Chapter 60:

CAPITULO 6 PARTE 2: “Shiro Mimosa y Alma Rigel”

Cronicas de Rigel


—”Shiro Mimosa... no volveremos a vernos”.

Shiro seguía aparentemente volteado; su alrededor era totalmente oscuro, pero podía observarlo con claridad.

Tratando de entender su entorno, trató de moverse, acción que no pudo cometer.

—”¿Qué tratas de decir con que... no volveremos a vernos...?” —dijo Shiro.

—”Eso mismo, a partir de este momento, dejarás de formar parte principal de tu alma. Podrás usar mi carta libremente, pero será más difícil, como al principio”.

...

Shiro observaba a Alma Rigel frente a él, totalmente quieta, sin mostrar una expresión.

—”¿Por qué tienes que dejarme?”

—”Shiro... yo te obligué a venir a este lugar, te maté una vez para que eso pasara, y después tú moriste otra vez por un futuro que yo misma planeé para que vinieras de manera natural... ¿aún quieres verme?”

Shiro siguió observándole, batallando por mantener la mirada fija.

—”Yo...”

—”Todavía podrás acceder a los recuerdos que transcurrieron después. Por recomendación mía, tal vez podrías ver uno cada noche, ¿tal vez? Dejé preparado un orden en tu mente, así que esta noche podrías ver algo si deseas”.

—”Pero, yo...”

—”No me queda mucho tiempo, una última cosa”.

Shiro se quedó en silencio, esperando.

—”Rescata a Velmira, Shiro”.

—”Eh...? ¿Quién es Velmira?”

—”Lo sabrás. A partir de ahora serás más independiente, así que... solo debes reconocer la palabra Mimic para saber cuándo actuar para mi último pedido”.

—”Mimic... entiendo”.

—”Ahora... esta es la despedida. No lo consideres un hasta nunca; el destino probablemente nos vuelva a cruzar... nos vemos”.

—”E-espera, Alma, yo todavía...”

El cuerpo de Alma Rigel se disolvió totalmente, dejando a Shiro solo en ese lugar. En un parpadeo, volvió a la realidad.

Seguía sentado en el balcón, observando Ritharion.

—”Yo... ¿yo morí dos veces...?” —dijo Shiro con voz quebrada, abrazándose a sí mismo.

—”¿Qué... qué debo hacer ahora?”

—”Mi... mi futuro fue previsto hace tanto tiempo...? ¿Por qué... por qué yo y no alguien más...? De tantas personas en el mundo, ¿por qué yo tuve que caer en esta maldición...?”

Shiro escondió su rostro entre tus rodillas, abrazándose aún más a sí mismo.

—”¿Qué significa... ser un caminante...?”

La entrada del balcón se abrió, alertando instantáneamente a Shiro, quien desvió su mirada tras él.

—”Shiro... venía a darte noticias, pero veo que estás pasando por un mal momento... ¿quieres hablar conmigo?”

“Kaede... la noto triste, ¿qué pasó mientras estuve inconsciente...?”

—”Ah... ¿qué pasa?”

Kaede se sentó al lado de Shiro en el poco espacio de la silla.

—”Yo... mientras estuviste dormido, llegamos a una conclusión”.

Shiro se centró en ver a Kaede.

—”¿Qué... qué tipo de conclusión?”

Kaede observaba pensativa las vistas de Ritharion.

—”Este... los cuatro se unirán al departamento... ¿no es... genial?”

—”Eh? ¿Los cuatro...? ¿A quiénes te refieres?”

—”Ah, a Kaya, Kira, Selina y a... a Calius”.

Shiro se sorprendió ligeramente.

—”¿En serio? ¿No es muy repentino?”

Kaede desvió su mirada hacia Shiro.

—”Pues... lo estaban hablando con el jefe de los Valtherion mientras estabas inconsciente. Dijeron que con tantos desastres últimamente, podrían apoyarnos a nosotros, los cazadores de Erithan del departamento 9”.

[...]

—”Kaede, ¿estás bien? Estás muy seria, o más bien triste... ¿pasó algo?”

Apenas Kaede escuchó que Shiro entendió lo que no quería admitir, se recostó ligeramente contra él. Shiro pudo sentir la tela de sus guantes negros tocando parte de su torso, viajando a su espalda, y empezó a sollozar.

