un juguete expirado. La sangre corría por sus piernas, movía su cuchillo para tratar de que no conectase con su propio cuerpo.
Se aferró como pudo su cuerpo al suelo; su cabeza era un escenario de ajedrez, su rostro perdido marcaba miedo, y su cuerpo herido era el inicio del fin.
Kira avanzó lentamente hacia ella, sonriendo levemente.
—”De verdad eres una pequeña demonio…”
A Ria le temblaban las piernas, sin más, alzó la mirada.
—”No…”
[…]
— “Mi nombre es… Ria…” soltó leves quejidos, soltando algo de sangre, —”soy la segunda estrella del emisario Kyou… la niña amiga de los demonios…”
Kira esbozó un rostro serio; sin más, empezó a caminar nuevamente.
—”Veamos qué tienes para mostrar…”
Kira se mordió el labio con uno de sus colmillos, dejando gotear sangre; alzó su mano y la sangre viajó rápidamente.
—”Eso es nuevo… ¿habilidades de sangre…?”
Ria elevó su cuchillo, moviéndose a un lado, empezó a bloquear y a desviar la sangre.
—”Convierte su sangre en su propia arma…”
Ria avanzó rápidamente hacia Kira, la cual sonreía levemente.
Sin más, alzó su guadaña al aire.
Ria la recibió… soltando buena cantidad de sangre, fue golpeada en el mismo lugar nuevamente.
—”Duele… duele mucho, tú también sentiste esto… ¿padre…?”
El cuerpo moribundo de Ria cayó al suelo, la sangre se esparcía.
Sin más, Kira dejó caer su guadaña; estaba desapareciendo entre las sombras.
—”Usar mi despertar de más me agotará, contenerme fue la mejor opción.”
—”Contenerse… ni siquiera peleó en serio… tiene sentido.”
Ria cerró los ojos.
—”Es extraño, no siento dolor… cubrir ese espacio me salvó… pero probablemente muera…”
Ria se aferró a sus dedos al cuchillo, su rostro perdido; sin más, la sombra gelatinosa descendió de su rostro, pasando por su espalda y llegando a la herida…
Un combate entre la estrella y la autoproclamada estrella llegó a su fin.
...
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— “Okite, watashi no tegami…” murmuró Kaya con la voz levemente temblorosa.
El tornado la rodeaba fuertemente, y Vladimir estaba quieto a unos metros.
El éter era un remolino entre ellos, una pelea entre magos a punto de comenzar.
—”Es un honor… usas tu despertar frente a un niño, ¿no te da pena?”
—”No eres un niño, ¿no? Humano perfecto…”
—”No uses mi apodo como excusa…”
Vladimir empezó a mover sus manos conforme imaginaba sus movimientos. Sin más, el tornado que los rodeaba empezó a hacerse más grande, dentro de este las ráfagas de viento se movían hacia Kaya, lado por lado, cada una.
—”Ahora este es mi territorio, estamos en igualdad de condiciones…” murmuró Kaya, elevando ambas manos, invocó dos cartas maho.
Estas explotaron, creando versiones de sí misma y explotando alrededor, todas las ráfagas fueron desviadas hacia el tornado nuevamente.
—”Imposible… yo, Vladimir Deveroux… saldré victorioso y el emisario me ayudará a cumplir mi deseo.”
—”No quiero escuchar tus razones de pelear, Vladimir, acaban de destruir Ritharion, cada una de estas casas representaba una familia, o a una persona, cada una de las tiendas, cada uno de ellos…”
—”Cállate y pelea…”
Vladimir alzó un anillo en el aire; de este salieron potentes ráfagas de viento, dividiéndose en tres partes pequeñas.
Kaya sin más, se alzó; su armadura sonaba conforme sus movimientos, deslizando el cuerpo, esquivó la primera ráfaga, invocó dos cartas, las explotó y destruyó la segunda, y la tercera… la destruyó con un chasquido.
Vladimir retrocedió levemente.
—”Bien… peleemos en serio.”
Vladimir alzó ambas manos nuevamente; el tornado empezó a hacerse más pequeño… para un instante después hacerlo más grande. El tornado empezó a tragar todo a su alrededor. Vladimir, encima de un escombro, se dejó llevar.
Kaya, sin mucha opción, se aferró a un escombro que subía.
—”C-cuidado…!” murmuró para sí misma, logrando subir.
Al lograrlo, elevó su mano derecha e invocó su carta frente a ella, desviando una de las ráfagas de Vladimir.
—”Eres ingeniosa, lo admito… pero tengo más experiencia.”
Kaya elevó ambas manos; sin más, cartas coloridas maho empezaron a hacerse presentes a su alrededor.
