Chapter 15:
El Reino de las Garras: Tercera crónica, Red de Bruma - Volumen 3
Parte 1
Era una mañana calmada en el reino de la lluvia. Entre los edificios de roca, los mercaderes estaban enérgicos como de costumbre entre los callejones de la ciudad con mercancía nueva traída de otros reinos y los turistas de otros reinos disfrutaban de la comida local y los accesorios que los mercaderes vendían.
Mientras que en los barrios más bajos de la ciudad, las prostitutas seducían a tanto a propios como extraños, estas usaban ropas ligeras con textura trasparente o incluso se movilizaban entre los pasillos con los senos expuestos, esto para atraer a los guardias, que aunque su único trabajo era salvaguardar el orden de las calles, estos comúnmente rompían su juramento para acostarse con las prostitutas.
Los niños de las familias nobles se encontraban en los pocos barrios de la alta sociedad jugando con sus pelotas coloridas o cabalgando en sus ponys, en otro lado de la ciudad, los niños morían de inanición, enfermedad, incluso pasaba con los hombres adultos, padres enterrando a sus hijos y los hijos a sus padres, en pocas palabras, era un día normal en el Reino de la lluvia.
Godwin, el hombre que estaba por encima de todos en el Reino de la Lluvia, el patriarca, se encontraba de pie en la cima de una de las torres de su castillo, este se encontraba acompañado por dos de sus guardias con armaduras azul cielo.
El viento soplaba un poco más fuerte que de costumbre a pesar del soleado clima del reino ‘’lluvioso’’.
- Sir Rowan.
El patriarca menciono el nombre de uno de los soldados, a lo que este se puso alerta y respondió ante el llamado de su gobernante.
- ¿Qué ordena mi Lord?
- ¿No hemos recibido noticias del grupo al mando de Sir Viggo?
- No mi Lord, la última vez que supimos algo de ellos, fue hace una semana que llego un cuervo, el cual decía que tenían una posible ubicación de la guarida del dragón, pero nada concreto luego de eso, solo rumores de una enorme pelea que acabo con un bosque entero y un pueblo cercano, lo más probable es que…
- Si, entiendo, claramente Viggo es alguien muy competente, pero lo mande con un grupo de novatos, tal vez esperaba mucho de…
Antes de que Godwin terminara de hablar, empezó a acercarse algo entre las nubes hacia la ciudad, era una sombra enorme que cubría en oscuridad total por donde pasaba.
Los ciudadanos estaban asustados, desde los nobles hasta las prostitutas, el desconcierto no conocía estrato social.
Godwin lo vio, no, todos en la ciudad lo vieron.
Un dragón emplumado de dos pares de alas, un grifo de color madera, un wyvern de color azul, un dragón blanco con rayas negras como una cebra, este grupo pintoresco se acercaba volando sobre la ciudad, incluso un lagarto de escamas negras sin alas volaba sobre ellos, aunque esto último tenía una explicación y la razón del por qué las personas no despegaban sus ojos del cielo.
El Drake de nombre Rakasha junto a su jinete Alistair, estaban siendo sostenido por algo, un dragón que era unas 5 veces más grande que un dragón promedio, de color totalmente negro, ojos rojos como la sangre, y un par de protuberancias de marfil que sobresalían de su mandíbula, eran sus colmillos absurdamente grandes. Esta monstruosidad respondía al nombre de Zarkhul.
Parte 2
Los otros dragones habían sido guardados en sus respectivos establos, pero Zarkhul estaba apoyándose sobre una de las torres del castillo patriarcal mientras su jinete se encontraba dentro de este.
Dentro del castillo, en la sala patriarcal, se encontraba Sir Viggo, Alistair, Ririna, Ana, Gabriel y Kenric.
Estos habían citados nuevamente por el patriarca por el cumplimiento de su misión, algo que hasta el mismo Godwin creía imposible, pero lo consiguieron.
- Lo siento por la demora, pero luego de una intensa pelea, todos quedamos inhabilitados para lugar y debíamos recuperarnos de nuestras heridas.
Godwin podía ver que tanto Viggo como el resto, estaban cubiertos de vendajes, incluso se podía ver manchas de sangre en algunos de estos, al parecer muchas de sus heridas no habían sanado por completo.
- Puedo ver que lo que dices es cierto, Viggo, y no tengo razones para creer lo contrario.
Godwin aun sentado en su trono se notaba bastante contento, no podía ocultar esa sonrisa incluso entre las sombras de su trono.
- (Ahora, ya le pusimos peso a la balanza militar, el Reino de Espinas no se esperara esto, será una batalla de dos bestias colosales, y por supuesto, ganare yo… Aunque sean un país más grande, tengo apoyo del reino del Fuego, esa será mi carta del triunfo, y así, veré a esa perra de un ojo chupar mi verga y usare la cuenca de su inexistente ojo para violarla)
Aunque no decía nada, la sonrisa de Godwin era demasiado molesta para Alistair.
