Chapter 7:
El Enlazador Definitivo
En ese momento, el joven monarca sintió un fuerte dolor en el pecho como si le estuvieran atravesando con algo.
Sabía con certeza que no estaban hablando de eso, sino del hecho de que iban a convertir su misión de paz en una de asesinato, pero lo que más le dolía sin duda era el hecho de que su propia familia se lo hubiera ocultado y peor aún, que su propia hermana le haya mentido a la cara sobre un tema tan serio.
El silencio se hizo durante un largo rato…
-Iselia: Hermano ¿Qué te ocurre? Estás un poco raro desde que saliste de la habitación. Comentó preocupada.
-Yiselao: ¿Yo? Que va… es solo que estoy pensando en cómo voy a hacer para convencer a los de Maes eso es todo… Respondió tratando de disimular su rabia.
-Iselia: No te preocupes por eso, todo se arreglará de un modo u otro. Respondió con amabilidad.
En ese momento, las palabras de su hermana le dolieron aún más que antes, era como si reafirmaran su deseo de estallar allí mismo y mandarlos a todos a paseo.
Después de un rato de camino a pie, en la calle de los artesanos y vendedores, llegaron a una calle en la que se encontraba el halconero, un profesional de la mensajería que entrenaba halcones para ese fin y cobraba un pequeño precio por mandar mensajes de un halconero a otro.
La sociedad de mensajería del halcón era tan extensa que cubría los tres reinos de la isla y prácticamente había un halconero en cada pueblo.
Los halcones volaban tan rápido que en apenas unas horas podían cruzar la isla de lado a lado.
Los hermanos entregaron la carta pidiendo que se la envíen al halconero de Lajous el cual, debería tener una referencia al lado de la carta en la que pusiera que debería preguntar por Belina y entregar la carta en mano después de la llegada del halcón y si no se encontraba allí, el halconero debía reenviar la carta en otro halcón a Pentano en donde se debería entregar en mano la carta nuevamente y repetir el proceso de forma inversa en el caso de que no estuviera allí.
Por dichas complicaciones de envío, el halconero exigió un pago de cuatro labros, una suma importante para un envío, pero que no fue un problema para los jóvenes monarcas.
El halconero también les ofreció por un décimo una hoja del libro “Treguelio actual” un libro en blanco que tenía cada halconero en el que los halconeros escribían las noticias más importantes de la isla que iban escuchando y difundiendo con sus halcones.
Una cosa que sin duda iba a quedar escrita en dichas hojas y difundida a todo el que quisiera comprar la noticia, iba a ser precisamente ese intento de negociación de la paz que estaban tratando de llevar a cabo con el mensaje que iban a mandar, pues los cotillas de los halconeros no dudaban un segundo en preguntar el motivo del envío de cada carta y si no les respondías, se negaban a hacer el envío, era casi una norma para ellos saber los detalles.
Por ese motivo también eran conocidos como los “mensajeros del pueblo” porque eran muy indiscretos, sin embargo, sus halcones eran rápidos y efectivos en su tarea, por lo que se seguía recurriendo principalmente a ellos para casi todo lo que no requiriera un alto secreto.
Pero, en esos momentos, ambos jóvenes no estaban interesados en leer las noticias, solo en enviar el mensaje, por lo que rechazaron dicha oferta…
-Yiselao: Bueno pues… aquí nos separamos, quiero ver a mis amigos haber que tal les va, en especial quiero ver a Aquio, el pobre estaba bastante deprimido por el resultado de su prueba. Comentó con desgana.
-Iselia: Ánimo hermano, seguro que le levantas la moral, diviértete con tus amigos. Comentó con amabilidad y ternura mientras le abrazaba de forma cariñosa.
-Iselia: Yo voy a ver a nuestros primos que hace mucho que no los veo.
-Yiselao: Que la cálida brisa te envuelva hermana. Comentó con cierta amabilidad forzada.
