Chapter 16:
El Reino de las Garras: Tercera crónica, Red de Bruma - Volumen 3
Parte 1
Alistair seguía avanzando lentamente sobre el lomo de Rakasha, en este punto, parte del ejército ya había llegado a la base terrorista de los Agrishkal.
Las manos de Alistair temblaban y su cuerpo traspiraba, estaba emocionado, o quizás, miedo…
Rakasha seguía avanzando junto al resto del ejército compuesto de soldados a pie, otros en caballo, catapultas, drakes con cañones en sus lomos y otros dragones. Era un gran ejército, necesario para derrotar un grupo terrorista que planeaba tomar el reino de la lluvia.
Alistair ya sentía la brisa marina en su rostro, ya que la base Agrishkal se encontraba a la orilla del océano. Las bolas de fuego resonaban, explosionen resonaban por la calmada llanura, el viento soplaba, el cielo se iba nublando a medida que avanzaban hacia el punto de encuentro.
El ejército empezó a dispersarse, lo comandantes estaban llevando pequeños batallones para rodear el acantilado al cual habían llegado, pero los que llevaban dragones podían volar sobre el acantilado sin problema o los drakes bajar con grandes saltos hasta la orilla del océano.
- ¿Listo? Rakasha…
Luego de darle una ligera mirada a su compañero, y que este le correspondiera, Alistair dio la orden para bajar el acantilado pero antes de que Rakasha diera el salto al abismo, inmediatamente Alistair dio una contra orden para no bajar. La mirada ante sus ojos era algo a lo que no estaba acostumbrado, antes se había visto envuelto en varios incidentes, pero nada comparado al paisaje baldío que tenía al frente.
La brisa marina golpeaba con fuerza, las explosiones resonaban por el lugar, estelas de humo oscurecían un paisaje que debía tener una hermosura natural por su flora, pero ahora era lúgubre, ceniza caía del cielo, múltiples estructuras que estaban a la orilla del océano estaban en llamas, se veían personas defendiéndose con lanzas y flechas en llamas, algunos con espadas, esto era algo totalmente distinto para Alistair, pero eran el enemigo, eran terroristas que querían involucrar a civiles inocentes en sus conflictos causados por su hambre de poder, y el haría lo posible para salvar tantas vidas como fueran necesarias, y con un grito, Alistair entro en la batalla.
Parte 2
Esto se sentía extrañamente antinatural.
Rakasha avanzaba por el campo de batalla esquivando las lanzas y lanzando rayos desde su mandíbula impactando contra los Agrishkal.
- (¿Por qué?)
Pasaban sobre algunas cajas con arquitectura humilde pero ahora en ruinas, esto no parecía una base terrorista para nada.
- ¡Rakasha, detente!
Alistair bajo suavemente del lomo de Rakasha y camino por las cenizas del lugar y levanto algo que se encontraba en medio de las ruinas, era un peluche medio quemado, lo apretó con su puño, su instinto claramente le decía que algo no andaba bien pero no sabía qué hacer.
Unos escombros se movieron ligeramente.
Un Agrishkal salió detrás de un muro y ataco con una lanza a Alistair, a lo que este en respuesta, desenfundo su espada y luego de repeler varios de sus ataques, clavo la espada en el pecho desnudo del Agrishkal. Vomitando sangre por la boca, el Agrishkal dejo caer su lanza y con su mano manchada de sangre, toco ligeramente el rostro de Alistair.
- ¿Por qué?
Luego de estas palabras, el Agrishkal se dejó caer en el suelo.
El rostro de Alistair ahora tenía la palma ensangrentada del Agrishkal en su rostro y con sus últimas palabras gravadas en su memoria.
Siguió avanzando por el terreno baldío, solo veía alguna que otra extremidad por el camino, algunas flores aplastadas por los escombros, y sangre.
En medio del caos, Alistair vio una enorme torre, tal vez ahí se encontraba el líder de esta conspiración Agrishkal, si acababa con la cabeza, tal vez se detendría esta batalla.