El viento presente a su alrededor, el tornado un estruendo que acompañaba el combate.
Vladimir empezó a invocar anillos a su eje, listo para atacar.
Y así, un choque de piedra, papel o tijera empieza para finalizar el duelo.
Kaya se impulsó, las cartas siguiéndola conforme avanzaba.
Se impulsaba entre los grandes escombros que rodeaban al tornado.
Vladimir alzó la mano izquierda; cada anillo soltaba una potente ráfaga de viento, un ataque repetitivo pero efectivo.
Sin más, Kaya no dejó de moverse; las cartas maho se posaban frente a ella constantemente, bloqueando los ataques de Vladimir.
—”Contenerme no es una opción…”
Kaya se impulsó en el aire, el viento se arrimaba y su pelo morado ondeaba, su mirada decidida lista para terminar esto.
Un leve salto la puso a unos metros de Vladimir, solo tenía que alcanzarlo y…
A su alrededor, cientos de anillos se mostraron.
—”Eh…?”
—”Y así hacen… boom” murmuró Vladimir.
Los anillos empezaron a soltar ráfagas constantes; era el momento de acabar.
Kaya recibía ataques demoledores constantes.
—”¿Cómo es que el viento duele tanto…?”
No podía concentrarse en bloquear el avance de las ráfagas y mantenerse al mismo tiempo; sin más… una única salida entró a su mente.
—”E… Ex…”
Soltó sangre, interrumpiendo el conjuro, soltó un gran grito desgarrador, tratando de aliviarse de alguna manera.
—”¡Explosión conjunta…!” dijo entre sus gritos.
Sin más, una carta se mostró en ella, dejando su cuerpo descubierto por un instante; la tomó y lanzó hacia Vladimir.
Vladimir se sorprendió, su rostro confundido ante el ataque repentino. Sin más, la carta explotó frente a él.
—”Elfa sucia… ¡atácame de frente!”
—”¡¿E-eso quieres?!”
Kaya salió del humo, su rostro con algo de sangre y la mayoría de su armadura con rupturas.
Kaya golpeó el rostro de Vladimir, sin piedad, soltaba quejidos y derramaba sangre ante el esfuerzo.
Vladimir trató de devolver torpemente el golpe; sin embargo, Kaya agachó la cabeza y deslizó su pierna hacia las de Vladimir, haciéndolo caer al suelo.
Sin más, puso su cuerpo sobre el de él, atrapado, empezó a golpearlo fuertemente.
Vladimir, con pocas fuerzas, trató desesperadamente de buscar algo alrededor, cualquier cosa, sin resultado.
Trató de golpear a Kaya entre gritos de dolor, pero… Kaya tomó la muñeca de su brazo, mirándolo con desprecio.
—”Solo sabes usar magia…” vomitó algo de sangre entre sus palabras, —”eres un desastre de frente…”
Sin más, Kaya invocó su carta, un arcoíris lleno de magia.
Sin más, trató de enterrarla en el corazón de Vladimir…
La pelirroja se sorprendió; la carta simplemente no sobrepasó el espacio personal hacia el corazón, pero… el dolor fue desgarrador y simplemente no daba para seguir peleando.
Vladimir invocó su carta gris, clavándosela en él… ¿corazón…?
—”Falle…” murmuró Vladimir; sin más, empujó el cuerpo de Kaya, cayendo al suelo rápidamente, en un estado inconsciente.
El tornado desapareció y Kaya seguía cayendo al suelo, bajo ella un pilar afilado entre muchas piedras.
En su caída, fue tomada en brazos; esas manos dignas de un demonio, escondidas en guantes, su pelo albino que cae por sus hombros y sus ojos rojos.
—”Me arrepiento de no haber terminado mi pelea antes… peleaste bien, Kaya…” murmuró Kira, su mirada fija en Vladimir.
El combate entre el humano perfecto y la elfa llegó a su fin, trayendo más destrucción a Ritharion.
...
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—”Kaede… este… ¿puedes hacerlo…?”
Dijo Shiro, abrazando a Kaede desde atrás.
Kaede no se dignaba a voltear a verlo; estaba nerviosa.
—”Y-yo… lo intento, pero…”
[…]
— “Okite, watashi no tegami…”
El viento empezó a hacerse más fuerte a su alrededor; sin embargo, se detuvo a los pocos segundos.
—”E-este… Shiro… ¡no me sale…!”
—”No puede ser…”
—”¿Los niños ya dejaron de jugar?”
La voz del emisario era fuerte ante ellos; sin más, lo vieron con temor.
—”Terminemos esto…”
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