-Iselia: Igualmente hermanito. Respondió con dulzura esbozando una sonrisa tierna mientras movía la mano en gesto de despedida.
La joven princesa se fue corriendo calle a través y el joven heredero se quedó mirando a su hermana con cierto resentimiento y rencor.
-Yiselao: Maldita mentirosa asquerosa… Comentó en voz baja para sí mismo mientras emprendía la marcha en la búsqueda de sus amigos.
Después de unos segundos de carrera…
-Comerciante: ¡Buenos días Iselia! Exclamó alegremente un comerciante local.
-Iselia: Buenos días. Devolvió el saludo con una sonrisa.
-Ciudadano: ¡Hola Iselia! Saludó con simpatía.
-Iselia: ¡Hola! Respondió con alegría.
Después de un rato, la joven monarca se acercó a dos guardias urbanos y por protocolo exigió que la acompañaran, para luego continuar su camino corriendo por las calles de forma animada y alegre esperando encontrarse con sus primos mientras era escoltada por los guardias y saludada de vez en cuando por más gente que la conocían y simpatizaban con ella.
Nada más llegar a la costa del lago, consiguió ver a lo lejos a sus primos…
-Iselia: ¡Holaa! Yarom, Idamena.
-Yarom: ¡Hola Elia! Respondió alegremente un chico de diecinueve años, de 1,74 m de complexión atlética, algo moreno, de ojos verdes, de pelo rubio con mechas castañas, algo largo ondulado peinado hacia atrás con algunas rastas a los lados.
Su mirada era una mirada salvaje y a la vez seductora casi hipnótica, llevaba una ligera barba bien perfilada y con perilla.
Iba vestido con un collar de oro de estilo egipcio y brazales de oro cerca de los hombros, un chaleco blanco que le dejaba su musculoso pecho al descubierto y unos pantalones blancos de estilo árabe, un cinturón de tela rojo y unas sandalias.
Llevaba también unas agujas de hierro incrustadas en el dorso de la mano derecha que en esos momentos no brillaban.
-Idamena: ¡Hola! Exclamó sosteniendo la pelota con la que estaban jugando una chica de quince años, de 1,51 m de altura, algo morena, de ojos verdes y mirada dulce, de pelo rubio con mechas castañas peinado con un flequillo liso con dos trenzas a los lados y el resto peinado hacia atrás.
Idamena iba vestida en ese momento con una tela negra que le cubría de los hombros hasta un poco antes de los muslos, tapada por encima con un top blanco que le cubría los pechos y una falda del mismo color que le llegaba hasta las rodillas, esta última de estilo egipcio, llevaba también un collar de estilo egipcio dorado y gris y dos aros dorados en los brazos sujetando las mangas negras sueltas que llevaba, las cuales, le llegaban hasta las muñecas también sujetas a estas por otros dos aros dorados además de una diadema dorada sobre la cabeza y unas sandalias egipcias sencillas.
También iba maquillada con una sombra dorada por la parte de arriba de los ojos.
Finalmente, justo sobre la garganta, tenía un broche incrustado en la garganta con forma de clave de sol de color azul celeste, el cual, estaba sin brillar en este momento y no se le veía porque estaba tapado por el collar.
-Iselia: ¿Qué hacéis? Preguntó motivada.
-Idamena: Estamos jugando a eliminar al equipo contrario con la pelota.
-Yarom: Sí, mi equipo ha ganado las tres últimas partidas porque me tienen a mí ¡Está claro que soy el mejor! Jejejejeje.
-Idamena: Elia ¿Te unes? Preguntó amablemente.
Iselia asintió con la cabeza, se sacó los zapatos de tacón para moverse mejor sobre la arena de la playa y se puso de inmediato del lado de su prima…
En el lado de Yarom estaban él, una chica y un chico de la ciudad mientras que del lado de Idamena ahora estaban dos chicos de la ciudad, ella y su prima.
-Chico de la ciudad 1: ¡Bien! Nos ha tocado ir con Iselia. Comentó con alegría.
