Chapter 54:

CAPITULO 5 PARTE 8

Cronicas de Rigel


Cada acercamiento sutil era un paso más cerca del infierno que todo ser humano odiaba o temía, cada latido de sus corazones era una promesa que cumplir, una hazaña que lograr.
Cada pedazo de arena que surgía con el viento era como ver cada vida que podría ser desperdiciada el día de hoy.

Sin más, el desierto llegaba a su fin, y antes de la frontera hacia el Mar de Almas, había un inmenso bosque de árboles cuyas hojas llevaban hasta los límites hacia las nubes.
Tanto espacio, tanto césped, la exageración de árboles provocaba la necesidad de acercarse y hacer que ese lugar ardiera en llamas de un combate que marcara el antes y el después del ayer, o tal vez el mañana.

Sin más, una presencia de pelo negro se acercaba, posicionándose firmemente antes de la hierba que limitaba al desierto: Alma Rigel, con una mirada pasiva hacia el bosque.
El interior parecía vacío, abandonado, hasta juzgado por el mismo aire.

Rigel: "Tú solo apareces cuando tienes todo a tu favor... me gustaría saber qué tienes a tu favor, pero no me dejarás saberlo, ¿no? Pandora.”

Del interior del bosque, una figura emergió, cierta persona que hasta el momento se estaba escondiendo tras un arbusto.

“Vaya... llegaron antes de lo que pensé... entiendo.”
Murmuró una voz apagada y llena de confianza vacía, en palabras falsas que provenían de sus labios ocultos por una capucha.

Al quitarse la capucha, reveló su rostro, pálido como la luna llena; su cabello gris combinando con sus ojos plateados marcaban una presencia tanto tranquila como peligrosa, su piel sensible parecía que con un contacto solar se desvanecería.

¿¿Pandora??: “Por lo que veo, vienes acompañada... ¿vienes a matarme? Deberías rendirte.”

Rigel se rio ligeramente y dejó que su cabello ondeara ante el desierto.

Rigel: "¿Qué cosas dices? De todos modos, tú también estás acompañada, ¿no?”

Pandora seguía observándola con sutileza, viendo de reojo a los lados.

¿¿Pandora??: "Sí... tienes razón. Aunque... ¿por qué debería decírtelo? Él tal vez ya está listo para decapitarte."

Rigel: "Tranquila, no hace falta que me digas dónde está...”

Rigel elevó su mano derecha, invocando su carta de un verde llameante; la dejó caer sutilmente. Su carta se elevó y empezó a brillar, deleitando una vista ardiente. La carta viajó como una estrella sin rumbo, arrasando contra un árbol elevado... el ataque fue bloqueado por fuerzas incomprendidas; del humo se pudo distinguir una figura oculta, que emergió sin preocupación.

Una figura desnutrida, con piel pálida que perfectamente podría ser la de un enfermo, sus ojos lila claro llenos de calma, su pelo rojo oscuro y sin más, una capucha negra que ocultaba todo bajo, a excepción de las mangas negras de sus brazos.

“Maldita caminante... carecen de sentido y atacan por instinto,” murmuró el espectro oculto.

Rigel: "Tal vez tengas razón... pero eso no nos detendrá.”

Sin más, Alma Rigel extendió hacia adelante su mano izquierda con orgullo; una figura oculto el cielo y se elevó con orgullo: el dragón Rhydros cambiaba de dirección conforme sus alas lo guiaban.

Sin más, arremetió hacia adelante, sus dientes separándose en un gran rugido, desatando una gran horda de viento sometida en fuego azulado que amenazaba con quemar todo el que se acercara.
El viento se arremolinaba conforme el fuego, a una velocidad tremenda, amenazando a Pandora.

Pandora: "Vaya, vaya... un dragón que controla los elementos y que porta maná... tan fuerte como tan arriesgado...”

El ataque alcanzó perfectamente a Pandora, pero este ataque la esquivaba, como si el mismo aire estuviera centrado en garantizar su seguridad; ni siquiera tenía complicaciones para respirar en ese instante.
El fuego arrasó con múltiples árboles tras suyos, combinándose explosivamente en el suelo y generando una bomba de humo que cubrió completamente a Pandora.

Rigel: "¡Vamos, Rhydros!”
Murmuró mientras mantenía la mano alzada todo el tiempo; su tono y mirada marcaban decisión de no retroceder ni un instante.

Rhydros rugió infernalmente, sus alas alzándose y permitiéndole avanzar; este avance dividiéndose entre Pandora y su acompañante de pelo rojo oscuro.

Tenzou: “Hora de morir. ¿Eh...?”
Sin más, saltó de las escamas de Rhydros; su sonrisa decidida no cambiaba, aunque cayera a una altura exagerada. Sin más, desenfundó su katana en el aire.

Tenzou: "Tú eres mi objetivo, ¿no...?”

Alzando su espada, esta se llenó de un fuego eterno que fue lanzado explosivamente como una horda de poder de éter hacia el hombre que posaba en la rama del árbol.
El fuego proveniente de la espada del Hinokami explotó contra el enemigo; cualquier enemigo no podría continuar ante tal ataque potenciado por infinitas posibilidades de éter. Sin embargo, Tenzou se tensó.