Aun sentado en el trono, Godwin siguió hablando.
- Viendo que llegaron muy lastimados, les daré una semana libre para que descansen y se recuperen de sus heridas, porque muy pronto, un conflicto a gran escala se acerca, y necesitare de mis mejores hombres.
Todos tensaron sus cuerpos luego de las palabras de Godwin. Un conflicto a gran escala solo podría significar una cosa.
Guerra.
Luego de esto, todo el grupo de rodillas se puso de pie y se retiró de la sala.
Parte 3
Alistair se encontraba por la zona comercial de la ciudad buscando algo que comprar para el almuerzo, estaba siendo acompañado por Ana que tenía un vestido blanco enterizo que le llegaba un poco más debajo de la rodilla.
- Oye, Ana.
- ¿Dime, Ali?
- No es que no disfrute tu compañía como cualquiera, pero ¿Por qué me acompañaste?
- Bueno, si me preguntas así, diría que me siento un poco aburrida.
Luego de responder la pregunta de Alistair, Ana solo expulso un suspiro, y Alistair pudo notarlo, él sabía que Ana lidiaba con cosas más allá de su control y el no podía ayudarla ya que no sabía con qué lidiaba, así que dejo de preguntar y simplemente acepto su compañía.
- Está bien, ayúdame a buscar unos buenos vegetales, ya que no soy muy bueno en esto y la comida realmente no podría considerarla como tal, al menos la que yo cocino, je.
Alistair puso una sonrisa tranquila y en respuesta, Ana se sonrojo un poco y luego le devolvió la sonrisa.
- Está bien Ali, conozco un buen mercader que vende los mejores vegetales del exterior, dicen que incluso los ha traído de los alrededor del bosque del origen.
- ¡Oh! ¡el bosque del origen! Entonces deben ser los mejores vegetales de los 8 reinos.
- Si, así es.
El estado de ánimo de Ana ahora era mucho mejor, y eso realmente ponía a Alistair muy feliz. Mientras avanzaban por el mercado, mucha gente estaba amontonada en la calle, entonces Ana apretó la mano de Alistair para no separarse de él, y aunque a Alistair lo tomo desprevenido y se sonrojo un poco, pensó que era necesario y para Ana esto no era nada, y al mirarla, se dio cuenta que no era así.
Ana estaba totalmente sonrojada mientras agarraba la mano de Alistair, haciendo que este se sonrojara todavía más y que la compra de vegetales se volviera más complicada.
Parte 4
Ririna se encontraba en el bosque ubicado atrás del castillo donde entreno todo el año pasado para soldado, en este momento estaba entrenando con su espada contra un árbol ya desgastado de recibir tanto daño de ella. Entre unos arbustos, Ririna pudo percatarse que la observaban, pero solo eran unos pequeños osos que habían quedado luego de que ella matara a su madre hace tiempo. Ella no los mataría, se sentía algo mal haber matado a su madre porque en primer lugar ella llego buscando pelea para hacerse más fuerte, y aunque ya no era la niña mimada de esa época, nada justificaba haber quitado una vida, al menos no por una razón tan infantil.
- Ufff…
Ririna suspiro y siguió entrenando con la espada, pero en un instante sintió una presencia maligna (?), no, simplemente era una enorme sed de sangre, a lo que en respuesta, Ririna dio media vuelta y ataco con su espada, pero fue inmediatamente repelida por otra espada en respuesta.
- Solo venía a observar, mujer oso.
Ririna entrecerró los ojos, pudo observar a la dueña de esa sed de sangre. Era una chilla de piel blanca al igual que su cabello, sus ojos dorados, una hermosa figura que cualquier hombre quisiera tener en su cama.
- Normalmente usaría una cadena como arma, pero quería acompañarte en tu entrenamiento, mujer oso.
- Blanca, de la casa Este.
- Ya dejemos eso de las casas en el pasado, ahora pertenecemos al mismo chiquero, ¿no te parece?
- Tienes razón, bueno, aceptare tu propuesta.
Antes de que Ririna terminara de hablar, pudo notar una enorme presión que venía de Blanca, como una mujer blanca como la nieve podía tener esta oscuridad, definitivamente ahora era mucho más fuerte que en su primer encuentro.
Las espadas de las dos jóvenes chocaron lanzando chispas por el aire mientras los tres osos observaban desde los arbustos.
Parte 5
Como de costumbre, Kenric y Gabriel se encontraban juntos, era una dupla un tanto extraña pero funcional.
Kenric se encontraba muy emocionado hablando de su poderoso dragón, mientras que Gabriel lo escuchaba con una expresión algo cansada.
