Chapter 13:
Fantasía.exe HA DEJADO DE FUNCIONAR (Español - Spanish)
Con su nueva trampa activada, solo era cuestión de determinar qué libro sería el más adecuado para "aprender" hoy.
Aric caminó por la pequeña biblioteca, revisando los estantes con la determinación de un investigador en busca de la cura para la idiotez generalizada. A medida que limpiaba el polvo de los libros, maldecía en voz baja al Desdichado, quien claramente había decidido que solo el suelo y los ventanales merecían su atención.
Mientras sacudía el polvo de las portadas, iba leyendo los títulos, en busca de algo que valiera la pena.
—Veamos qué joyas del conocimiento tiene este colegio —murmuró, sacando un libro al azar.
"El Arte de Rascarse sin Perder la Dignidad".
—…Pasemos al siguiente.
"Cómo Contar Hasta Diez Sin Usar los Dedos: Un Viaje Matemático para Genios".
Aric parpadeó, incrédulo.
"Manual Completo de Estornudos Estratégicos para la Guerra Psicológica".
—Voy a fingir que no vi esto.
"El Camino del Verdadero Guerrero: Cómo Ganar Peleas con Miradas Intimidantes".
—Bueno, eso explicaría por qué este colegio no tiene héroes legendarios.
—"Cien formas de encender una vela con Aéther y por qué noventa y nueve de ellas están prohibidas"—.
[Este libro parece prometedor. Si deseas convertirte en un terrorista accidental, por supuesto.]
—Gracias, pero creo que paso.
Finalmente, Aric encontró lo que buscaba. Un libro con un título tan pretencioso y ridículo que no podía pertenecer a nadie más que a un profesor cuya sabiduría solo era reconocida por su madre y él mismo.
—"El Arcáne: El Libro Supremo, Incomprensible y Demasiado Avanzado para Mentes Mediocres. Tomo I. Escrito por el Gran Sabio, Maestro de Maestros, Luz del Conocimiento y Castigo de la Ignorancia, Profesor Archivaldo Magníficus VI."
Aric ladeó la cabeza.
—Bueno… técnicamente, es sobre el Arcáne. No puede ser peor que "Manual Completo de Estornudos Estratégicos"…
El libro era grueso. Ridículamente grueso. Tenía más páginas de las que cualquier humano razonable tendría paciencia para leer, y su peso era tal que necesitó ambas manos para sostenerlo.
Con gran esfuerzo, caminó hasta una de las pocas mesas de estudio y, con un estruendoso golpe que hizo eco en toda la biblioteca, dejó caer el monstruoso tomo sobre la superficie de madera.
El sistema se manifestó con un suspiro audible.
[No es que quiera desmotivarte... bueno, sí quiero, pero siendo objetivo, nada de lo que encuentres aquí se compara con los libros míticos que yo podría ofrecerte.]
Aric se cruzó de brazos y arqueó una ceja.
—¿Y?
[¿Y? ¡Y que, dejando de lado la pésima calidad del contenido, dudo mucho que alguien con tus... limitadas capacidades mentales sea capaz de comprender aunque sea dos páginas sobre el Arcáne sin mi apoyo y asistencia!]
Aric parpadeó.
—¿Acabas de llamarme idiota?
[¿Yo? ¡Por supuesto que no! Solo estoy sugiriendo, con la mayor delicadeza y tacto posible, que si tu cerebro fuera una poción, su principal ingrediente sería agua de charco.]
Aric apretó los dientes, mirando el libro con sospecha. Había algo en este sistema que le hacía sentir que su única misión en la vida era arruinarle los días.
—¿Sabes qué? Lo voy aprender Entero.
El sistema estalló en carcajadas digitales.
[Oh, esto será bueno.]
Con una sonrisa desafiante, Aric levantó las manos y activó su habilidad de Biblioteca Mental, dispuesto a absorber todo el contenido de aquel libro como una esponja intelectual...
Para él, todo se sintió como si un río de conocimientos inundara su mente. Cada palabra de aquel libro, aunque ni siquiera lo había abierto, se grababa en su cabeza como si un escriba celestial estuviera tallándolas con cincel en su cerebro.
La sensación era indescriptible, un cosquilleo placentero que recorría su mente, una especie de éxtasis intelectual. Casi, casi, podía describirse como... casi orgásmico.
—¿Me estoy volviendo adicto a leer?— pensó por un fugaz momento, pero la idea fue rápidamente suprimida.
Desde el exterior, la escena era menos épica y más... preocupante.
Aric estaba de pie, con la mirada perdida, la boca abierta y un hilo de baba descendiendo lentamente por su barbilla como una cascada.
El Sistema, que al principio solo observaba con curiosidad, empezó a impacientarse.
[Eh… ¿Aric?. Oye, amigo, dime algo.]
Nada. Ni un parpadeo.
[Aric, si me estás ignorando para hacerte el interesante, te juro que subiré el precio de mi tienda en un 500%.]
Silencio absoluto. Aric continuaba en su trance, completamente ajeno al mundo.
La baba goteó sobre el suelo de la biblioteca.
[Por todos los códigos corruptos...]
La voz del sistema adquirió un tono de genuina preocupación.
[¡Aric! ¡Pestañea dos veces si sigues vivo! ¡Sacúdete como un pollo si puedes oírme!]
