Chapter 12:

Capítulo 12: Descanso y primera misión

El Reino de las Garras: Tercera crónica, Red de Bruma - Volumen 3


Parte 1

Ya había pasado una semana desde la carrera de graduación donde el país que más destaco fue el de espinas.

Ya no existían la casa del Norte, Sur, Este y Oeste, eso ya había quedado en el pasado, al menos para los graduados, ya que una nueva generación de jóvenes cadetes llegaba al castillo donde tendrían su año de entrenamiento, pero eso ya no era asunto nuestro.

Todos los antiguos cadetes se les asigno una casa en las cercanías del castillo del patriarca para que cuando se les requiriera, llegaran al acto, a los nuevos soldados se les asigno su armamento, tanto espadas, armaduras, incluso en algunos casos una montura de ser necesaria, aunque no un dragón por falta de tiempo, ya que se supone que los dragones se les son asignados durante su entrenamiento. Los soldados que no tuvieron su dragón durante su año de cadete, se le asignara un caballo con armadura para que asista en la batalla, estos son generalmente la primera línea para las batallas, básicamente, carne de cañón.

Un soldado llega corriendo rápidamente por una larga sala con columnas de piedra, donde la única fuente de luz son unas antorchas sujetas a las columnas, y una ventada circular que esta sobre la mitad de la sala.

Rápidamente el soldado con una armadura de gris y con algunas partes con claras señales de óxido, se pone de rodillas frente a un trono, o más bien, el que estaba sentado sobre el trono.

Godwin.

El patriarca.

El patriarca tenía su mentón apoyado sobre su puño derecho mientras observaba a aquel soldado.

Godwin hablo.

- Entonces, dime, que es tan urgente que necesitabas verme en persona.

El soldado vio de reojo al patriarca y nuevamente agacho la cabeza mientras hablaba.

- Los Agrishkal siguen ocasionando problemas, se resisten a la incorporación de su majestad, y aunque son una tribu pacifica, realmente tienen fieros guerreros.

Mientras aquel soldado balbuceaba, Godwin solo entre cerro los ojos con molestia, y el soldado pudo darse cuenta y siguió hablando.

- P- pero encontramos una ventaja, varios campesinos de las afueras del reino mencionan una criatura colosal que roba sus ovejas y vacas, quema sus cultivos y sus casas, claramente hablan de un dragón.

Godwin movió ligeramente los labios.

- ¿Y entonces?

- Esa es la ventaja que necesitábamos contra los Agrishkal, sin mover muchos recursos ni ejércitos, solo un dragón gigante como el visto en la carrera que posee el reino de espinas.

El patriarca puso una gran sonrisa, todas sus arrugas se movían hacia atrás de su rostro.

- Esta era la ventaja que necesitábamos.

Luego de esto, Godwin miro al soldado que le había informado de tal descubrimiento.

- Serás recompensado por tu gran aporte al reino, se te darán unas monedas de oro.

- Muchas gracias su majestad.

Aun inclinado, el soldado se retiró de la sala.

Aparte de los soldados patriarcales dispersos por la lúgubre sala, había una figura moviéndose en la oscuridad, justo atrás del patriarca, a lo que este solo hablo sin mirar atrás.

- Tienes gran interés sobre esto, supongo que quieres participar.

- …

- Ya veo.

No recibió respuesta.

- Bien, entonces ordenare que vayas con un grupo para encontrar esa bestia colosal y agregarla a nuestras fuerzas.

Godwin apretó su puño desde su trono.

- Así, por fin eliminar esos malditos Agrishkal que solo me han dado problemas.

Luego de estas declaraciones, la figura que estaba en la oscuridad, simplemente se fue dejando atrás el eco de sus suaves pasos.

Parte 2

Un golpe sonó en la puerta de madera.

Abrió los ojos.

Era Alistair acostado sobre su cama, se puso de pie lentamente y se puso una camisa desgastada que estaba en el suelo, la cicatriz en su espalda fue cubierta por la prenda.

Alistair abrió la puerta con algo de somnolencia, era Kenric.

- Oye, despierta hombre, nos llamaron al salón del patriarca, no se que quiere pero debemos asistir con urgencia.

- ¡!

Alistair se impresiono bastante, para que los quisiera ese anciano específicamente a ellos.

- Debemos ir a la armería y ponernos armaduras, rápido.

Alistair cogió su espada que se encontraba al pie de la cama y corrió con Kenric hacia la armería.