-Chico de la ciudad 2: ¡Genial! Tú siempre te esfuerzas al máximo. Comentó dirigiéndose a la joven monarca.
-Iselia: ¡Claro que sí! Les vamos a dar una paliza. Comentó con energía.
-Yarom: ¡Eh! Eso no se vale, ahora sois uno más. Comentó con una sonrisa pícara.
-Idamena: ¿No dijiste hace un momento que tu equipo tenía demasiada ventaja porque tú eras muy bueno? Replicó sonriente.
Mientras tanto, los guardias que acompañaban a Iselia se acercaron a un tipo de aspecto juvenil, de 1,76 m de altura, de piel algo morena con un turbante con una tela que le cubría hasta los hombros, pantalones de cuero y chaqueta de cuero todo de color blanco y unas botas y coraza blindada de acero bañadas en oro, dicho hombre llevaba una cimitarra en la vaina de su cinturón.
-Guardia de la ciudad 1: Hola, ¿Eres el guardaespaldas de los primos de Iselia? Preguntó con cierta seriedad.
-Guardaespaldas: Sí, lo soy.
El guardia asintió con la cabeza…
-Guardia de la ciudad 1: Es un placer trabajar a su lado.
El guardaespaldas hizo un gesto de falta de interés con algo de desprecio por lo comentado por el guardia de la ciudad que hacía de escolta.
En ese momento, ambos grupos pasaron un buen rato jugando al balón prisionero (brilé) hasta que los adolescentes de la ciudad se cansaron…
-Chica de la ciudad: Uff… ha sido difícil…
-Iselia: Sí, habéis estado muy bien pero de todos modos hemos ganado seis a cinco.
-Chico de la ciudad 3: Sin duda has marcado la diferencia, antes nos estaba siendo fácil ganar.
-Iselia: Jejejeje… pues yo creo que estáis exagerando, me ha costado esquivar la pelota en muchas ocasiones.
-Chica de la ciudad: Claro, de eso se trataba jejeje… en fin… pues… yo, me tengo que ir ya ¡Gracias por invitarme! Gritó antes de empezar a correr hacia su casa con prisa.
-Chico de la ciudad 1,2, 3 e Iselia: ¡Que la cálida brisa te envuelva!
-Chica de la ciudad: Igualmente a todos.
Después de unos segundos…
-Iselia: ¡Por todas las brasas! ¡Se me había olvidado! ¡Oye Espera! Gritó preocupada.
Pero la chica ya estaba muy lejos para escuchar los gritos de Iselia…
-Iselia: Valla por Lesio… esa chica vive en Rulna, lo sé porque ya la he visto varias veces por allí…
-Chico de la ciudad 2: ¿Y qué le querías decir?
-Iselia: Ah… pues… sé que Rulna… hace poco ha recibido un ataque y… me hubiera gustado preguntarle a ella por cómo están las cosas por allí… Comentó con tristeza y resentimiento de no haber podido hablar con ella.
-Iselia: De momento no he tenido tiempo de ir por culpa del examen de arqueros y… ahora… quizá debí haber ido en vez de haber venido aquí a jugar con mis primos y con vosotros. Comentó algo dolída pensando que era una incompetente.
-Chico de la ciudad 1: Yo también me voy que se me hace tarde. Comentó mostrando un gran desinterés por la conversación.
-Iselia: Que la cálida brisa te envuelva… Se despidió del chico aún con el dolor y la preocupación en su corazón.
-Chico de la ciudad 1: Igualmente a todos. Respondió mientras se marchaba.
Mientras tanto…
-Chico de la ciudad 2: Bueno, no os debéis preocupar por esos asuntos, es cosa de los reyes resolver esos problemas, por muy hija de ellos que seas… no tenéis ni el poder ni los motivos para preocuparos.
-Iselia: Eso no es deltodo cierto, es verdad que no tengo el poder de verdad en mis manos y que la última palabra la tienen mis padres pero yo aún puedo convencerles de cosas. Replicó con algo de molestia.