—”Y-yo... descubrí que tengo un hermano, es Calius, pero... no tiene sentido, ni siquiera percibo algún tipo de intuición...”.

Shiro, al escucharlo, recordó automáticamente a Velka Alhena.

—”¿Calius es un Alhena?”

—”S-si...” —dijo Kaede mientras escondía su rostro en el pecho de Shiro.

A pesar de que a Shiro le causaba algo de nervios siempre que Kaede estuviera tan cerca, después de que lo hizo tantas veces se acostumbró, pero no planea apartarla mientras esté así de triste o vulnerable.

—”Pues... pensé que tú también pensarías algo parecido, ambos se parecen... además, aunque descubriste ello, ¿no piensas que no impor-”

—”¡Eso no es lo que quiero escuchar!” —dijo Kaede, apretando la bata de hospitalizado de Shiro.

Shiro se quedó en silencio observando el cabello de Kaede mientras trataba de mejorar sus próximas palabras.

—”Tal vez... ¿hay algo que te moleste de lo que no me doy cuenta...?”

[...]

—”Mizuki me mintió todo este tiempo... me dijo que me encontró en las calles inconsciente y que me ayudaría hasta que fuera independiente... después se hizo la sorprendida pensando que desperté el poder de la carta abismal...”

Dijo Kaede mientras controlaba el hipo creciente por su llanto constante.

—”Y después de todo, s-soy muy tonta para usar la carta por mí misma... s-si tú no hubieras llegado ese día... ¡y-yo seguiría entrenando como una tonta!”

Finalmente, Kaede elevó la voz al hablar, simplemente volviendo a quedarse en silencio y llorando más fuerte.

Tal vez una cosa no tenía que ver con la otra, pero Kaede encuentra un lugar para desahogarse en Shiro, cosa que él hasta cierto punto aprecia.

Recordando las razones por las que él sigue en ese mundo, acarició muy lentamente el pelo de Kaede.

—”Gracias... acaríciame más, por favor...” —dijo relajándose un poco.

—”Kaede... ¿cuándo nos vamos de regreso...?”

—”Mañana”.

—”Eh?”

Kaede elevó la mirada de su pecho hacia él.

—”¿Qué pasa? Lo ves repentino o algo así supongo... no te preocupes, nos vamos rápido principalmente porque la ciudad está hecha un desastre y necesitan reconstruirla en gran parte, tanto lo que vemos aquí...”.

[...]

—”Las casas, las calles... hasta las tontas tiendas a las que nadie va, también mencionaron algo de partes subterráneas... no lo recuerdo bien”.

Shiro simplemente se quedó en silencio, escuchando a Kaede hablar.

[...]

—”Kaede”.

—”¿Qué pasa? Shiro”.

—”¿Qué pasará cuando volvamos...?”

Kaede vio de reojo a Shiro.

—”No lo sé... eso es parte de ser un cazador de Erithan...”.

[...]

—”Por cierto, Shiro” —dijo Kaede volviendo al tono juguetón habitual con el que molestaba a Shiro.

—”S-sí?” —dijo tratando de verla a los ojos.

—”No me olvido de ese beso en la mejilla que me diste... ¿desde cuándo eres tan lanzado? ¿Acaso practicabas con alguien? Me pondré celosa...”.

—”C-cállate...”

Shiro sabía que era para molestarlo, pero era aún más molesto no saber cuándo bromea y cuándo no, pues así habla siempre.

—”Por cierto, Shiro, Selina nos llevará a un buen lugar en Solarin para comprar ropa de invierno en el camino”.

—”Invierno...? ¿Espera, en qué fechas estamos...? Ni siquiera veo nieve”.

—”Ah... es que en Ritharion la nieve llega un poco tarde”.

[...]

—”Si te preguntas qué fecha es, hoy es 7 de noviembre. La nieve llega más temprano a Erithan, ¿qué bueno, no crees?”

Shiro se quedó en silencio, empezó a temblar ligeramente.

—”Espera... ¿hoy es 7 de noviembre...?”

—”Sí... ¿por qué la pregunta?”

—”N-nada, solo no lo recordaba”.

“Esa fecha... si no mal recuerdo, es el mismo día que yo... morí”.

Chaos
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