Entonces.
Alistair avanzo hacia aquella torre que hasta este punto, estaba más intacta que el resto de edificaciones.
Parte 3
Ririna se encontraba sobre el lomo de Ángelus, pero también estaba rodeada de Agrishkal. Ririna le dio la orden a su wyvern que volara verticalmente mientras giraba para quitarse los Agrishkal de encima.
- Tranquila, estaré bien.
Con estas palabras, el wyvern azul cogió impulso y voló rápidamente hacia el cielo, a lo que Ana se aferró fuertemente al sillón del lomo de Ángelus mientras que los Agrishkal iban cayendo rápidamente hacia el vacío.
Los Agrishkal solo veían el wyvern seguir subiendo hacia el cielo mientras ellos caían, incluso algunos de ellos cerraban sus ojos mientras lagrimas salían de sus bordes, antes de estamparse contra el suelo y perder toda forma humana y solo quedar como una mancha de órganos en el suelo.
- Gracias… Ángelus…
Ángelus pudo sentir una extraña humedad en su lomo, venia de Ririna, antes de caer, uno de los Agrishkal uso una daga para aferrarse a la caída, pero la daga la había clavado en un costado del abdomen de Ririna.
El wyvern azul rugió con fuerza antes de bajar rápidamente a tierra.
- ¡GRAAAAAAAAAAAAAAH!
Mientras bajaba a toda velocidad, múltiples lanzas Agrishkal impactaron el cuerpo del wyvern azul haciendo que este perdiera el equilibrio y se estrellara en una montaña cercana.
Parte 4
En una cabaña más retirada del campo de batalla, se encontraban varios mujeres y niños Agrishkal refugiados, afuera de esta cabaña habían algunos hombres adultos Agrishkal custodiando.
Una mujer de piel morena y ojos claros acariciaba el rostro de la que parecía ser su hija, una niña igualmente de piel morena y ojos claro, con un rostro fino, ambas tenían ropas menos saturadas de detalles a diferencia de los que vivían en el país de la lluvia.
- Todo estará bien mi niña.
Mientras que la madre acariciaba el rostro de su hija, y el resto de mujeres del lugar hacían lo mismo con sus hijos, los escoltas de afuera vieron algo.
Una sombra se acercaba rápidamente a la cabaña, los Agrishkal gritaron desde el fondo de su estómago.
- ¡DRAGÓNNNNNN!
Fue un parpadeo, una columna de fuego invadió todo el lugar, la cabaña donde antes se refugiaban las mujeres y niños ahora solo era un montón de cenizas y algunos cuerpos carbonizados.
- Si, esos rebeldes no tuvieron tiempo de defenderse, je.
La voz pertenecía a Kenric, que se encontraba en el lomo de su compañero, Zarkhul.
El dragón negro colosal de ojos rojos y colmillos de elefante iba dejando un camino de muerte por donde pasaba, era una verdadera arma de destrucción masiva.
Kenric pudo ver a lo lejos una docena de barcos en la orilla del océano, al parecer estaban escapando.
- No dejare que se escapen, ¡Vamos Zarkhul!
El dragón rojo tomo rumbo hacia el océano.
Parte 5
Un hombre se encontraba totalmente erguido en medio de un campo quemado rodeado de cadáveres carbonizados. Aquel hombre tenía el cabello largo y rubio y con la piel blanca y su armadura brillante ahora se encontraba opacada por la ceniza que caía en el lugar.
Un grifo gigante aterrizo atrás del hombre rubio, haciendo que toda la ceniza se levantara por los aires y avivara el fuego del lugar, el cabello rubio del hombre se movía como si se tratara de las olas del océano, pero aun con esto, el hombre no cambio su postura en lo absoluto, los cadáveres carbonizados se esfumaron con el movimiento de las alas del grifo.