-Iselia: Y tengo todos los motivos para preocuparme porque durante todo el día yo soy una de las herederas de una buena parte de estas tierras.
-Iselia: Por tanto, me debo a mi tierra y a mi gente como se deben también mis padres. Comentó seriamente.
Todos se quedaron perplejos ante la convicción de las palabras de la joven heredera, incluídos sus primos…
-Yarom: Guau… como te pones…
-Iselia: Y no es para menos Yaro, me gustaría saber cómo están las cosas por allí pero…
La joven heredera suspiró profundamente tratando de calmarse mientras se limpiaba una lágrima que quería empezar a salir de su ojo derecho…
-Iselia: Sin duda, ahora me doy cuenta de que he obrado mal al regalarme a mí misma una tarde de diversión con mis primos mientras esa gente posiblemente esté sufriendo. Respondió a su primo resentida consigo misma.
-Chico de la ciudad 3: Podéis estar tranquila mi señora, la puerta de Rulna ha soportado el ataque, lo sé porque pasé por allí hace dos días, un día después de que atacaran la puerta y por lo que cuentan, el ataque fue muy débil, apenas llevaron un regimiento de mosqueteros y cañoneros los de la fortaleza.
Iselia mostró una sonrisa y…
-Iselia: Gracias por tratar de animarme pero… no he hecho más que poner la excusa de que no tenía tiempo hace un momento… tsk… que falta de respeto más grande por mi parte acabo de hacerle a esa buena gente. Comentó mientras trataba de tragarse el resentimiento.
-Chico de la ciudad 2: Señorita… relájese jajajaja todo el que la conozca conoce de sobra su aprecio por esta tierra y por todo lo que habita en ella.
-Iselia: Oye… dejar ya de hablarme así… es como si estuviérais haciendo teatro ¡Queda fatal! Jajajaja. Respondió tratando de empujar sus malas emociones con una chispa de alegría artificial.
-Iselia: Bien, está decidido, mañana nada más salir con mi hermano, pasaremos por Rulna y le enviaré un halcón a mis padres pidiendo ayuda para Rulna en función de lo que la gente de allí necesite. Comentó con ánimo y energía.
-Chico de la ciudad 3: Eso es, esa es la Iselia animada que nos gusta a todos.
-Iselia: Jejejejeje gracias.
-Chico de la ciudad 2: De todos modos, estate tranquila, que por un día más no se va a morir nadie jajajajaja.
-Iselia: Ya pero… lo primero son las obligaciones, al venir aquí a divertirme me he olvidado de ese deber importante que era ir a Rulna a ver cómo está todo aquello.
-Yarom: ¿Tu padre te había pedido que fueras? Preguntó con expectación.
-Iselia: ¿Eh? No, sólo… sólo quería ir yo por mi cuenta para ver cómo había quedado todo por allí y de paso escuchar la voz de la gente.
-Iselia: A veces es bueno escuchar sugerencias de los demás para luego saber qué decisión es más acertada para esa situación. Comentó usando la lógica.
-Idamena: ¡Ala! ¡Qué responsable! Exclamó.
-Iselia: Si estoy aquí, es porque no lo soy tanto… pero gracias. Respondió con amabilidad a su prima.
-Yarom: Espera… ¿No es una dictadura lo que gobierna a este país? Preguntó.
-Iselia: Sí, claro que lo es ¿Por qué lo preguntas?
-Yarom: Nada… lo preguntaba porque hace un momento dijiste que… era importante escuchar las sugerencias de la gente, eso va un poco en contra del discurso de tus padres jejejeje…
-Iselia: En realidad, va totalmente en contra de su pensamiento, pero aún así, es mi decisión final lo que cuenta, igual que en el caso de mis padres.
-Iselia: Entonces, si la gente me dice una cosa, yo como dictadora, tengo la libertad de tomar la decisión que considere más conveniente aunque vaya en contra de la decisión popular.