- ¡Y cuando esquive el ataque de Zarkhul, realmente fue increíble!
- Oye, y ya sabes, ¿dónde está Zarkhul ahora?
- Bueno, tuvieron que adecuar una zona en el bosque atrás del castillo porque los establos para las bestias comunes no eran suficientes, después de todo, ¡es el dragón más grande y poderoso de todos, y es mío¡
- Si si como digas, je.
Gabriel se percató de algo, entre la multitud vio a Alistair y Ana.
- Oye Kenric, mira ahí.
Kenric giro en la dirección que Gabriel le señalo y pudo ver a Alistair y Ana, al parecer estaban haciendo compras, y vio algo más, ambos lo vieron, Alistair y Ana estaban agarrados de la mano. Verlos así, hizo que Kenric se quedara en silencio un momento y Gabriel pudo notarlo. Pero luego de un leve suspiro, Kenric llamo a sus amigos y corrió hacia ellos.
- ¡Oigan, Ana, Alistair, ¿Cómo van?!
- (Has cambiado, Kenric, me alegra)
Mientras Kenric se alejaba entre la multitud, Gabriel solo pudo observar mientras el mundo a su alrededor perdía sonido y todo se ponía blanco, el cabello rubio de Gabriel se movía levemente con el viento tapando incluso su visión.
- (Creo que debería cortarlo, je)
Luego escucho los gritos de Kenric entre la multitud.
- ¡Oye! ¿Piensas venir o no?
Kenric estaba de pie con una avergonzada Ana y Alistair, ambos tenían bolsas de verduras y carne para el almuerzo.
- (Supongo que no esta tan mal por ahora)
Y dando un paso hacia adelante, Gabriel se imbuyó en el blanco que rodeaba a sus amigos, eran ahora su familia.
¿Pero por cuánto tiempo?
Parte 6
Había caído la noche.
Para este momento, todavía no se habían reclutado los nuevos cadetes, se supone que entran la semana siguiente, en donde escogerán algunos soldados que sirvan como guardias del castillo y brindar apoyo a los instructores de sus respectivas casas, pero en este momento, la casa Sur donde habían estado un largo año, estaba vacía.
En esa ahora abandonada colina se encontraban Alistair, Ana, Kenric y Gabriel. El grupo estaba organizando una comida nocturna compuesta de distintas carnes y vegetales, habían hecho una fogata para asar la carne y darse calor.
Alistair se encontraba de pie en la colina viendo hacia la ciudad mientras disfrutaba de un pincho de carnes, y aunque al inicio se quemó la lengua un poco, luego de soplarlo un poco, comió sin problemas. Alistair pensaba en todo lo que le había pasado, pero estaba más cerca de su objetivo, pero, cambiar el país…
- ¿Cómo se supone que debo *ñam ñam*? que rico.
Alistair sintió una leve palmada en su espalda, era de la primera persona que conoció en la academia, Kenric.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué tan melancólico?
- Nada en particular. Es solo que no sé cómo cumplir mi objetivo, cambiar el país, ¿Qué se supone que significa eso? En algún punto pensé que tenía la respuesta pero parece que nuevamente perdí el norte.
- Entiendo entiendo.
- ¿Enserio?
- Realmente no.
- …
- Pero que importa, si te esfuerzas, cumplirás todos tus objetivos, puede que ahora no sepas como cumplirlos, pero eventualmente tendrás la respuesta. Para ser honesto, cuando los vi a todos conseguir sus compañeros dragones o no, sentí envidia, aunque trataba de ocultarlo, me sentí frustrado, de nosotros fui el único que perdió su batalla en el coliseo.
Alistair pudo notar como Kenric apretaba sus puños mientras hablaba.
- Pero eso nunca me detuvo, seguí entrenando para hacerme más fuerte, y mírame, obtuve la bestia más majestuosa de todas, es simplemente ley de atracción.
- ¿Ley de atracción?
- Ya sabes, cuando deseas mucho algo, lo atraes, y si eres muy negativo, también atraes cosas malas. Es que eh leído muchos libros de autoayuda que compre en el mercado, de una señora que creo es maga.
- Je.
- ¡!
- ¡Jajajajaja! Realmente no deberías leer ese tipo de libros extraños, pero puede que tengas razón en esta ocasión.
- Sí.
- Gracias Kenric.
Alistair extendió la mano derecha mientras que Kenric con una sonrisa le dio un apretón de manos devuelta.
- Ni lo menciones, para eso están los amigos.
- Amigos eh… Si, suena bien.
Mientras que seguían comiendo, escucharon un sonido extraño que venia del bosque, unos pasos se acercaban lentamente. Todo el grupo se puso alerta, algo se aproximaba.
Y entonces.
Parte 7
Godwin se encontraba en su trono habitual mientras que un soldado daba un informe muy importante.
