Chapter 6:
Fantasía.exe HA DEJADO DE FUNCIONAR (Español - Spanish)
Aric no quería perder más tiempo con ese maldito sistema turbio. Cada segundo que escuchaba sus estupideces, sentía que su mente se deterioraba, como si su coeficiente intelectual estuviera en caída libre.
Sin dudarlo más, se enfocó en el Mod de Trucos.
La pantalla modesta se desplegó frente a él y, como si el universo le hiciera un favor, la voz del sistema se apagó.
El silencio que siguió fue celestial.
No hizo nada. Solo respiró hondo y disfrutó de este momento. Contempló lo hermosa que podía ser la vida. Por un instante, parecía haber olvidado que estaba en un baño de estudiantes, rodeado de orina, mierda y posiblemente un par de enfermedades incurables.
«Este silencio. Esto… esto es lo mejor de esta vida,» pensó, con una sonrisa pacífica, como un monje que ha alcanzado la iluminación.
Si ignoraba el hecho de que estaba rodeado de cubículos con graffitis filosóficos del tipo "Luis se la come doblada", realmente podría convencerse de que este era un momento sagrado.
Cuando consideró que había disfrutado lo suficiente de la bendición del silencio, se enfocó en lo que realmente importaba. Deslizó su dedo por la barra de trucos con rapidez, buscando aquello que más necesitaba. Y entonces, lo encontró:
Misiones Falsas: Genera misiones falsas para recibir recompensas de Puntos del Sistema reales. Atención: No nos hacemos responsables si la mentira se te va de las manos. Úsalo con moderación… o no, qué nos importa.
Costo: 100 PS.
Aric tomó un bocado de aire para tranquilizar la ansiedad que sintió en ese instante. Rezó en sus adentros para que esto no fuera otro truco barato destinado a convertirlo en un villano de tercera, de esos que aparecen en el Capítulo 2 solo para ser destruidos por un protagonista con habilidades en fase tutorial.
—Por favor, que no sea un engaño, que no sea un engaño... —murmuró, juntando las manos como si estuviera a punto de hacer una ofrenda a un dios al que claramente no le importaba su existencia.
Intentó calmar sus propios temores.
«Sea lo que sea, no puede ser peor que este sistema de mierda.»
Y con esa lógica de supervivencia cuestionable, pulsó “Activar”.
Esperó.
Nada.
No hubo notificaciones. No hubo sonidos. No hubo ningún molesto [¡Ding!]. Solo una discreta palomita verde apareció al lado del truco, como si le estuvieran confirmando que había hecho un pedido de pizza y no un cambio trascendental en su destino.
Frunció el ceño. Miró con más atención la pantalla y entonces lo vio.
El precio del truco había cambiado.
De 100 PS a 3,000 PS.
El alma de Aric dejó su cuerpo por segunda vez en menos de una hora.
—…No. No, no, no, no, no, NO.
Golpeó la pantalla. Nada. Dio toquecitos con el dedo. Nada. Intentó deslizar, refrescar, apagar y prender, y nada cambió. La interfaz holográfica lo ignoró con la misma indiferencia con la que un dios ignora las súplicas de los mortales.
—Dime que esto no es otra maldita estafa… —susurró, con la voz temblando entre la desesperación y el homicidio en primer grado.
Miró con detenimiento toda la pantalla, pero no encontró nada. No surgió ninguna nueva pestaña, ningún apartado especial, ningún mensaje de confirmación con letras brillantes anunciando el nacimiento de su gloriosa era de trampas y engaños.
Aric sintió cómo su corazón se aceleraba. «Esos eran mis únicos Puntos del Sistema.»
Su única alternativa.
Si esto no funcionaba, significaba que tendría que depender del Sistema del Abismo Carmesí… y eso solo podía traerle tragedias, sufrimiento y una muerte prematura acompañada de una risa burlona de fondo.
La desesperación se apoderó de su ser y, derrotado, se inclinó sobre sus propias rodillas, abrazando el vacío existencial.
«Tal vez… tal vez una vida humilde no sea tan mala.»
Podría renunciar a sus ambiciones, dedicarse a vender pan en un pueblito tranquilo, tener un perro, aprender a tejer bufandas…
«Sí, una vida sin sobresaltos, sin traiciones, sin muerte inminente.»
Lentamente, con el espíritu de un hombre cuyo destino había sido sellado, cerró el Mod de Trucos.
