Chapter 9:

Capítulo 9 - Caminando Hacia Atrás en un Mundo de Locos

Fantasía.exe HA DEJADO DE FUNCIONAR (Español - Spanish)


Aric exhaló con fuerza, como si intentara expulsar no solo su agotamiento, sino también el destino ridículo que el sistema claramente había preparado para él.

—Bien, ya que es así, lo mejor será alejarme de todo este escenario preparado para mí.

El sistema se atragantó. Si hubiera tenido pulmones, habría tosido escandalosamente.

[Espera, ¿qué?]

—No pienso participar en esta historia ridícula que preparaste. Si me quedo aquí, sólo seré arrastrado por la narrativa absurda que diseñaste para mí.

[Oh, oh, oh. Espera un momento. ¿Cómo que "diseñaste"? No hables como si esto fuera un fanfic mal escrito. Yo puse mucho esfuerzo en encontrar las condiciones adecuadas, ¿sabías? ¡Años de cálculo! ¡Siglos de refinamiento! ¡La planificación de un genio!]

Aric se encogió de hombros con la indiferencia de un hombre que había aceptado su destino de ser un engranaje más en la maquinaria cósmica, pero que, en su infinita terquedad, aún intentaba sabotearla

—Me importa un carajo.

[...¡¿Un carajo?!]

—Voy a tomar lo justo y necesario de este lugar y luego me iré lejos. Lo suficiente para que ni tú ni nadie pueda arrastrarme a esta trama barata.

[Oye, oye, oye, ¡espera! ¿No crees que estás siendo un poco egoísta?]

El sistema sonó indignado, casi herido.

[¡Piensa en todo el trabajo que se ha puesto en esto! ¡Piensa en los sacrificios hechos por los humildes sistemas que sólo quieren ver a su villano brillar! Esto no es solo tu historia. ¡Es nuestra historia!]

—¡Ni de broma!

[Vamos, al menos escúchame. Si huyes, estarás desperdiciando una oportunidad única. Tienes un camino preparado para ti, recursos, enemigos preseleccionados, conflictos emocionalmente impactantes. ¡Incluso tengo un arco de redención opcional por si decides que no quieres ser un monstruo total!]

Aric se cruzó de brazos y entrecerró los ojos.

—¿Y?

[¿Cómo que '¿y?'? ¡¿Qué clase de lunático rechaza un sistema que le ofrece un camino claro hacia la grandeza?!]

—Un lunático con instinto de supervivencia. Incluso si tú realmente piensas eso, es imposible saber las verdaderas intenciones del creador del sistema.

[...¿Qué?]

—En muchas novelas, los protagonistas solo son engordados como cerditos para luego ser sacrificados cuando han alcanzado su máximo potencial.

[...]

—Algunos mueren heroicamente, otros se salvan con el sacrificio de sus amigos y seres queridos. Pero este es un sistema de villano. No hay final bonito. Incluso si tuviera una "redención", sería solitaria y patética. De las que hacen que los lectores lancen el libro contra la pared y escriban comentarios enojados.

El sistema se quedó en silencio. Era un silencio denso, lleno de una mezcla entre incredulidad y algo de pánico.

[... Bueno, si lo dices así, suena... alarmantemente lógico.]

—Exacto.

[Pero, pero, espera. No todos los sistemas son así de... bueno... horribles.]

—No voy a tomar ese riesgo.

El sistema parpadeó mentalmente. Esto… esto no estaba en el guion.

[¡Es-peraaaa! ¡Tenía una escena de entrenamiento épica preparada para mañana! ¡Ibas a pelear contra un bribón de rango B y sobrevivir de milagro!]

Aric negó con la cabeza.

[¡Y el mes que viene ibas a derrotar a un jefe de la mafia con un solo dedo!]

—Prefiero transitar esta vida por mi cuenta. Al menos así, si me muero, será porque tomé mis propias decisiones, no porque un guionista invisible decidió que "sería una gran escena trágica".

[...]

El sistema permaneció callado durante largos segundos. Luego suspiró profundamente.

[Maldita sea... ¡Eres el protagonista más difícil con el que he trabajado!]

Aric sonrió.

—Gracias por el cumplido.

Aric no se detuvo en sus deberes. A pesar de su clara reticencia a ser parte de la narrativa absurda que el sistema tenía para él, tenía algo que lo diferenciaba de otros protagonistas rebeldes: sentido de responsabilidad laboral.

Por suerte, las 48 horas de recuerdos de este cuerpo eran suficientes para que el colegio le resultara familiar. Sabía exactamente qué hacer, dónde hacerlo y, sobre todo, cuán miserable sería mientras lo hacía.