El hombre de cabello rubio solo miraba el nublado cielo y como el sol era opacado por el humo de la batalla, su mirada era vacía, sin vida, luego movió ligeramente sus labios.
- Vamos… Grif…
Parte 6
Las alas de Zarkhul se deslizaban sobre el océano mientras que esquivaba las múltiples lanzas bañadas en llamas. El dragón negro de Kenric era demasiado grande para que las pequeñas lanzas humanas que impactaban con él, hicieran un daño relevante.
Y con un ligero movimiento de la mano de Kenric, el dragón colosal de ojos rojos lanzaba una llamarada borrando en el océano los navíos de los Agrishkal.
Mientras que varios navíos desaparecían en las profundidades del océano junto a sus tripulantes, los otros que veían a lo lejos, en vez de luchar, cambiaban su objetivo, y se dedicaban a escapar.
Pero Kenric impregnado con una sed de sangre, no iba a dejar que los malditos Agrishkal escaparan.
- ¡Acaba con ellos, Zarkhul! ¡Acaba con todos!
Una sonrisa se dibujaba en el rostro de Kenric, distorsionándolo, pero, lo vio, segundos antes de que Zarkhul desapareciera un navío más de los muchos que había quemado, habían un grupo de niños de rodillas sobre el barco en posición de rezo, y aunque no fue más que un instante antes de que el fuego carbonizara aquellos niños en el océano, fue suficiente para que la sonrisa distorsionada desapareciera del rostro de Kenric.
- ¿Qué es esto?
Kenric mordió su labio haciendo que brotara un hilo de sangre.
- Zarkhul detente… ¡Zarkhul¡ ¡Alto!
El enorme dragón rojo se suspendió en el aire mientras que observaba como los barcos se alejaban.
- No importa, esto fue suficiente.
Kenric estaba cansado de todo esto, simplemente dejo escapar a los Agrishkal restantes, o eso pensaba.
Parte 7
Los Agrishkal restantes estaban celebrando que habían escapado, pero no era así. Justo al frente, una enorme flota llegaba por el frente compuesta por casi 100 barcos en comparación con el puñado de navíos Agrishkal.
Eran del ejército del reino de la Lluvia, un segundo ejército que mando por el océano por si se requería, y si se requirió.
Enormes rocas bañadas en llamas fueron lanzadas desde los barcos de la Lluvia, impactado con los pocos barcos Agrishkal, Kenric solo pudo desviar la mirada de tal atrocidad, mujeres, niños, ancianos, todos morían aplastados, quemados, o ahogados en las enormes fauces del océano.
El resultado de la batalla había sido decidida desde antes de empezar.
Zarkhul solo rugió haciendo eco en el océano.
- ¡GRAAAAAAAAAAAAAAAH!
Kenric solo acariciaba el lomo de su compañero.
- Somos los buenos… ¿verdad?
Parte 8
Alistair había entrado a la torre, estando en la base de esta, pudo ver como se extendía la escalera en espiral, pero había zonas con distintas habitaciones mientras avanzaba.
Empezó a avanzar en esta escalera en espiral, entrando en cada habitación que se encontraba por el camino, pero todas estaban vacías, tenían signos de que hubo alguien viviendo aquí, pero ya se habían ido, encontró en una habitación un plato de comida que todavía estaba tibia.
Alistair siguió avanzando por la escalera en espiral hasta eventualmente llegar a la cima de la torre.
Por las ventanas de la torre podía ver como la batalla iba avanzando con una ventaja abrumadora por parte del reino de la Lluvia.
Alistair solo entre cerro los ojos y se detuvo frente a la puerta de la última habitación.
Entro.
Parte 9
Alistair cruzo la puerta suavemente pero siempre en guardia con su espada desenfundada. Su mirada se movió por toda la habitación, el realmente esperaba encontrar algo, pero no fue así. Lo único que había en aquella habitación era un armario viejo con pequeñas fracturas ocasionadas por el tiempo y una sola ventana pequeña que estaba dirigida al océano.