-Iselia: Es verdad que luego, si me preguntan, tengo que explicar un poco los motivos que me llevaron a tomar esa decisión para que la gente vea que no salió de la nada pero…
-Iselia: En pocas palabras y volviendo al tema, considero que, al contrario del pensamiento de mis padres, debo escuchar un poco a la gente porque quizá alguno tenga una buena idea que no se me ha ocurrido a mí, ya sabéis, varias cabezas piensan mejor que una.
-Iselia: Pero si considero que mis ideas son mejores, yo puedo tomar todas las decisiones unilaterales que quiera aunque ello conlleve ignorar la voz de todos los que me rodeen porque la responsabilidad, tanto de una forma como de otra, caerá siempre sobre mí cuando gobierne un pedazo de la tierra de este reino.
-Iselia: Por eso cuando herede mi parte, puedo coger ideas de los demás pero eso no significa que vaya a hacer siempre lo que la gente quiera. Comentó con seriedad.
-Iselia: A veces tendré que tomar decisiones difíciles y yo debo estar dispuesta a poner mi cuello en juego como dice la ley y si por algún motivo, como gobernante, tomo una mala decisión, soy consciente de cuál será mi destino y lo asumiré con responsabilidad.
-Iselia: Al fin y al cabo, son las leyes que escribieron mis antepasados, no puedo saltármelas por las buenas. Respondió con firmeza y seriedad.
-Iselia: Sería una falta de respeto a todos ellos si no lo hiciera así, por eso cada día intento estar más preparada para ese momento por si acaso ocurriera.
Todos se quedaron helados ante la frialdad con la que hablaba de su posible ejecución pública si le salía mal una decisión importante…
-Iselia: Que… haber… yo espero que no ocurra… dicho sea de paso… jejejeje… Comentó nerviosa.
-Chico de la ciudad 3: Sí pero… ese es un concepto que nunca he entendido ¿Cómo se supone que sería la ejecución de un miembro de la casa real? Si nunca ha pasado tal cosa.
Iselia hizo un gesto de negación con el dedo hacia el chico…
-Iselia: Sí que ha pasado, mi tatarabuelo formó este reino y con él, todas su leyes incluyendo esta misma ley de ejecución para dictadores incompetentes.
-Iselia: Mi tatarabuelo era un firme defensor de que una dictadura bien llevada era lo mejor para gobernar un país, pero para ello, era consciente de que era necesaria la existencia de una ley que eliminara a los dictadores incompetentes y estúpidos.
-Iselia: Porque al tener una ley que hiciera legal su ejecución por el cumplimiento de unas condiciones, el país se ahorraría revoluciones y guerras internas para derrocar al dictador incompetente de turno.
-Iselia: Así, si la gente estaba lo suficientemente de acuerdo, podían eliminar a ese líder incompetente y hacer que el siguiente en la línea sucesoria ocupara su puesto y además, al ver la seriedad de lo que supone estar en el cargo.
-Iselia: También se aseguraba esa ley, de que el próximo que entrara, lo hiciera consciente de que tenía que hacer bien su trabajo sino quería acabar igual que su predecesor.
-Iselia: Y entonces, después de conquistar todos los territorios de los alrededores y ofrecer puestos de terrateniente a las familias nobles que se rindieron, como los Yomai por ejemplo, la familia de mi madre.
-Iselia: Empezó a gobernar con el concepto de poner sobre sus hombros el peso de todo el país, escuchando a la gente pero tomando sus propias decisiones y teniendo siempre en mente la posibilidad de que si fracasaba, acabaría ejecutado de forma legal por la ley que había diseñado para ello.
-Iselia: Según su libro de memorias, el hecho de sentir que no podía fracasar en su empeño, hizo de él un mejor líder, puesto que trataba de dar lo mejor de sí mismo en cada momento por la cuenta que le traía y eso llevó al reino a una época de esplendor, la primera que tuvo este reino.