Parte 3

Kenric y Alistair ya se habían puesto unas armaduras grises de soldados genéricos y llevaban sus yelmos en las manos. En este momento se dirigían al salón patriarcal, en el camino se cruzaron con Ana, al cruzar miradas con Kenric, esta simplemente agacho la cabeza y Kenric pudo notarlo al instante.

- No te preocupes Ana, aunque me rechazaste, no te guardo ningún rencor, eso me hará más fuerte en el futuro, así que no te mortifiques por eso.

Ante las palabras del calvo Kenric, Ana puso una sonrisa ligera y le respondió.

- Gracias, realmente has madurado un poco.

Ante la inesperada respuesta de Ana, Kenric se sonrojo y casi se cae pero mantuvo el equilibrio apoyándose en Alistair.

Llegaron al castillo, subieron las escaleras y avanzaron por un largo pasillo con baldosas brillantes, se encontraban algunas mucamas y guardias ocasionales por el castillo.

La sala patriarcal se ubicaba en un lugar aparte del castillo donde habían ‘’estudiado’’ en el pasado, esto era algo totalmente nuevo, una fortaleza distinta.

Eventualmente el trio llego hasta la entrada de lo que parecía ser la sala patriarcal, unas enormes puertas de madera con acabados dorados adornaban la entrada.

Ahí los esperaban Gabriel y Ririna.

Ririna se encontraba apoyada en una columna con una mala cara.

- ¿Hasta cuándo tenemos que esperarlos?, llevamos una hora aquí parados.

Gabriel solo ponía una sonrisa forzada mientras que Alistair respondía.

- Lo siento Ririna, fue mi culpa, me demore mucho a la hora de cambiarme y bueno, eso nos retrasó, perdón.

Ante las palabras de Alistair, Ririna solo se sacudió el cabello con sus manos y hablo.

- Agghh… bueno no importa, vamos a ver que quiere ese viejo.

Todos asintieron y cruzaron las puertas gigantes.

Parte 4

Al fondo del salón se encontraba un anciano sentado sobre un trono, su nombre era Godwin, el patriarca del reino de la lluvia.

El grupo conformado por Gabriel, Ana, Ririna, Kenric y Alistair, avanzo lentamente por el salón hasta una distancia prudente del patriarca, luego de esto, el grupo se puso de rodillas.

- Bueno, asumo que no saben el por qué están aquí, así que les diré, esta será su primera misión como soldados del reino de la lluvia.

Aunque seguían con la cabeza agachada, todo el grupo puso una expresión de asombro en su rostro. Godwin siguió hablando.

- Al este del reino, casi llegando a la costa, se encuentra un bosque que rodea una gran zona montañosa, los pueblerinos de la zona hablan sobre una bestia gigante que ataca regularmente a su ganado e incluso sus viviendas.

Kenric interrumpió al patriarca en ese momento.

- ¡Entonces quieres que encontremos a la bestia y la matemos! ¿Verdad?

- No.

Kenric se quedó en silencio y volvió a agachar su cabeza ante la respuesta contundente del patriarca.

- Quiero que vayan al bosque y encuentren a la bestia, y la domen, como si del diluvio dracónico se tratase.

El grupo seguía en silencio.

- Claro, no irán solos, les asignare un capitán de escuadrón, directo de mi guardia personal para tan importante misión.

De una de las puertas que conectaba con el salón, entro un hombre alto con una armadura azul cielo, tenía ojos azules y cabello rubio, era bien parecido, al menos parcialmente, la parte izquierda de su rostro estaba quemada haciendo que donde estaba la quemadura, no creciera el cabello, tenía la boca algo distorsionada y el ojo izquierda no podía abrirlo en su totalidad.

Aquel hombre hablo.

- ¿Me mando a llamar?, su majestad.

- Así es, él es Sir Viggo, tú serás el capitán de este grupo de soldados recién graduados, los acompañaras a una misión muy importante, todos los detalles están en este pergamino.

Godwin estiro su vieja mano con el pergamino enrollado y sellado con los detalles de la misión.

Viggo agarro el pergamino mientras inclinaba la cabeza.

- Gracias su majestad, procederé a hacer los preparativos para la misión.

- Pueden llevar sus dragones, ya que esta misión es de gran dificultad.

- Como ordene su majestad.

Todo el grupo de jóvenes asintió y procedieron todos a retirarse del salón.

Una vez afuera del castillo, un dragón color blanco con rayas negras como si fuera una cebra, cayó del cielo.

- Tranquila, Scratch.

