Chapter 57:

CAPITULO 5 PARTE 11

Cronicas de Rigel


“¿Por qué tengo que ser yo…?”
“No tienes que ser tú… no estás solo.”
“No digas tonterías… tengo que hacerlo solo.”

....

Los tres estaban posicionados, lo rodeaban separándose, formando un triángulo.

Tenzou tenía la espada apuntando hacia él, sosteniéndola y manteniéndola con un aura sutil de éter, listo para un ataque.
Renka tenía la espada en ambas manos, parada firme, su vista estaba fija en Vael.
Touka era la punta del triángulo, observando con sutileza a Vael.

—“Ahora… espero que mi cuerpo aguante…” —pensó Touka.

Vael observaba solo a Touka, como si Tenzou y Renka fueran secundarios.
Elevó la mano hacia Touka perezosamente y chasqueó los dedos. Todo había comenzado: no había vuelta atrás, un último choque que decidiría quién moriría y quién no, quién saldría vivo de aquí y quién no.

El éter se arrimó junto al viento, arrasando con el suelo que lo limitaba hacia Touka, un viento cortante y abrazador.

Touka invocó su carta verde llameante, dejando que el viento pasara a su lado. Ramas eran arrancadas, la tierra del suelo se levantaba y algunos árboles caían ante tales cortes letales, dejando ruidos de desastres tras el avance de Touka.

Y así, Touka se deslizó al lado derecho, impulsándose hacia Vael… pero murió. Su pierna fue cortada instantáneamente, mientras una segunda horda de éter aprovechaba para cortar su cuello. El reloj fue movido.

[Si…]

Touka invocó nuevamente su carta verde llameante, dejando que el viento pasara a su lado. Ramas eran arrancadas, la tierra se alejaba, y algunos árboles caían ante tales cortes letales, dejando ruidos de desastres tras su avance.

Touka se impulsó desde el lado izquierdo hacia Vael, lanzando su carta de caminante hacia él, dejando que esta girara frente a Vael para provocar un tornado que se hacía más grande alrededor de él.

Tenzou, casi por instinto, dejó que de su espada salieran llamas que se combinaron con el tornado.
El fuego se propagó por todo el tornado, y a la vez este se hizo instantáneamente pequeño, explotando frente a Vael.
La explosión se propagó tanto que el humo estuvo cerca de alcanzar la altura de Rhydros.

Renka se deslizó por la espalda de Vael, determinada a estocarlo… mentira, Vael trató de atacarla de forma más visible, guiando el éter de la tierra para afilarlo a altas velocidades. Renka atacó al aire, invocando una línea morada de éter como si cortara la realidad, desviando cualquier ataque.
Sin más, lanzó la ráfaga de éter hacia Vael. Estalló sin tocarlo ni rozarlo.

Touka aprovechó para meterse en el espacio personal de Vael… pero instantáneamente, sus brazos fueron cortados. Vael no desaprovechó la oportunidad, cortando todo su abdomen.
El reloj se configuraba, regresando.

Renka se deslizó por la espalda de Vael, determinada a estocarlo… Vael trató de atacarla, guiando la tierra con éter. Renka atacó al aire, invocando una línea morada de éter, desviando el ataque.
Sin más, lanzó la ráfaga de éter hacia Vael. Estalló sin tocarlo ni rozarlo.

Touka apareció agresivamente, agachándose y pateando las piernas de Vael. Por primera vez, la reacción tuvo efecto.
Vael estuvo a punto de caer al piso, confundido, y chasqueó los dedos fuertemente.
Toda la tierra alrededor parecía explotar y comprimirse al mismo tiempo.

Tenzou saltaba entre tierra elevada, alzando su espada en un grito desesperado que le llenaba el alma.
Su espada se alzó, el éter tomó forma de una espada hecha de fuego, descendiendo directamente hacia Vael.

Vael recibió el ataque por primera vez.

—“Ahora, atácalo!” —gritó Touka.

Renka reaccionó por instinto, alzó su espada al cielo, jadeando por el gasto que implicaba este ataque.
Del cielo descendían como la lluvia incontables rayos de éter, chocando con el suelo y afectando el área de Vael.

Una de las chispas fue desviada por Vael desde el interior del choque, atravesando directamente el corazón de Touka. Cayó al suelo, desesperada. No por miedo a vivir, sino buscando una muerte rápida. Su cuerpo se estremecía por cada segundo más de sufrimiento, soltando sangre en todo momento, y murió.