Alistair dio un paso atrás para salir de aquella habitación vieja llena de suciedad, realmente no sabía que esperar si llegaba a la cima de la torre.
(Toc)
Alistair escucho el sonido de un golpe a lo que le hizo detenerse en seco, ahora entro de golpe y empezó a explorar la pequeña habitación. Empezó a caminar suavemente con su espada en guardia, miro atrás del pequeño armario, no encontró nada, luego se desplazó suavemente por un mesón donde habían algunas manzanas a medio comer pero ya en estado de descomposición, ahora el único lugar donde faltaba inspeccionar era un viejo sofá lleno de telarañas y cortes. Se acercó lentamente y lo vio, atrás del viejo sofá un par de niñas de unos 4 o 5 años aproximadamente.
Aquellas niñas tenían piel morena, cabello oscuro y ojos claros, no había duda, eran niñas Agrishkal, pero claramente estaban muy asustadas, y no era para menos, ante sus ojos, los soldados del reino de la Lluvia eran los malos, masacraban a su gente.
- No… No tengan miedo… no les hare daño.
Alistair extendió la mano suavemente, aquellas niñas arrinconadas atrás del sofá como si fueran pequeños gatos, lo vieron a los ojos, y una de ellas extendió su delgada mano en respuesta pero aún estaba temblando.
- ¡¿Qué mierda estás haciendo?!
Ante la fuerte voz que se escuchó, las niñas se arrinconaron aún más y se abrazaron con terror entre ellas.
Alistair giro en dirección de la voz.
Era Ana.
Ambos se encontraban de pie en la vieja habitación de la torre.
- Oye, creo que estábamos equivocados.
Ana puso una mueca y respondió.
- ¿Sobre qué?
Alistair siguió hablando en respuesta mientras movía las manos erráticamente y la sudoración empezaba a recorrer su cuerpo.
- ¿Y si los Agrishkal no eran un grupo terrorista que buscaba derrocar el país de la Lluvia?
- …
- Mira a tu alrededor, ¿crees que los Agrishkal son tan tontos para intentar derrocar un país solo con palos? En mi camino hacia aquí eh visto más señales que este lugar era una aldea pacifica que una base terrorista.
- …
- Lo que quiero decir… Es… Que esto no es una base terroristas… ¡Y todo fue planeado por Godwin! ¡No se el maldito motivo, pero estoy seguro que los Agrishkal se opusieron a alguna demanda de ese viejo psicópata y ahora están pagando el precio! ¡Engañándonos a todos haciéndonos creer que estábamos salvando al país pero no es así, solo es una masacre unidireccional!
- …
- Oye Ana… responde…
- ….
- ¿Por qué? ¡¿Por qué no dices ni una maldita palabra?!
El rostro de Ana se retorció todavía más y hablo, pero lo que salió de su boca no era lo que Alistair esperaba.
- ¿Y qué?
- ¿Eh?
- Que importa si todo es parte de un plan de exterminio, no me interesa…
- Oye…
- ¡Hare lo que sea necesario para salvar el país! ¡Una guerra se avecina, y debemos buscar aliados poderosos, y para ello, primero debemos acabar con los enemigos que estén dentro de nuestras fronteras, incluso si eso significa acabar con pueblos enteros, eso incluye ancianos, mujeres y niños!
- Estas loca.
El desconcierto de Alistair se convirtió en rabia, apretó la empuñadura de su espada y se puso en guardia, a lo que Ana hizo lo mismo con su espada en respuesta, la situación era algo que Alistair nunca pensó que sucedería, pero la mirada de Ana era fría y distante, algo que nunca había sentido antes.
- Una vez te dije que llegaría el momento en que traicionaría tu confianza, creo que este es el momento. Lo siento.
Ana rápidamente se abalanzo contra Alistair y ambas espadas chocaron haciendo un eco constante por toda la habitación.
Parte 10
Un tiempo atrás.