Al escuchar las palabras de Viggo, el dragón blanco de rayas negras se calmó y dejo de aletear. No había duda, el dragón pertenecía a Viggo. Y con esto, ya estaban listos.

Un grupo de 4 soldados novatos y un soldado patriarcal como capitán ya estaba listo para la misión.

Capturar al enorme dragón que aterra los pueblos fronterizos.

Alistair- Rakasha.

Kenric- Sin compañero.

Ana- Hera.

Gabriel- Grif.

Ririna- Ángelus.

Viggo- Scratch.

La misión dio inicio.

Parte 5

El grupo se encontraba moviéndose a gran velocidad, unos por el cielo y otros por tierra, Kenric se encontraba sentado en el lomo de Rakasha, que estaba siendo manejado por su jinete, Alistair, mientras que el resto se encontraban volando con sus compañeros.

Parte 6

El grupo se había dispersado por los pueblos cercanos al mar para buscar pistas de donde podría estar la criatura.

- Dios, que calor.

Esas eran las palabras de Kenric mientras miraba al cielo y tapándose el rostro con una mano, claramente era un día caluroso, iba acompañado por Ririna que tenía bastante mal humor desde que llegaron al castillo.

Ririna acelero el paso y levanto la mano para llamar la atención de unos granjeros que pasaban por el camino de tierra húmeda.

- Oigan, aquí.

Los granjeros vieron a Ririna y detuvieron sus burros.

Uno de los granjeros era un hombre mayor de piel oscura y el otro parecía ser su hijo, un joven de piel oscura y un poco más alto que el hombre mayor. El mayor hablo.

- Dime jovencita, ¿que necesitas?

- Fuimos enviados por el patriarca Godwin para buscar una bestia que está aterrorizando los pueblos del área.

- Oh, ya veo… así que los envió el patriarca. La verdad es como dices, un monstruo ha estado atacándonos últimamente, hace algunas semanas para ser exactos, generalmente sale en las noches, muchos vecinos dicen que lo han visto salir de la montaña que se encuentra en el centro del bosque.

- El bosque, ya veo.

Ririna miro a Kenric con una enorme sonrisa, para Kenric esto era raro, tanto que le dio escalofríos. Definitivamente Ririna ya no era la niña tímida que había conocido de una familia adinerada, ahora era una loca por las peleas.

- Muchas gracias caballero, su amabilidad será recompensada.

Ririna saco de una pequeña bolsa que llevaba en la cintura, unas monedas de plata que le dio al hombre, 4 monedas de plata para ser exactos. El hombre les dio una advertencia.

- Pero tengan cuidado, esa bestia no es nada parecido a los pequeños dragones que ustedes tienen, es algo colosal.

El sudor caía de la calva de Kenric, esto era peligroso, a tal punto que no entendía porque Godwin los había llamado a ellos específicamente.

Ririna se acercó eufórica aun con una sonrisa en su rostro, agarro con sus dos manos las de Kenric.

- Lancemos una bengala y vayamos al bosque.

- Está bien.

Ririna fue a preparar todo para lanzar la bengala.

Parte 7

Mientras que Viggo le preguntaba a algunas campesinas que se encontraban cultivando arroz, Alistair se encontraba a la orilla de un barranco con Rakasha mientras observaba el mar.

Ana se acercó por la espalda suavemente.

- ¿En qué piensas?

- Realmente no pienso en nada en específico, solo que… ¿esta bien lo que hacemos? Cumplir órdenes de un psicópata como Godwin, tu debes ser consiente de todo lo que ha sucedido, esas pruebas de muerte, con qué objetivo, solo para fortalecernos, no tiene sentido, alguien debe cambiar eso.

- Si… alguien debe cambiarlo, pero ¿Quién?

- Yo.

- ¡!

- Aunque ahora solo sea un soldado sin rango, estoy muchos más cerca de mi objetivo que ayer, que la semana pasada, incluso más cerca que hace un año.

Mientras que la brisa marina golpeaba el rostro de Alistair, continúo hablando.

- Yo cambiare este reino, acabare con Godwin, la injusticia y todo este sistema corrupto.

Ana apretó fuertemente la manga de la camisa de Alistair mientras que Rakasha rugía fuertemente seguido de un sonido de explosión.

Era una bengala verde que venía desde el sur, donde estaba Ririna y Kenric.

Viggo le grito a Alistair y a Ana para que se agruparan.

Ante el llamado de Viggo, Alistair y Ana rápidamente fueron en su dirección.