-Iselia: Luego tuvo su primer hijo, el que sería mi bisabuelo, este tipo era un viva la vida desde pequeño, no escuchaba a nadie y se dedicaba a vivir la vida entre borracheras, apuestas y diferentes vicios.
-Iselia: Cuando mi tatarabuelo murió, dejó a mi bisabuelo el vicioso al mando, porque era el único hijo que había sobrevivido a una peste que hubo en aquella época.
-Iselia: Para entonces, mi tatarabuelo ya había creado el templo alquímico, pero aún estaban empezando a aprender a tratar enfermedades serias como quién dice.
-Iselia: En aquél entonces, mi bisabuelo ya tenía más de sesenta años debido a que mi tatarabuelo había tenido una vida muy larga.
-Iselia: Y en las memorias que escribieron por él, se cuenta que mi bisabuelo tenía varios hijos no reconocidos, que se emborrachaba y se drogaba todos los días… y bueno… que hacía de todo…
-Iselia: Como era de esperar, los demás reinos no se tomaban en serio el gobierno de Sodran en aquella época, lo que llevó al reino entero a sufrir un declive económico enorme.
-Iselia: En ese momento, se consiguió probar que uno de los hijos que tuvo con una sirvienta era, efectivamente, hijo suyo, puesto que hubo testigos que los vieron juntos esa noche de hace diez años, además de que el chico se parecía un montón a mi bisabuelo según cuenta la historia.
-Iselia: La verdad… es que la actitud de mi bisabuelo fue lamentable por el hecho de haber abandonado a todos sus hijos ya sin contar todo lo demás… pero por otro lado, si lo miramos por el lado bueno…
-Iselia: Se dice que todos ellos se quedaron en el país, lo que significa que todos ellos tuvieron descendencia y que aunque lleven diferentes apellidos, en realidad todos son parientes lejanos de mi familia. Comentó con una sonrisa cómplice mirando a los chicos de la ciudad.
-Iselia: Ese es uno de los motivos por los que yo guardo especial aprecio a mi gente, porque para mí, todos sois primos lejanos míos. Comentó con amabilidad.
-Chico de la ciudad 3: Oh… gracias supongo… ehm… ¿Podrías darme un título nobiliario y una paga vitalicia por ser tu “primo lejano”? Comentó con picardía.
-Iselia: No te pases… Respondió con mala cara.
Entonces, la joven heredera recuperó la compostura y…
-Iselia: Lo siento pero… aunque te quiero mucho, mucho, muchito como pariente lejano… Expresó con exagerada amabilidad entrelazando sus manos con la del ciudadano de forma tierna.
-Iselia: Me temo que no perteneces a la línea principal de la familia, por lo que no puedo concederte ningún título… lo siento... Comentó fingiendo estar apenada por ese motivo de forma claramente sarcástica.
-Chico de la ciudad 3: Issh… que lástima… Respondió con una sonrisa pícara.
La joven heredera le soltó las manos y agitó la cabeza de lado a lado con una sonrisa maliciosa y continuó hablando…
-Iselia: Como comentaba, además de todo eso, a mi bisabuelo le gustaba mucho el juego y… resumiendo, decidió jugarse la mitad del oro de nuestro reino en una apuesta con el emperador de Endigoumo.
-Iselia: Y como el emperador no era estúpido, al contrario que mi bisabuelo, amañó el juego, haciendo que mi bisabuelo perdiera y así fue como los ciudadanos al enterarse de éste desfalco sin precedentes, decidieron su ejecución.
-Iselia: La ley dice, que la ejecución se puede llevar a cabo si se cumplen dos condiciones.
-Iselia: Si lo pide más del 65% de la población, para ello, la gente puede usar a los halconeros para enviar las papeletas a todos con un “sí y un no” y el recuadro para escribir el motivo por el que consideren necesaria su ejecución o pedirle a alguien que lo escriba por ellos si no saben escribir.