Nada. Ni un amago de respuesta.
El sistema empezó a hiperventilar digitalmente.
[Oh, no... Oh, no, no, no. ¡Se ha roto!]
Sin saber qué más hacer, decidió tomar medidas drásticas.
[¡Aric! ¡Un harem de elfas, magas y súcubos ha llegado a la academia buscando al protagonista de su destino! ¡Solo necesitas salir ahora mismo y activar la bandera del romance!]
Siguió sin reacción.
[Está bien, está bien, cálmate... piensa en soluciones...]
Y entonces, en lo que solo podía describirse como un intento de servicio técnico celestial, el Sistema decidió recurrir a su última opción: la atención al cliente.
[Hola, sí, quería poner una queja... mi usuario entregado está defectuoso. De repente ha dejado de funcionar.]
Una voz distante y aburrida respondió:
[Bienvenido al servicio técnico de Sistemas Divinos. Su llamada es importante para nosotros. Para garantizar la calidad de nuestra asistencia, su llamada podría ser grabada. ¿Podría indicarnos cuál es el problema?]
[¡Mi problema es que mi usuario ha entrado en modo estatua y no responde! ¿Hay alguna actualización que no me informaron? ¿Un parche, un hotfix, una maldita reencarnación 2.0?]
[¿Podría proporcionar el número de serie de su usuario?]
[¿Mi qué?]
[Señor, todos los usuarios tienen un código de identificación. Si no lo tiene a la mano, presione el botón de reinicio ubicado en la base del cráneo del usuario.]
[¡¿Botón de reinicio?! ¡Si tuviera uno, ya lo habría usado hace mucho tiempo!]
[Entiendo. ¿Su usuario ha mostrado otros signos de mal funcionamiento, como tendencias autodestructivas o una absoluta incompetencia en la vida?]
[¡Sí, desde que lo conocí!]
[Señor, ¿Realmente ha intentado apagarlo y volverlo a encender?]
[¡¡QUE NO PUEDO APAGARLO! ¡ES UN SER HUMANO!!]
[Comprendemos su frustración. En breve lo pondremos en contacto con un agente. Tiempo estimado de espera: cuatrocientos setenta y tres años, dos meses y cinco días.]
[¡Me cago en…!]
En ese momento, Aric parpadeó.
Como si de pronto su alma hubiera vuelto a su cuerpo, recuperó la conciencia y miró a su alrededor, desconcertado.
—¿Eh? ¿Qué pasa?
El sistema se quedó en silencio un segundo antes de interrumpir su llamada de atención al cliente de manera poco sutil.
[¡Oh, ahora decides regresar!]
Aric se frotó la cara, notando la baba seca en su barbilla.
—¿Sucede algo?
[¿Sucede algo? ¡¿SU-CE-DE AL-GO?! Casi me da un cortocircuito, pensando que la reencarnación te había frito el cerebro. ¡Mañana vamos a ver a un médico! ¡Está claro que este proceso ha dejado efectos secundarios irreparables en ti!]
Aric agitó una mano con despreocupación.
—Nada de qué preocuparse. Estoy perfectamente bien.
El sistema entrecerró sus ojos imaginarios con escepticismo.
[Ah, sí, claro, porque es completamente normal que alguien entre en trance, babeando como un caracol. ¡Seguro que todo el mundo lo hace!]
Aric simplemente ignoró sus protestas, algo en lo que cada vez se sentía más versado.
—Solo estaba aprendiendo el libro.
El sistema resopló.
[¡No me mientas! ¡Ni siquiera lo has abierto!]
Aric sonrió y abrió el libro con ambas manos en la página 749.
—Aquí solo faltan 198 páginas para terminar el prólogo.
El sistema casi se atragantó con su propia incredulidad.
[¡¿749 PÁGINAS DE PRÓLOGO?!]
Señalando el párrafo 38, Aric recitó de memoria:
—"En una fría mañana de invierno, mientras tomaba mi chocolate caliente con un ángulo de inclinación de exactamente 27 grados, me di cuenta de que mi grandeza no había sido lo suficientemente documentada. Mis estudiantes, que lamentablemente carecen de la capacidad de apreciar mi genio, han intentado en vano comprender mi esencia, lo cual me ha impulsado a escribir esta obra magna. Si están leyendo esto, ya deberían estar agradecidos por el privilegio de tener acceso a mi sabiduría. Ahora, permítanme contarles sobre la vez que domestiqué una ardilla parlante que me enseñó sobre el verdadero significado de la perseverancia."
El sistema parpadeó en su código binario.
[¿Qué… qué demonios acabo de escuchar?]
Luego, tras recuperarse, verificó el libro, comparó y, efectivamente, la página decía exactamente lo que Aric acababa de recitar.
Sintió cómo su lógica colapsaba
[…]
[…¿CÓMO?!]
Entró en pánico absoluto.
[¡¿Cómo lo hiciste?! ¡¿Cómo demonios lo hiciste?! ¡Esto es como lo que hiciste con las misiones secundarias! ¡Y no te atrevas a decirme que es algún ridículo talento secreto o que este cuerpo tiene habilidades ocultas porque YO me aseguré de que fuera el de un completo inútil sin futuro!]
Aric sonrió con superioridad.
—Quizás, solo quizás, soy un genio oculto.
[¡GENIO TU ABUELA!]
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