Chapter 66:
Cronicas de Rigel
En un parque que estaba en el centro de la inmensa Erithan, Kaede reposaba con una mirada entre lo aburrido y pensativo,
estaba sentada en una banca de madera entre algunos árboles, el césped bajo sus pies.
Al elevar la mirada, observaba varios edificios.
—”quiero morirme... que aburrimiento”
Soltó un largo bostezo mientras estiraba el cuerpo, un olor le atrajo para ver instantáneamente tras ella.
La elfa se sorprendió al ser descubierta rápidamente.
—”Kaede... te vi y pensé que podríamos compartir esto”
Dijo elevándole una galleta con fondo de chocolate.
Kaede se emocionó a pesar de hace un instante estaba tan aburrida, alzó rápidamente ambas manos y prácticamente le robó la galleta.
—”¡gracias, Kaya!”
Dijo mientras devoraba la galleta.
Kaya se empezó a reír un poco, de forma algo nerviosa, simplemente se sentó al lado de Kaede y empezó a comer su propia galleta.
—”la señorita Selina vendrá en un rato, ¿te molesta?” —murmuró Kaya, viendo de reojo a Kaede.
—”¿Selina?” —dijo la peli azul con la boca llena de chocolate y migajas por los labios.
—”No me molesta, es mi amiga” —dijo terminando su frase.
Kaya simplemente suspiró de alivio, y continuó comiendo cuidadosamente su galleta.
Kaede observó a Kaya, su curiosidad despertó.
—”¿Usas tu armadura en un lugar como este?”
—”Ah... hace mucho tiempo, me inculcaron este tipo de cosas, nunca se sabe cuándo podemos tener una emergencia.”
Kaede sonrió ligeramente.
—”Si sabes que, si hay una emergencia, ¿no actuaríamos, ¿no?”
—”Dilo por ti, yo me uniría a la unidad ofensiva sin que me lo pidieran” —dijo una voz externa atrás de Kaede.
Kaya sonrió ligeramente al notar a la dama.
—”Señorita Selina...” —murmuró Kaya.
Selina, con un vestido diferente totalmente de color negro y con una falda que le llegaba hasta las rodillas, caminó para rodear la banca.
—”¿Puedo sentarme, ¿no?”
—”Aquí, por favor.”
Kaya le hizo un espacio en medio de ellas.
Selina frunció ligeramente el ceño, al ver a Kaede comer como un animal, probablemente le caerían migajas...
Para no protestar como una niña, se sentó entre ellas, pero para su sorpresa, Kaede se movió para ocultar el rostro mientras devoraba la galleta.
—”¿La está acaparando...?” —murmuró Selina con incredulidad.
—”En fin, ¿tienes mi galleta, Kaya?”
—”S-sí, señorita Selina.”
Kaya se dispuso a sacar de un bolso café que llevaba consigo una galleta con envoltura, Selina la tomó y delicadamente se deshizo de la envoltura.
—”Aquí no hay sirvientes que limpien mi desastre...” —murmuró algo pensativa.
—”Y... este... ¿cómo está el señor Calius?” —dijo Kaya.
—”Durmiendo, está cansado pero cargado” —respondió Selina viéndole de reojo antes de empezar a comer.
—”Entiendo...” —murmuró Kaya.
—”Espera, cansado y carg-” Kaya fue interrumpida.
—”¿¡Tienes más galletas?!” —dijo Kaede mientras terminaba de devorar el chocolate.
Selina observó de reojo a Kaede con una mirada asqueada, no personal, natural.
—”Kaede... tienes los guantes llenos de migajas y chocolates.”
—”Ah, es verdad...” —dijo mientras se limpiaba con el pantalón, lo cual resultó peor a la vista de Selina.
Kaya le alzó ligeramente un papel húmedo totalmente liso y refinado a Kaede.
Ella lo tomó, alzando la cabeza como agradecimiento, se limpió los labios.
—”¡No tonta, es para que te limpies esas malditas migajas!”
Dijo Selina algo estresada, pero sin nada personal.
—”¡Eso se limpia cuando camine o algo así!”
Dijo Kaede siguiendo el tono alto de Selina por diversión.
La gente que pasaba por el alrededor del parque no pudo evitar verlos de reojo.
Kaya notó esas miradas, habló en susurro.
—”Este... cálmense, por favor...”
—”¡Ni hablar, Kaede es demasiado salvaje, ¿te criaste con animales?!”
Kaede se quedó algo pensativa, observando los árboles.
—”¿Yuzuki cuenta...?” —murmuró.
—”En serio, siéntense...” —dijo Kaya en susurro.
Selina no dio tregua.
—”¡No te hagas la tonta, deberías ser más refinada por cómo te vistes! ¿¡Quién se pone un traje así de elegante para después parecer un animal criado por monos?!”
Kaede se rió en voz alta.
—”¡Mi traje es especial porque yo soy especial, me representa como la única barajeadora abismal de la ciudad!”
—”¿Única...?” —murmuró Selina, estaba por responder, pero Kaya le tapó la boca, le habló al oído rápidamente y algo alterada.