Su rutina diaria consistía en tareas dignas de la más cruel explotación laboral:

Limpiar los baños del Ala del Crepúsculo, donde los alumnos de segundo ciclo habían desarrollado un misterioso talento para desafiar las leyes de la física con sus desechos. Algunos incluso usaban el Aether para convertir sus "obras" en pequeñas criaturas que intentaban escapar por los desagües.

Sacar la basura, incluyendo el misterioso Paquete de las Sombras que siempre aparecía en el contenedor número 17. Nadie sabía quién lo ponía ahí ni qué contenía. Nadie quería saberlo, aunque algunos rumores sugerían que era un experimento fallido del profesor de Alquimia.

Alimentar a los Grifos Mensajeros del patio, que, a pesar de ser alimentados a diario, habían formado una mafia con jerarquías y cuotas de protección. Si no les dabas suficiente comida, te seguían por toda la academia, graznando canciones desafinadas sobre tu "mala actitud".

Desempolvar los trofeos en la Galería de los Héroes Caídos, donde cada uno tenía una historia más deprimente que el anterior. El más reciente era un premio póstumo a un estudiante que intentó invocar un demonio para aprobar el examen de Hechicería Básica.

Evitar que la Maestra Culinaria Morgath, la cocinera, le lanzara cucharazos de sopa ardiente por "mirarla feo" (sin importar si lo hacía o no). Se rumoreaba que ella era una bruja retirada que había jurado no usar magia nunca más, salvo para cocinar.

Sin embargo, entre tarea y tarea, aprovechó para cumplir algunas misiones secundarias del sistema. Y justo ahora tenía una en particular que llamó su atención:

Misión Secundaria: "Camina 100 pasos hacia atrás sin tropezar"

Descripción: “Para avanzar en la vida, primero hay que saber retroceder… a menos que tropieces y caigas de cara.”

Aric suspiró. Bueno, al menos esta era menos humillante que "Finge que te equivocas tres veces al escribir la fecha en la pizarra para hacer que los profesores pierdan la fe en la educación".

Así que, sin más, comenzó a caminar hacia atrás. Al principio, todo parecía normal. Pero no contaba con que el personal del colegio tenía mucho tiempo libre y demasiada imaginación.

—Pobre chico… —murmuró la Maestra Culinaria Morgath desde la cocina—. Se ve que por fin ha perdido la cabeza. Era solo cuestión de tiempo con esos baños. El viejo Eldrin también empezó así…

—Sí… y una semana después, lo encontraron corriendo desnudo por el Bosque de los Susurros, gritando que los árboles le robaban los pensamientos —añadió el Conserje Thalos, estremeciéndose al recordar la escena.

—Tal vez está en trance —dijo el Profesor de Filosofía Arcáne, ajustándose las gafas con aire reflexivo—. Caminar hacia atrás simboliza el deseo subconsciente de huir del presente y regresar a un pasado más simple. Un verdadero acto de desesperación existencial.

—O quizá es solo un ejercicio de confianza —comentó la Consejera Espiritual Lyria—. Aprender a confiar en lo que no puede ver… ¡Es poético!

—No, no, no, eso es una técnica de los Adeptos de la Oscuridad para mejorar su percepción espacial —interrumpió un estudiante castigado de segundo año que había leído demasiados grimorios—. ¡Seguro que está entrenando en secreto!

—¿Entrenando para qué? —preguntó otro.

—Para su venganza, obviamente. Todos los héroes trágicos empiezan así.

Aric, ajeno al caos que había desatado a su alrededor, contaba mentalmente los pasos.

«45… 46… 47… casi la mitad, vamos, solo tengo que seguir así…»

Pero entonces, sintió una presencia. Alguien estaba caminando detrás de él.

Giró la cabeza lentamente… y se encontró con cinco alumnos que se habían quedado castigados siguiéndolo, también caminando hacia atrás, con expresión solemne.

—¿…Qué están haciendo? —preguntó, deteniéndose.

—Maestro, lo seguimos en su camino de iluminación —dijo uno de ellos con seriedad—. No comprendíamos al principio… pero ahora todo tiene sentido.

—Si queremos avanzar en la vida, primero debemos aprender a retroceder —dijo otro, con una reverencia profunda.

—…

Aric parpadeó. Miró alrededor. Había más empleados observándolo con una mezcla de lástima y respeto. Algunos incluso parecían al borde de las lágrimas.

—Es demasiado joven para haber perdido la cordura así… —susurró la Archivista Selene, limpiándose una lágrima.

—El pobre carga con una carga que ninguno de nosotros puede comprender… —añadió el Conserje Thalos con un sollozo contenido.

—¡VIVE, JOVEN SOÑADOR! ¡NO TE RINDAS ANTE LA OSCURIDAD! —gritó el Maestro de Combate Drakar, dramáticamente.

Aric miró a su alrededor. Luego al cielo. Luego otra vez a su alrededor.

Finalmente, suspiró.

—…Estoy rodeado de idiotas.

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