- Patriarca, los Agrishkal siguen resistiéndose a nuestras demandas, no tienen interés alguno por unirse a nuestras filas.
Ante la información de aquel soldado, Godwin no pudo evitar poner una expresión de disgusto, pero en un instante su expresión cambio, puso una sonrisa no muy común en él, era una sonrisa tan grande que parecía que su rostro se deformaba y luego hablo.
- Que sigan resistiéndose, ya no negociaremos más, mandaremos nuestra más reciente adquisición.
- ¿Quieres decir…?
- Si, mandare al dragón negro recién capturado, y si eso no es suficiente, mandare un ejército entre soldados de poca monta pero con sed de gloria y sangre y soldados patriarcales. Ahora reúne un ejército, nos prepararemos para el asedio en dos días.
- Como ordene mi señor.
El soldado se retiró de la sala lúgubre, mientras que atrás de Godwin se retorcía una bestia de color esmeralda y la sonrisa del patriarca se perdía en la oscuridad.
Parte 8
Las personas que salieron del bosque eran Ririna y una sexy mujer de piel blanca como la nieve, cabello tan blanco que casi parecía trasparente y ojos dorados.
Ambas mujeres estaban cubiertas de suciedad y heridas.
Gabriel de una hablo impresionado.
- Ririna y… tu eres la chica de la casa Este ¿no?
- Blanca.
- Lo suponía, concuerda con tu aspecto, je.
Kenric al ver a las dos chicas cansadas, les ofreció los pinchos de carne para que recuperaran energía.
- ¿Y qué hacen en el bosque a esta hora?
Mientras que Blanca le arrebato el pincho de carne a Kenric, Ririna hablaba.
- Bueno, estábamos entrenando todo el día, y sin darnos cuenta, se hizo de noche y nos perdimos.
- De no ser por el olor de su comida, hubiéramos seguido perdidas.
- Bueno, nos alegra ayudar, tomen asiento en algún lado y disfruten de la comida.
- Gracias.
- Gra *ñam ñam* cias.
Todos reían al lado de la fogata, era una noche que ellos no olvidarían en el resto de su vida, compartir una comida con sus amigos más preciados.
Y con esto, la noche había llegado a su fin y un nuevo día comenzaba.
Parte 9
El día del asedio había llegado.
Muchos soldados se preparaban afuera de la ciudad preparándose para la batalla contra lo que en el informe decía, ‘’un grupo terrorista conformado por miembros de la tribu Agrishkal, el plan de ellos era derrocar el gobierno del patriarca Godwin y formar su nuevo imperio’’.
Para Alistair, este paisaje era completamente nuevo, cientos de soldados organizados, algunos llevando los estandartes del reino de la Lluvia, este era una nube con un rayo atravesando un cráneo.
Muchos soldados tenían sus armaduras, las catapultas estaban preparadas, incluso habían muchos drakes robustos que llamaban dragones de tierra, con lo que parecían cañones de barcos en sus lomos, aunque les costaría moverse, eran bastante fuertes para aguantar más de un ataque.
Los amigos de Alistair estaban separados en alguno de los demás cuadrantes, él estaba con un montón de desconocidos, pero no importaba, no iba a un día de campo, iba a la guerra, aunque un ejército tan grande solo para una tribu indígena, era un poco excesivo, pero eran órdenes.
- Tal vez si dejara que los Agrishkal tomaran la ciudad, pero ¿Qué pasaría con los ciudadanos? No. Debo detener esos terroristas a como dé lugar.
Alistair se había montado en el lomo de Rakasha que ahora tenía una armadura nueva, estaba completamente acorazado.
- Te ves genial, Rakasha.
Rakasha miro a Alistair y asintió en señal de agradecimiento.
En medio de todos, un soldado patriarcal sobre un grifo albino empezó a dar las indicaciones de la misión.
- ¡Hoy tenemos un enemigo en común, que amenaza la supervivencia de nuestro país, y no viene fuera del reino, si no del interior. Los Agrishkal planean matar a nuestros niños y violar a nuestras mujeres una vez acaben con nosotros. Por eso debemos acabar con ese grupo de indígenas terroristas. Esta es una orden directa del gran patriarca Godwin, sin sobrevivientes!
Todos los soldados levantaron sus espadas al cielo mientras gritaban y sus bestias rugían.
- ¡Con esto dicho…! ¡Avancen!
Todas las fuerzas empezaron a movilizarse, los dragones de tierra con sus cañones, las catapultas, los soldados a caballo y en dragones, incluso a lo lejos, de un pequeño bosque, salió el dragón negro Zarkhul, manejado por Kenric.
- Vamos, Rakasha, demostremos de que estamos hecho.
Con esto dicho, Rakasha empezó a avanzar junto con el ejército hacia la batalla.
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