Chapter 4:

Capítulo 4: Transporte y muerte III

El Reino de las Garras: Cuarta crónica, Batalla del Crepúsculo - Volumen 4


Parte 1

La caravana se había instalado al lado de una calle de la ciudad.

Los habitantes de la ciudad ignoraban por completo los objetos que tenía la caravana, a lo que al ver esto, Alistair se puso de pie, y empezó a gritar llamando la atención de la gente, la razón por la que hizo esto es que se dio cuenta que ninguno de los otros stands no estaban llamando la atención de la gente, el público solo iba a ciertos lugares en específicos sin prestar la mínima de atención a los demás.

- ¡Vengan! ¡Productos increíbles! ¡Runas de los elfos antiguos, armas del reino oculto de los enanos, o incluso artefactos traídos directamente de la ‘’Tierra Oscura’’!

Las personas que pasaban por ahí, terminaron siendo atraídas hacia el puesto de la caravana dándose cuenta de su presencia, al ver esto, el resto de los miembros de la caravana también empezaron a gritar llamando al público promocionando sus artículos, y aunque muchas de las cosas que vendían no eran lo que decían, como las runas de los elfos antiguos o armas ancestrales, las personas no lo sabían, así que aunque no dieron una cantidad de dragones de oro exorbitantes, fueron lo suficiente para justificar el viaje, la posada y aun así tener ganancias.

Y con esta estrategia de mentir a medias y hacer una promoción acalorada de sus productos, pasaron 2 días más hasta el momento de volver a la aldea del sol.

Parte 2

El grupo había recogido todas sus cosas de la posada y el establo donde se refugiaba el dragón y dormían otros miembros de la caravana.

Ahora el grupo se encontraba nuevamente en la intemperie del desierto, Alistair con una sonrisa solo dio unas palabras de ánimo y avanzo seguido por el resto del grupo.

No había una tormenta de arena que hiciera su camino más lento, a lo que hizo que el avance fuera mucho mejor.

Nilo se encontraba descansando en la carreta con una sábana tapándola del sol, al parecer le había dado un golpe de calor, pero a pesar de eso, se veía feliz, todo había sido perfecto.

Rápidamente cayó la noche, el grupo había montado un campamento, como de costumbre el dragón estaba vigilando desde una parte alta.

Y Alistair estaba lo suficientemente cansado para en esta ocasión dormir profundamente.

Parte 3

Sostenía una espada manchada de sangre.

Se acercaba por un pasillo oscuro hasta la luz al final del túnel.

Se encontraba en un coliseo enorme y enfrente un niño prácticamente, este sostenía una espada temblorosa.

Antes de que aquel chico pudiera reaccionar, la espada atravesó su cuerpo desde su hombro izquierdo saliendo por su costado derecho.

La luz de los ojos de aquel chico se había apagado de un solo golpe mientras que la espada del atacante salpicaba de sangre la arena.

Mientras escuchaba una voz.

- ¡La *#”#$!”&%/ comenzado!

No era claro lo que decía, pero algo había comenzado.

Parte 4

Alistair abrió los ojos rápidamente, pudo escuchar pasos afuera, todavía era de noche, busco rápidamente pero con gran sigilo su espada, que por suerte, estaba bajo su colchón.

Agarro su espada y salió de la tienda a lo que afuera lo esperaban un grupo de hombres encapuchados, pero esto no fue lo que le llamo la atención, si no que todos los miembros de la caravana estaban amarrados y algunos con señales de maltrato, entre esos, Nilo Azul, que tenía una pequeña cortada en la ceja derecha.

Alistair entro en cólera pero antes de hacer algo, recibió un golpe de la cabeza y cayó en una profunda oscuridad.

Parte 5

Abrió lentamente los ojos.

Se encontraba amarrado con una soga alrededor de su cuerpo, se encontraba en un campamento donde veía trozos de carne de animal en picos al borde de una fogata.

Alistair seguía mirando a su alrededor y solo veía unos sujetos extraños devorando la carne como cerdos y ahogándose en sus vasos de alcohol, y lo vio, Akutah, el dragón que debía estar vigilando, capturado, per ¿Cómo?

- Te estas pregunta cómo fue que capturamos al dragón ¿verdad?

