Chapter 4:

Capítulo 3:Crepúsculo

The beginning of the Ice Hero vol 1| Break Away #workverso


Jueves 30 de enero de 2014. Ciudad Granizo, Distrito Polar. Zona universitaria, calle Radio. 12:30 p.m.


Thunder Legs e Ice vigilaban a la distancia el paso peatonal elevado donde solía estar Héctor. Usando binoculares, ambos esperaban en lo alto de un edificio lejano.


En el caso de Ice, ya había colocado un cristal de teletransporte, mientras Thunder Legs podría llegar en segundos al lugar.


—Señorita Legs, ¿le puedo preguntar algo?


—Adelante, chico.


—¿Por qué Víctor es malo?


Thunder Legs sonrió un poco, pero su mirada lucía cansada. Era como si hubiera hecho esa misma pregunta una y mil veces.


—Chico, las personas son como canciones. La gente es música, ¿ok?


—¿Canciones?


—Así es, las personas son canciones y, en este caso, Víctor es una canción difícil de escuchar. Complicada, compleja… pero no por eso mala.


—¿Y eso es malo? —preguntó en un tono infantil.


—No necesariamente. Para algunos es una mala canción, como tú dices, pero la verdad es que no hay canciones buenas ni malas. Solo canciones.


—¿Y qué pasa con las canciones difíciles?


—Haaa… —Thunder Legs empezó a balancear los pies al borde del edificio—. Las canciones difíciles se vuelven sinfonías de dolor buscando ser escuchadas por cualquier medio. Es entonces cuando sí pueden volverse canciones “malas”.


—¿Y qué tipo de canción somos?


Thunder Legs sonrió y alegremente contestó:


—¡Somos canciones complementarias! Tú aprendes de mí y yo de ti, ¿entiendes? Somos un equipo —dijo, levantándose y dándole la mano a Ice.


Por un instante, Ice dudó, pero finalmente le dio la mano y se puso de pie, sin poder ocultar un ligero lagrimeo en su ojo derecho.


—Ups, parece que ya apareció nuestra canción difícil —dijo Thunder Legs. Al mirar por los binoculares, encontró a Héctor recargado en el barandal, fingiendo no ser un dealer.



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Parte 2: Juro por mi madre


El sonido de monedas cayendo anticipó la caída de un celular, varias bolsas sospechosas, una navaja y una pistola. Todo con su respectivo efecto de sonido.


Era Thunder Legs, quien sacudía a Héctor de los tobillos, tirando toda su mercancía al suelo.


—¡Por favor, déjenme en paz! ¡Juro por mi madre que no sé de dónde salió todo esto!


—Sí, sí… juras por tu madrecita. Mira, amigo, yo soy una heroína profesional, tengo principios. Pero mi pequeño amigo ni siquiera es un héroe. Es un niño impulsivo que no sabe medir su fuerza. Así que dime todo sobre esa droga que vendes o él te arrancará las piernas.


Con una mirada, Thunder Legs instruyó a Ice a verse más intimidante.


Este asintió, creando una larga cuchilla de hielo en su brazo derecho. Con la delgada punta, tocó la cara de Héctor y le rasgó la piel, creando una pequeña herida sangrante.


—¡Está bien, solo suéltame!


—Ay ajá, ¿para que puedas huir, no?


—¡Prometo que no!


—Ok, te suelto —dijo, y efectivamente Thunder Legs lo soltó. Héctor golpeó el suelo con la cara.


En cuanto tocó el suelo, intentó correr, pero, desgraciadamente para él, Thunder Legs era más rápida y lo tomó por el cuello de la camisa.


—¡Ice!


A su orden, Ice dio dos golpes al aire y creó una estructura similar a un grillete que lo encerró contra la pared, dejando sus brazos y piernas atrapados.


—¡Oye, no se vale! ¡Está frío!


—Pues claro, genio. Es hielo. El trato era soltarte y lo hice, ahora solo estás pegado a la pared. ¡Jajaja!


—¡Jajaja! —Ice también rió—. Te voy a devorar si no empiezas a cantar, asqueroso pedazo de basura —dijo, acercándose demasiado al rostro de Héctor y lamiendo su herida.


—¡¿Eso qué, güey?!


El hielo empezó a expandirse, cubriendo el pecho de Héctor.


—Tú sabrás… solo es cubrir tu cabeza y pum, muerte. Así que no hagas enojar a mi amiguito de nuevo.


—¡Está bien, hablaré! ¡Hablaré! ¿Qué quieren saber?


—Así me gusta. Colaborativo como la chingada.



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Parte 3: Crepúsculo


—El lirio de hielo es una planta originaria de aquí y—


—Eso no, idiota. Queremos saber lo que le vendiste a un tal Víctor. Parece un jodido vampiro.


—O un emo.


Héctor hizo memoria, pero su cuerpo se estremeció al recordar a Víctor y la mercancía que vendió.


—¡Yo no tengo nada que ver con su muerte!


—¿Quién dijo que murió? Está tan vivo que le corté la mano, idiota.


—Oh, no… quise decir… —El hielo empezó a expandirse nuevamente—. ¡AHHH! ¡Crepúsculo! Se llama Crepúsculo.


Ice sonrió y contrajo el hielo lentamente.