Tenzou: "No... demasiado fácil, ¿no?”
Dijo recordando la frase de que este enemigo solo aparece ante total ventaja.

“¡Cuidado!”
Murmuró de forma desesperada cierta persona que descendió desde Rhydros de manera acrobática.

En medio del aire, Touka invocó su carta verde profundo, lanzándola desesperadamente hacia Tenzou; la carta solo sobrepasó un instante ante Tenzou, ese mismo instante desvió una onda exageradamente letal que al ser desviada, explotó contra el suelo en una explosión.

Tenzou se tensó y desvió su total atención al enemigo que se elevaba sin ningún tipo de herida en las llamas del anterior ataque.

“Mi nombre es Vael, y estoy listo para retenerte todo lo necesario,” dijo mientras se limpiaba el polvo de la cara.

Sin más, Tenzou esbozó un rostro serio y determinado.

Tenzou: "Ese ataque... ¿controlas la gravedad...?”

Vael: "Qué insinuación tan lógica y estúpida...”

Vael elevó sutilmente la mano derecha; el humo carecía de coherencia y se formó densamente contra el aire en una forma filosa que fue directamente hacia Tenzou.
Este, al tratar de bloquearla firmemente con su katana, vio que el ataque fue desviado por poco; un centímetro de imperfección en su bloqueo hubiera resultado en una muerte instantánea.

Sin más, Rhydros descendió con la experiencia de un dragón de su nivel y dejó caer a Tenzou en sus escamas.
Desde su punto, Rigel empezó a caminar hacia el bosque.

Rigel: "Lo dejo en tus manos...”
Murmuró mientras seguía su rumbo.

Velka, decidida, estaba posicionada frente a Rigel, nerviosa, las manos temblando levemente y el rostro indeciso.
Pero apretó los puños y los labios, y se obligó a invocar su carta abismal.

Velka: "Carta abismal... está hecha para destruir con infinitas posibilidades de combinaciones excesivas nada aprovechadas... pero...”
Su carta azul brillaba de forma excesiva, lista para cualquier cosa.

Velka: "Mi carta abismal... puede hacerlo.”

Velka alzó ambas manos, y su carta explotó ferozmente; la explosión, bañada en éter, arrasó con todo a su paso, menos con Rigel, era como un pedazo de aire más entre la explosión colosal.

Pandora: "Impresionante... ¿tienes una persona con tal poder...?”
Murmuró pensativa mientras la onda de éter provocada por Velka la consumía por completo.

Y así, el campo de batalla fue obligatoriamente separado por la actuación de Velka; todavía el aire estaba denso, su ataque seguía presente, ella miraba con decisión mientras seguía tomando fuerzas internas para alargar la onda del ataque.

Velka: "Yo se lo prometí... lo llevaré a un futuro donde no deba tener miedo...”
Murmuró con voz temblorosa; en un último impulso, el viento arrasó con el alrededor y en un último colosal impacto, la explosión resonó en toda la entrada del bosque.

Desde las alturas, Rhydros avanzaba entre los densos y colosales árboles.

“Repasando el plan... tú y yo tenemos que aplastar a ese tal Vael y no morir en el intento mientras Velka y Touka nos apoyan. Es así, ¿Tenzou?”
Este mismo sonrió ferozmente con un rostro desgastado sutilmente.

Tenzou: "Es así, Renka... ¿estás lista? Podríamos morir aquí.”

Renka avanzó con su katana en mano hasta el lado de Tenzou.

Renka: "No te hagas el tonto, por favor; tú también vienes listo a morir.”

Tenzou: "Rhydros, ve a recoger a Touka y a Velka... nosotros lo entretendremos un rato.”

En una vuelta en su eje en el aire, dejó caer a Tenzou y a Renka en el suelo del bosque; eran diminutos a comparación de los árboles.

Renka: "Bien... tú lo atacas y yo te cubro, ¿no?”

Tenzou: "¿Tú me cubrirás...? Entonces podría olvidarme de mis propias defensas.”
Dijo en un tono sarcástico.

El apareció ante ellos: Vael, el encapuchado de cabello rojo oscuro.

Vael: "Déjenme terminar con esto rápido...”
Murmuró de forma cansada.

Al mover ligeramente su mano derecha, Vael dejó salir o liberar una onda asesina hacia ellos.

“¡C-cuidado...!”
Murmuró Renka, alzando su espada rápidamente; la imbuyó con suficiente éter para retener tal ataque invisible.

Vael: "Maldición...”

El ataque, al ser desviado, impactó colosalmente contra el árbol, del costado.

Tenzou: "Este tipo... ¿ataca controlando la gravedad...?”

Renka: "Es una posibilidad... céntrate en defenderte a ti mismo de momento; cuando descubramos qué hace, podremos pelear juntos.”

Y así, Renka y Tenzou se impulsaron costado a costado, listos para pelear y vencer en el bosque del autoproclamado infierno.

Chaos
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