- A pesar de todo, ¿Por qué estás tan desesperado, pequeño gusanito?
- Yo…
Estas palabras venían del patriarca Godwin, y la persona que se encontraba en aquel gran salón, era Gabriel, una de las muchas reuniones que habían tenido.
Una vez todos lo vieron, no había forma de ocultarlo.
- Los miembros de la Casa Sur, son buenas personas, merecen vivir.
Las lágrimas salían de los ojos de Gabriel, estaba totalmente desesperado.
Godwin sonrió levemente y hablo.
- No te preocupes chico, tus compañeros están a salvo, mientras que no se metan en los asuntos importantes, aunque también…
Gabriel la vio.
De las sombras salió una figura femenina que Gabriel conocía muy bien, pero su expresión era totalmente diferente a la habitual.
Era Ana.
- Esta aquí porque te ayudara a vigilar a los miembros de la Casa Sur.
- ¿Por qué tu…de todas las personas? ¿Qué haces con él?
Ana respondió con una mirada determinada y sombría en su rostro.
- Es por la paz del reino, no, por la paz mundial.
Gabriel no sabía que estaba pasando, pero no había vuelta atrás.
Parte 11
Un tiempo después.
Godwin miro al soldado que le había informado del descubrimiento del enorme dragón negro que aterraba los pueblos fronterizos.
- Serás recompensado por tu gran aporte al reino, se te darán unas monedas de oro.
- Muchas gracias su majestad.
Aun inclinado, el soldado se retiró de la sala.
Aparte de los soldados patriarcales dispersos por la lúgubre sala, había una figura moviéndose en la oscuridad, justo atrás del patriarca, esa figura era Ana, que se encontraba en ese momento en el salón, a lo que Godwin le hablo sin formalidad.
- Tienes gran interés sobre esto, supongo que quieres participar.
Ana simplemente no respondió, pero no podía ocultar su interés por la misión ante el Patriarca.
- Ya veo.
No recibió respuesta de Ana.
- Bien, entonces ordenare que vayas con un grupo para encontrar esa bestia colosal y agregarla a nuestras fuerzas.
Godwin apretó su puño desde su trono.
- Así, por fin eliminar esos malditos Agrishkal que solo me han dado problemas.
Luego de estas declaraciones por parte de Godwin, Ana simplemente dio media vuelta y abandono el gran salón.
Parte 12
Nuevamente en el presente.
Ana dio una estocada directamente al rostro de Alistair, pero este uso el borde de su espada para desviar el ataque de Ana apenas rozando su mejilla haciendo un leve corte.
Ana bajo su espada y con una mueca extraña hablo.
- Ya veo, nunca podría ganarte en un duelo justo, ya sabes, la diferencia entre hombre y mujer, pero…
- ¿?
- …Esto no es un duelo justo.
En un instante, Ana pateo una silla vieja levantando una nube de polvo hacia el rostro de Alistair y luego vino una serie de ataques contundentes.
*Clanck* *Clanck* *Clanck* *Clanck* *Clanck* *Clanck*
Uno tras otro, Alistair con la vista a la mitad por el polvo, apenas si podía bloquear los ataques con su arma, pero los cortes cada vez se hacían más profundos, esta era la diferencia, Ana atacaba para matar y el solo se defendía.
Debía cambiar su visión si quería ganar esta batalla.
- ¡Niñas, escapen por la puerta y corran lo más lejos de este lugar!
Las dos niñas al ver como Alistair se esforzaba por protegerlas, decidieron confiar en él, y rápidamente se pusieron de pie y se dirigieron a la salida, la única salida.
- ¡No lo harán!
Ana lanzo su espada bloqueando la puerta y luego.
Una gota de sangre cayó al suelo, seguida de muchas más. La espada de Alistair había impactado en un costado del abdomen de Ana, perforando su armadura, en este punto, Ana prefirió evitar que las niñas Agrishkal escaparan que bloquear el ataque de Alistair.