En ese momento, la irritante voz del sistema retumbó en su mente como una estampida de búfalos cósmicos desbocados. Y no venía con su usual tono burocrático y condescendiente; no, esta vez estaba completamente fuera de sí.
[¡TÚ MALDITO PEDAZO DE BASURA HUMANA, HIJO DE UNA PROBABILIDAD ESTADÍSTICA DEFECTUOSA!]
Aric sintió cómo su alma crujía bajo el peso de semejante ataque verbal. Pero, como cualquier persona sensata al ser insultada por un software con complejo de dios, reaccionó con la misma energía.
—¡¿PERO QUÉ CARAJO TE PASA AHORA, MALDITO CHATBOT CON COMPLEJO DE NOVIA TÓXICA?!
La pantalla del sistema tembló, como si su furia fuera tan grande que estuviera a punto de autodestruirse en un ataque de ira.
[¡¿AHORA ES QUE ACTÚAS COMO SI ME ESCUCHARAS?! ¡LLEVO HORAS INTENTANDO LLAMAR TU ATENCIÓN Y TÚ SOLO ESTÁS AHÍ PARADO, IGNORÁNDOME COMO UN COMPLETO IDIOTA!]
—¡¿HORAS?! —Aric parpadeó—. Hermano, literalmente han pasado cinco minutos.
[¡CINCO MINUTOS EN LOS QUE PODRÍAMOS HABER CONQUISTADO UN REINO, MATADO A UN DIOS Y DOMINADO EL MULTIVERSO, MALDITO BUITRE ANÉMICO!]
Aric suspiró, masajeándose el puente de la nariz. El sistema tenía menos paciencia que un influencer sin Wi-Fi.
—Mira, parásito, si pretendes que pase todo el día escuchando tu voz repugnante en mi cabeza, puedes olvidarlo. Ya decidí tener una vida distinta. No necesito un sistema degenerado como tú en mi vida.
[¡¿PARÁSITO?!]
—Sí, parásito. Sanguijuela digital. Virus con aires de grandeza. Leecher cósmico. Tómalo como prefieras. No te necesito. Ya decidí que mi compañero de vida será un pequeño perro llamado…
Hizo una pausa dramática antes de soltarlo con el tono más solemne del mundo.
—¡Chanchito!
El sistema quedó en silencio por unos segundos, probablemente procesando la información con la incredulidad de alguien que acaba de descubrir que su existencia es menos importante que la de un cachorro con nombre de cerdito.
[...Chanchito.] La voz del sistema resonó con un eco vacío, como si estuviera al borde de una crisis existencial.
—Sí. Chanchito. Un pequeño perro con orejas caídas y una colita feliz. Mucho mejor compañía que tú.
[... ¡¿PREFIERES UNA COSA QUE LAME SUS PROPIAS BOLAS ANTES QUE A MÍ, EL GRAN SISTEMA DEL ABISMO CARMESÍ: EL SENDERO DEL DIOS MASACRADOR?!]
—¡Por supuesto que sí! Chanchito jamás me estafaría con tasas de conversión ridículas, ni me hablaría como si fuera una bolsa de basura con patas.
El sistema estaba a punto de estallar en otro discurso furibundo, cuando de repente se quedó en silencio. Como si algo, una pieza vital en su colosal maquinaria de odio, acabara de encajar.
Entonces, rió.
No de felicidad. Ni de burla. No. Era una risa contenida por el enojo, como la de alguien que acaba de recordar que tiene un as bajo la manga.
[Por poco caigo en tu trampa.] Su voz, ahora fría y burlona, le dio escalofríos a Aric—. [¿Una vida distinta? ¿Con un contenedor de pulgas? ¡JA! ¡DEJA DE FINGIR, PEDAZO DE INEPTO!]
—¿Fingir qué? —preguntó Aric con una ceja alzada, sintiendo que algo malo se avecinaba.
[¡¿QUÉ DIABLOS HAS HECHO CON MIS GRANDIOSAS MISIONES SECUNDARIAS?!]
Antes de que Aric pudiera preguntar qué carajos quería decir, la pantalla del sistema cambió de repente, desplegando un menú.
Misiones Secundarias
Aric miró la pantalla.
Y quedó en shock.
Por un instante, solo pudo observar, procesando lentamente lo que veía. Luego, la comprensión lo golpeó.
—Ja… Ja ja… JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
Please log in to leave a comment.