[Una vez más… no, las veces que sean necesarias…]

El reloj se configuró nuevamente, regresando a esos instantes anteriores. Una y otra vez, el bucle siguió: Tenzou atacaba con rabia, Vael lo desviaba con rabia. Cada repetición eran ataques letales y desviaciones más letales por parte de Vael, cada regreso mostraba un rostro más rabioso.

Cada regreso era un sonido de un rayo, un jadeo, o un suspiro de Renka, sus ataques gastaban mucho éter, agotándola cada repetición.

Cada repetición, lo primero que apreciaba era a Rhydros en las alturas, con Velka arriba. Touka agradecía que Velka no presenciara cómo el Moria debía morir y regresar con el reloj antes de que ella se diera cuenta, así no sufriría…
El reloj seguía regresando cada vez que fallaba, cada fallo era un sufrimiento más, un paso más hacia la victoria, un instante más de dolor no era suficiente para pagar, no era suficiente para complacerla…

[...]

Alma Rigel, una caminante dispuesta a salvar el mundo con su poder y para vengar a sus viejos amigos con su carta especial y base de mana para atacar.
Alma Rigel, una caminante corrompida que se apoderó del reloj del tiempo por puro capricho, con un poder de éter corrompido.
Alma Rigel, la mujer que salvó a la última Alhena, devolviéndole las ganas de pelear a la talentosa espadachina de los Kaminari, y quien dio un verdadero objetivo al espadachín de los Hinokami.
Alma Rigel, una mujer que se corrompió internamente a sí misma, dispuesta a acabar con el mundo si no conseguía lo que quería; su objetivo no se cumpliría sin ella ni Touka… ella mueve el reloj para que ellos sigan peleando.
Alma Rigel, quien ahora mismo lucha contra Pandora con mana, mientras mata a Touka por dentro con su éter corrompido.

Alma Rigel pelea como si fuera un intento.
Touka pelea con la obligación de ganar sin importar las consecuencias, siendo consciente de que Alma Rigel fue dividida por ella misma sin darse cuenta.

—“Aunque sea lo último que haga… terminaré con esto.”

Touka se alzó nuevamente de entre los muertos. El reloj regresaba una vez más…
Se movía rápidamente por el bosque, el fuego pasaba cerca de él, como chispas que se movían por todo el bosque.
Deslizándose entre los múltiples rayos que descendían por el bosque como una amenaza constante, se adentró en el humo mientras el fuego se propagaba.
Le costaba respirar ahí dentro, alzó la vista.

Vael derramaba sangre de los hombros, con el rostro cansado.

—“Nunca me sentí tan humillado…” —dijo Vael.

Touka, con el rostro vacío, sin una pizca de emoción, alzó su carta, llenándola de éter en un instante, reuniéndolo todo. Brillaba a tal punto que entrecerraba los ojos.

—“¡Cuidado!” —gritó Renka mientras Tenzou empujaba a Touka.

Renka se posicionó rápidamente frente a Tenzou, alzando su espada, convirtiéndola en un rayo morado amenazante que brillaba por toda el área.

Desde el cielo, como una intervención divina, un rayo celestial de fuego azulado descendía rápidamente hacia ellos.
Renka alzó su espada, chocando con el rayo. El fuego se propagó agresivamente a todo su alrededor, destrozando parte del bosque, los árboles quemándose, las chispas de los rayos amenazando.
Renka no podía evitar gritar; le dolía demasiado el esfuerzo.

Desde otro lado del bosque, Rigel presenciaba tal rayo descendente hacia sus aliados.
Pandora, atrás suyo, sonreía con orgullo malicioso.

—“¿Qué opinas…? Es mi aprendiz, se llama Kyou… te advierto, Rigel… aunque yo o Vael perezcamos… ya tenemos reemplazos… ¡JAJAJAJAJA!” —dijo Pandora, riéndose; todo era inútil.

—“Tú… no puede ser…” —dijo Rigel.

Empezó a correr rápidamente por el bosque.

—“Mis compañeros… Touka… es hora de mi plan. Espero que Touka me perdone…”

Rigel se acercaba cada vez más hacia el rayo de fuego azulado que descendía del cielo.

Chaos
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