Una voz altanera llego a los oídos de Alistair.

Justo por encima de él, había un árbol en el cual en una de las gruesas ramas estaba este hombre.

Ahí lo vio, con un movimiento de pies casual, vestía una capa gris desgarrada, una armadura un tanto abollada y vieja con dos espadas curvas en la espalda.

Ese hombre se lanzó del árbol y cayó frente al incapacitado Alistair, luego este se acercó lentamente y con su mano derecha lo agarro del cabello blanco y puso su cabeza en dirección de la suya, y así, sus miradas se cruzaron.

- Me odias ¿verdad? Me odias por haber capturado a tus amigos.

Alistair pudo notar que en el brazo de aquel hombre había un tatuaje, parecía un ojo con una pupila alargada y algo así como una lanza atravesándola, El hombre pudo notar que la mirada de Alistair se desvió hacia su tatuaje, a lo que le causó malestar y le pego un puñetazo en el rostro.

El sujete de aspecto fornido pero con un rostro cansado parecía disfrutar el reducir a sus oponentes con fuerza bruta, porque lamio la sangre que salpico del rostro de Alistair.

- ¿Te llamo la atención este tatuaje?

Alistair se encontraba mirándolo desde el suelo ensangrentado.

- Veras, este tatuaje es de un grupo de imbéciles narcisistas, que se creen que están salvando al mundo, se hacen llamar los ‘’Cazadores’’, tuve que irme porque nuestras ideas no congeniaban, no les interesaba el dinero, esos desgraciados.

- …

No obtuvo respuesta de Alistair, a lo que aquel hombre lo miro con rabia y empezó a darle patadas mientras que Alistair seguía derrumbado en el suelo.

Lo disfrutaba, claramente lo disfrutaba, los golpes resonaban y la brutalidad del suceso era visto por sus compañeros de la caravana, incluida Nilo Azul.

Los golpes empezaron a sonar como salpicaduras, algo viscoso, la sangre se empezaba a estancar entre las grietas del suelo.

El vómito mezclado con sangre se escurría de la boca de Alistair, su rostro estaba desfigurado por los múltiples hematomas, y por la hinchazón, su ojo derecho se había perdido por completo entre la carne, y con su único ojo bueno inyectado en sangre lo miro directamente y por fin obtuvo una respuesta.

- Tu nombre…

El hombre pareció confundido.

- ¿Mi nombre? ¿Eso es importante?

- Si… Un poco…

- Arvyn, mi nombre es Arvyn, ‘’El Lobo Errante’’, o como me llamaban los idiotas de los ‘’Cazadores’’, ‘’El Caído’’.

- Ya veo… Arvyn... El caído… Es un buen nombre… je…

Arvyn no entendía el motivo de la risa de este hombre al que se suponía que había destrozado a golpes.

Luego de darle una última patada en el rostro a Alistair, se dio la vuelta y se dirigió hacia sus hombres.

- ¡Oigan pedazos de basura! ¡Preparen todo, en la mañana nos marcharemos a primera hora, tomen todo lo que tienen y conserven más de esa ‘’hierva de dragón’’ por si nuestro amigo despierta de su trance.

¿Hierva de dragón? Ese grupo tenía alguna especie de planta que inmovilizo a Akutah, no era normal que lo derrotaran tan fácil, definitivamente tenían experiencia lidiando con dragones sin tenerlos.

¡Shluk!

- ¿Eh?

Un cuchillo había perforado el pecho de uno de los miembros de la caravana.

Era Richard, el líder encargado de la expedición.

Sin previo aviso, Arvyn había sacado un pequeño cuchillo de su manga y lo clavo en el pecho de Richard.

La sangre escurría de la camisa de Richard al igual que su boca, nadie podía creerlo.

- ¡GAAAAAHHH!

Los gritos de Nilo rodeaban el paisaje desértico.

Richard cayó al suelo con una mirada vacía, sin palabras finales, nada, así era la muerte.

- Ya que me hiciste esa mirada que no me gustó nada, matare a tus amigos cada hora hasta terminar contigo, je.

Alistair lo miraba desde el suelo, sus ojos se inyectaron en sangre, y soltó un rugido, pero nada más podía hacer.