—Dime, ¿qué sabes de ese Crepúsculo?


—¡No sé na-! —El hielo cubrió sus piernas casi por completo—. Es una droga experimental. Me la dieron para venderla, pero todos los que la probaron murieron… excepto por Víctor —dijo con voz temblorosa. Nuevamente, el hielo se contrajo.


—¡¿Vendías estas porquerías que matan a la gente?!


—¡No sabía que iban a morir! O al menos… no tan rápido. ¿Por qué querría perder clientes? Solo sé que alguien mezcló lirio de hielo con Crepúsculo y eso mató a muchos. ¡No sé más, lo juro!


—Parece decir la verdad. Ice, vámonos

—¡¿Van a dejarme aquí?! ¡Los voy a…!


—Vamos, denúnciame en la Asociación de Héroes. ¡Jajaja!


—¡Acúsame con mi mamá! ¡Jajaja!


Ambos héroes desaparecieron en un parpadeo, dejando a Héctor pegado a la pared y con su mercancía en el suelo.



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Parte 4: Calor


Jueves 30 de enero de 2014. Ciudad Granizo, Distrito Polar. Zona universitaria, calle Boyle. Central eléctrica Boyle. 2:30 p.m.


—Provecho… —Usando sus habilidades, Break absorbió el calor generado por los generadores eléctricos y aumentó considerablemente su temperatura.


Así mismo, viajó a pie buscando cocinas para absorber el calor del fuego.


Un aroma llamó su atención: era ceniza y humo. Algo se estaba quemando.


Corriendo, Break encontró un departamento en llamas y a muchos vecinos rodeando el inmueble.


—¿Un incendio?


—Sí, señor. Dos niños están dentro del edificio y no llegan los bomberos porque están ocupados con otros dos incendios.


—No me diga… ahorita regreso.


Sin pensarlo, Break entró al edificio, caminando como si estuviera en su propia casa y absorbiendo lentamente el calor del interior.


—Eso de ocupar menos oxígeno finalmente sirve de algo.


Mientras se adentraba en el edificio, escuchaba a los niños toser y llorar.


—¡Mamá, me atoré! ¡Mamá!


—Deja de gritar así, mocosa. ¡¿Dónde estás?!


Saliendo del cuarto lleno de humo, se escuchó la voz de una pequeña niña.


—¡Aquí! Se me cayó el mueble encima.


—¿Qué rayos hacías antes del incendio?


—Mamá dijo que no jugara a saltar en la cama… y no le hice caso.


—Ah, qué niña más tonta… ¿Hay alguien más aquí?


—Solo yo y mi hermanita, pero ella es un bebé.


—Está bien, yo me encargo.


Ataque: Fire On


Break absorbió toda la energía térmica del incendio, extinguiendo el fuego y reduciendo la temperatura de la habitación.


—¡¿Niña, estás bien?!


—Sí lo estoy… ¿Por qué no hay fuego?


—Yo… creo que llegaron los bomberos. Enseguida te saco de aquí —dijo Break, entrando a la habitación.


Debajo de un pesado mueble de madera se encontraba una niña morena, de pelo rizado color café. Tenía puesta una pijama de Hora de Aventura, de Jake el perro.


Usando su gran fuerza, Break levantó el mueble como si nada.


—¿Dónde está tu hermana?


—Al final del pasillo —dijo mientras tosía.


—¿Cómo te llamas, pequeña?


—Me llamo Susi. ¿Y tú?


—Mi nombre es Break. Sal fuera, Susi. Sacaré a tu hermana de aquí.


—¿Eres un vampiro?


—Haa… sí, soy un vampiro.


—¡Genial! Amo a los vampiros. ¿Eres de esos vampiros guapos de la tele?


—¿¡Vampiros qué!?, eh… sí, sí lo soy.


—¿Puedo casarme contigo cuando sea grande?


—Seguro, Susi. Pero baja y ponte a salvo primero.


—¡Oki!


La niña bajó y fue rápidamente abrazada por el equipo de emergencias, pero no podía quitar los ojos del edificio en llamas, pensando:


—Espero que estén bien…


Los minutos pasaron y la estructura empezó a debilitarse, hasta que algo dentro colapsó. Pero Break y la niña aún no salían.


Susi temía lo peor y se aferraba con fuerza a la pierna de un policía, pero su preocupación desapareció cuando vio a Break salir del edificio con su hermana en brazos.


—¡Están bien! —gritó, para acto seguido correr hacia Break.


Pero esto no era una película, así que Break la apartó con la pierna.


—Give me a break. Toma a tu hermana primero.


—Oh, es cierto…


Susi tomó entre sus brazos a su hermana pequeña y sonrió al vampiro.


—Gracias, Break. Eres un vampiro bueno.


—¿Un vampiro bueno, eh? Gracias, Susi. Tengo que irme.


De un salto, Break se despidió de Susi y se dirigió en busca de más fuentes de calor.



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Parte 5: ¿Vampiro bueno o malo?


Eso que dijo Susi me consterna… ¿Podría alguien como yo ser bueno? ¿Eso quiere decir que soy el malo?


Toda mi vida pensé que era la víctima, pero ¿y si soy realmente el victimario?


No lo sé… quisiera conocer a alguien que también se sienta como un monstruo. Quizá me daría la respuesta.


Give me a break…