—”Señora Selina, reconsider-”
—”Ya lo sé, no diré el secreto” —murmuró antes de separar a Kaya y hablar.
—”Bueno... este... ¡Ah, así! ¡Esta mañana vi a Yuzuki saliendo de la habitación de Shiro, él prefiere a ella que a una tonta como tú!”
Kaede se rascó el pelo.
—”¿Qué tiene? Yuzuki siempre lo hace.”
—”¿E-eh?!” —balbuceó Selina, algo curiosa y olvidando la pelea.
—”C-creo que nos estamos metiendo en temas personales” —murmuró Kaya, tratando de comer su propia galleta mientras las observaba.
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—”Entonces, dibuja una línea del punto A al punto B.”
Ella tenía una mano en su hombro.
—”Sigo sin entender por qué hacemos esto, Yuzuki...”
Él estaba sentado mientras escribía.
—”Silencio y sigue las instrucciones de tu sensei, Shiro.”
—”Repito que no es nada tu estilo decirte sensei...”
Shiro estaba tratando de dibujar en ese cuaderno, la hoja estaba en blanco si no fuera por: una letra A, y al lado opuesto una letra B, sumando a Shiro dibujando una línea entre ellas.
—”Bien... ahora, ¿qué harías para ir del punto A al punto B?”
Shiro se puso a pensar, trató de dar una respuesta rápida.
—”Pues... supongo que depende, pero... buscaría el camino más rápido.”
Yuzuki puso una mano en el hombro de Shiro.
—”Pero si ese camino está lleno de ecuaciones?”
Shiro le vio sobre el hombro.
—”¿De qué estamos hablando?”
Yuzuki esbozó una ligera sonrisa.
—”Pues, por ejemplo: tu carta caminante es muy única, pero para lanzar hechizos de regla hay formas infinitas que lastimosamente para ti, la mayoría se desconocen.”
Shiro poco a poco entendía más las cosas.
—”Entonces en el camino hay muchas ecuaciones, ósea... ¿los ataques o funciones que me da la carta?”
—”Supongamos, es algo parecido.”
Shiro empezó a recordar los pocos ataques que pudo ver de Alma Rigel en ese sueño de hace más de un mes, eran ataques muy diferentes hasta cierto punto.
Yuzuki siguió hablando.
—”Entonces, ¿cómo llegarías al punto B?”
—”Sinceramente no lo sé, pero... tal vez trataría de entender las fórmulas y no aprendérmelas.”
Era la típica respuesta que él daría en sus exámenes de matemática de la preparatoria cuando aún estaba en su mundo.
—”¿Y qué harías una vez entendieras esas fórmulas?”
Shiro se quedó en silencio, sin respuesta.
Al ser ese el caso, Yuzuki habló.
—”Buscarías tu propio camino.”
La mano libre de Yuzuki tomó la mano con la que Shiro sostenía su lápiz, trazando una línea que viajaba por la parte alta y baja de la línea original.
—”Si lo comprendo, puedo... ¿crear mis propias ecuaciones?” —murmuró Shiro.
—”Lo tienes, era fácil, ¿ves? Básicamente tendrás que basarte en invocaciones básicas y dejar que tu imaginación haga lo demás.”
Shiro tenía la mirada perdida en la hoja, la respuesta era un tanto obvia pero nunca la pensó.
[...]
Después de un poco de repaso, Yuzuki le dejó a Shiro levantarse de su silla.
—”¿Tienes hambre, no? Tal vez pida algo para los dos, tu sensei te recompensará.”
Dijo mientras caminaba a la salida del cuarto de Shiro.
Shiro le siguió.
—”Te repito que no te va decir eso... por cierto, nunca supe todos los tipos de comida que hay aquí.”
Yuzuki abrió la puerta y salió de primera al pasillo, lo primero que se encontró fue a Kaede, Kaya y Selina observándoles desde la puerta del elevador.
Selina con cierto orgullo, tomó el hombro de Kaede con una mano y con la otra apuntó a Yuzuki.
—”¿Ves? Claramente yo no miento.”
—”Nunca dije que mentías...”
murmuró Kaede, evitando observar el rostro de Shiro.
Yuzuki soltó un suspiro calmado.
—”¿Ustedes también quieren cenar?” —murmuró.
Kaya alzó la mano.
—”Yo sí, por favor.”
Yuzuki, Kaya y Selina se fueron hacia la cocina, rumbo a pedir entre las tres una cena.
Shiro se quedó viéndole de reojo a Kaede, y Kaede evitaba la mirada.
Otra puerta se abrió, un pelo azul con ojeras y un traje mal puesto.
Calius bostezaba mientras caminaba por el pasillo hacia las chicas.
—”Por favor, denme comida, llevo todo el día durmiendo y estoy cansado”
dijo con tono apagado y perdido mientras caminaba.
[...]
El elevador se abrió, dejando ver a Mizuki y a Kira.
Mizuki caminó por el pasillo y alzó la voz.
—”¡Todos, reunión importante sorpresa!”
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