- ¡¿Qué mierda?! ¡¿Por qué lo hiciste?!
- Es… Gha… Una misión del patriarca *Cogh cogh*
- Godwin te ha lavado el cerebro, y quien sabe a cuantos más.
Ana cayo de rodillas mientras se apretaba la herida de su abdomen, mientras que Alistair iba a la puerta e intentaba quitar la espada que la estaba bloqueando.
- Mierda, está demasiado atorada en el seguro de la puerta, tendré que romperla. Niñas, atrás, tumbare esta maldita puerta.
Alistair se preparó para dar una patada que rompería la puerta.
- ¡VAMOOOS!
Alistair pateo con tanta fuerza que la puerta se vino abajo haciendo que la espada que estaba clavada saliera volando y luego.
Una enorme explosión en la torre.
El humo se dispersó lentamente y ahora todo el techo de la torre había desaparecido, estaban totalmente expuestos, pero eso no era lo que le preocupaba a Alistair. Ana se puso de pie lentamente con el apoyo de su espada que había caído cerca de ella nuevamente, y atrás de ella estaba su dragón de 4 alas emplumadas, Hera.
- ¿Vamos por la segunda ronda?
Ana con una sonrisa ensangrentada se preparaba para atacar, pero el humo detrás de Alistair y las niñas también se dispersó, ahí estaba Rakasha envuelto en un aura eléctrica.
Ambas bestias habían llegado al mismo tiempo y su colisión hizo que el techo de la torre volara por los cielos.
Alistair empuño nuevamente su espada.
- Niñas, pónganse detrás de mí, yo me encargo.
Parte de las escaleras de la torre se habían destruido, por lo que las niñas no podían huir.
Soltó la espada.
- ¿Qué?
Ana había soltado la espada.
- Me rindo.
- …
- Como puedes ver, estoy perdiendo mucha sangre, tienes esta batalla ganada, y no pienso arriesgar mi vida por unas niñas que ni me importan, así que tú ganas.
- ¿Hablas enserio?
- Si, dime ¿Qué quieres que haga para que detengamos al Patriarca?
Alistair también bajo su espada.
- Bueno, lo primero que debemos hacer, es poner a salvo estas niñas y…
Fue un parpadeo, pero el extraño dragón emplumado de 4 alas de Ana era demasiado rápido, tacleo a Rakasha haciéndolo quedar colgando al borde de la torre, y el mismo impulso de su dragón hizo que otra parte de la torre se derrumbara, pero eso no fue todo, Ana uso su pie para arrojar su espada a sus manos nuevamente y dar un golpe limpio en el abdomen de Alistair. Rakasha pudo ver esto y uso su modo dios del rayo para ir donde estaba su jinete.
- Hera, ¡Acábalos!
El dragón emplumado de Ana lanzo una enorme llamarada que cubrió toda la zona de la torre que todavía se mantenía en pie, usando sus enormes alas para proteger a Ana del fuego.
Las niñas Agrishkal habían sido convertidas completamente en cenizas y Rakasha había escapado, aunque con muchas quemaduras.
Hera lanzo múltiples bolas de fuego hacia Rakasha impactándolo directamente pero este llevaba a Alistair en sus patas delanteras, haciendo que le fuera imposible esquivar ataques directos.
Y con un último ataque de Hera, en una explosión de llamas, Rakasha cayó al océano y desapareció.
En medio de las llamas, Ana solo miraba al océano donde había caído Rakasha.
- Supongo que así terminas, mi querido Ali, hubiera querido que las cosas fueran diferentes, pero si seguías así, te volverías en un obstáculo para el Patriarca y la verdadera libertad. Creo que tendré que anunciar que el traidor Alistair fue eliminado con éxito.
Ana se montaba en el lomo de su dragón mientras que la destrucción de los Agrishkal seguía avanzando, el campo que alguna vez gozaba de fauna y flora, ahora solo eran cenizas y cadáveres carbonizados dispersos.
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