Chapter 58:

CAPITULO 5 PARTE 12

Cronicas de Rigel


“¿Por qué tengo que ser yo…?”
“No tienes que ser tú… no estás solo.”
“No digas tonterías… tengo que hacerlo solo.”
“Solo… sálvame, Velka…”
“Está bien, Touka…”
[...]

En su interior, todo era un desastre; se sentía mal, le dolía la cabeza y los hombros. Touka solo podía presenciar cómo Renka los defendía del rayo amenazador.

—“Paren… que alguien me mate…” o eso es lo que diría Touka… atrás de él, era una presencia que nadie más notaba ni notaría, una sombra igual a ella… Alma Rigel tenía sencillamente un reloj en mano.

Tenzou alzó su espada al lado de la de Renka, pero él alzó su fuego; en un instante de superioridad, el rayo fue desviado hacia un lado, el fuego siendo lanzado agresivamente, el tiempo suficiente para que Tenzou, con una mano, agarrara a Renka y se impulsara junto a ella.

Cuando el desvío terminó, el fuego volvió, chocando con el piso en una explosión colosal.
[...]

Rigel seguía corriendo, se detuvo abruptamente al ver cómo la explosión estaba por alcanzarlo.
Sin embargo, el viento creó un espacio específico para que la explosión pasara de largo; Rhydros desde el cielo dio el mínimo apoyo.
Rigel sonrió solo por un instante, siguió avanzando.
[...]

Renka trataba de levantarse; sus piernas temblaban. Al elevar la vista, Tenzou estaba firme frente a ella, protegiéndola.
Por impulso, la espadachina se levantó y se posicionó a su lado.

Touka estaba contra un árbol, agotado, pero con ganas de seguir peleando y ganar.
Sin embargo, el caminante la vio, una presencia que debería estar con Rhydros.

Velka estaba corriendo desesperadamente hacia Touka, jadeando, su cabello se movía, dejando ver claramente sus lágrimas.
Luchaba por no caerse entre los escombros.

—“E-espera… ¿qué haces aquí?” —dijo Touka con miedo, temblando; era lo que le daba miedo, verla aquí abajo.

Vael emergió tras Velka, pero no la atacó; simplemente alzó ambas manos a los lados, una señal.

Dos seres emergieron, ropas rotas, piel quemada, rostros ocultos por máscaras, ocultando heridas.

—“Ahí están… ¡demonios!” —gritó Renka.

Renka y Tenzou no dudaron en acercarse al trío enemigo. En ese instante… Touka solo quería morir, retroceder y buscar otra salida a la victoria.
Lo que no quería surgió:

Alma Rigel se deslizó para no caer, alzando su mano, gritando desgarradamente como si fuera su última esperanza.

—“RHYYYYYDROOOOOS!!!!!!!!!!” —un grito agonizante que sorprendió a casi todos los presentes.

Sin más, esa fue una luz verde para el dragón.

Velka, al llegar frente a Touka, lo abrazó con fuerza, usando el éter que reunió y conservó para protegerlos con una barrera hecha por su carta abismal.

Sin más, Rhydros se alzó en el cielo, soltando un gran rugido que provocó una explosión colosal: fuego, viento, rayos, luz, todo se combinaba en una convulsión de explosiones que destruía todo el suelo.

Todo estaba siendo destruido; todos los demonios escondidos del bosque trataban de correr desesperadamente por las sombras. El fuego destruía todos los árboles, las chispas perdidas destruían el suelo constantemente, la luz funcionaba como algo de alcance divino, destruyendo sin piedad árboles por la mitad; el viento se encargaba de cortarlos completamente.

Touka observaba esto con desesperación; él no recibía ningún ataque, solo podía observar mientras Velka lo abrazaba cálidamente en llanto.

—“No tienes que pelear más… ¡ellos quieren lo mejor para nosotros!” —gritó Velka, agonizando en llanto.

Mientras todo explotaba ferozmente, Pandora se alzaba en el cielo, bajando en un instante que ni él notó. Alma Rigel alzó su carta hacia ella.
[...]

—“Adiós, Pandora…” —dijo Rigel.
—“No seas idiota… esto apenas comien-” —interrumpió Pandora.

Todo se oscureció; ella y Rigel estaban en un plano aparte.

—“El tiempo avanza en este lugar… aquí tengo tiempo suficiente para sellarte, el sello aguantará medio siglo… en medio siglo, la sociedad avanzará… yo… usaré mi carta para viajar en el tiempo y restaurar el sello hasta que te den ganas de morir…” —explicó Alma Rigel.
[...]

Pandora estaba incrédula, pero cerró un ojo.

—“Ingenua… ¡solo podrás viajar en el tiempo con tu carta, ¿no?!” —dijo Pandora.

—“¡¿Cómo lo sabes?! ¡Maldición!” —gritó Rigel.

Pandora invocó una carta corrompida, totalmente negra y sin funciones; la rompió.

—“¿Qué haces…?” —preguntó Rigel.
—“En estos segundos, ambas estamos haciendo cosas fuera de la realidad, ¿no? Descubrí tu recipiente que erigirías en 49 años… ¡qué nombre tan curioso…!” —dijo Pandora.
—“Shiro Mimosa… ¡¿no?!” —Alma Rigel estaba impactada completamente.
—“¡Esto es absurdo, ¡¿cómo lo sabes?!” —dijo Rigel, con enojo creciente. Respiró hondo e invocó su carta, reuniendo un brillo verde rápidamente.
—“Tú… Pandora… no me queda mucho tiempo… así que vete.” —dijo Alma Rigel.

Sin más, Pandora fue sellada en ese instante.
[...]

Alma Rigel volvió al plano real.

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El viaje era abrumador; miles de susurros le llenaban la cabeza, nada más para llenarse de calma al instante, tanta calma que sintió una punzada en el pecho. Abrió los ojos.

Estaba en una cama, su ropa era holgada y blanca, en una cama sumamente cómoda.
Abajo de sus mangas se notaban vendas en sus muñecas; sentía que le llegaban hasta el hombro.

Una puerta se abrió, y una persona totalmente impactada dejó caer el libro que traía consigo.

—“E-E-E-E-E-ESTÁS VIVO…!”

Kaede gritó con entusiasmo y esperanza, acercándose como su última esperanza de vida.
Fue directa, sin pena ni vacilación, y saltó a la cama para abrazarlo entre llantos.

—“S-Shiro!!!! ¡Pensé que no despertarías! ¡Tenía miedo y he dormido en esta habitación contigo esperando que despertaras…!”

Sus lágrimas llenaban la camisa de Shiro, quien tenía la mirada fija en la pared.

—“Alma Rigel… ¿qué eres exactamente…?” —dijo en sus pensamientos, sin recibir respuesta.

FIN DEL CAPITULO 5

UNA NUEVE ETAPA COMIENZA CON EL REGRESO A ERITHAN

Chaos
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