-Iselia: Y por último, la segunda condición es estar de acuerdo en el mismo motivo de la ejecución y que ese 65% o más, hayan escrito todos el mismo motivo y en este caso, se dieron ambas condiciones, por lo que el ejército llevó a mi bisabuelo a la guillotina.
-Iselia: Mi bisabuelo al ser un viva la vida, lo tuvieron que llevar a rastras provocando una escena aún más lamentable dejando el orgullo de la familia Alumar por los suelos.
-Iselia: Sin embargo, sólo un Alumar podía entrar a gobernar puesto que era lo que ponía en las leyes de la dictadura, por lo que, aunque la gente estaba harta de nuestra familia, tuvieron que aceptar que mi abuelo entrara en el trono con tan solo doce años.
-Iselia: Finalmente, mi abuelo, aconsejado por sus consejeros en las diferentes ramas de la ciencia y las matemáticas, consiguió reflotar la economía del reino con mejoras en exportaciones, extracción de recursos de debajo de la tierra, cosa que antes era impensable, entre otros beneficios.
-Iselia: Para todos esos avances, hizo falta un esfuerzo enorme también por parte de la ciudadanía, sobretodo en el de obtener recursos de debajo de la tierra, debido a que fue necesario que mucha gente cavara en el Ordado.
-Iselia: Sin embargo, eso mismo fue lo que le hizo ver a mi abuelo, que tenía que escuchar a la gente para ser un buen dictador aunque luego tomara sus decisiones aparte, lo que hizo que volviera ese concepto con él, puesto que este, se había perdido con mi bisabuelo.
-Iselia: Pasaron los años y finalmente mi abuelo tuvo sólo un hijo, mi padre, debido a que mi abuela murió dando a luz y mi abuelo no quiso salir con otra mujer porque le recordaba a lo que hacía mi bisabuelo.
-Iselia: Mi padre aprendió de mi abuelo todo lo que sabe pero… mi padre pensaba y sigue pensando, que mi abuelo era un “blandengue” por culpa también de que era un bastardo.
-Iselia: Entonces, el día que mi abuelo murió de repente, un día que le encontraron en la cama y sin vida, mi padre ascendió al trono, lo que significó otra época, que es la actual en la que nos encontramos, una época en la que de nuevo, no se escucha a la gente.
-Iselia: Por suerte, mi padre no es estúpido y al menos no ha provocado la destrucción del país, pero una cosa sí tengo clara y es que yo imitaré a mi tatarabuelo y a mi abuelo y sí escucharé a la gente antes de tomar una decisión.
-Iselia: Y bueno, ahí tienes un precedente, mi bisabuelo fue ejecutado por esa ley. Comentó de forma explicativa.
Después de escuchar la historia de Iselia sentados en la arena, nada más terminar, uno de los chicos de la ciudad se levantó y…
-Chico de la ciudad 2: ¡Pues a mí me has convencido! Yo espero también que nos vaya bien contigo. Comentó con ánimo.
-Iselia: Pues esperas mal, porque yo no voy a gobernar en la capital jejeje de eso se encargará mi hermano. Comentó levantándose.
Los demás también se pusieron en pie…
-Chico de la ciudad 2: ¡Pues entonces me iré a vivir a dónde vallas a gobernar tú! ¡Larga vida a Iselia! Gritó con entusiasmo levantando el puño en alto.
Todos se quedaron mirando al chico con cara de circunstancia…
-Yarom: Jejejeje mira, te ha salido un fan. Comentó de forma chistosa.
Todos en el grupo se partieron de risa ante el comentario y la reacción tímida del chico al ver que nadie le siguió el rollo para luego empezar a reírse el también acompañando la broma…
-Chico de la ciudad 3: Bueno ahora sí, es hora de irse.
-Chico de la ciudad 2: Opino lo mismo, gracias por invitarnos a jugar.
Entonces Iselia abrazó a ambos chicos de la ciudad y después del abrazo…
-Iselia: Cuidaros mucho chicos, este país necesita buena gente como vosotros. Comentó con dulzura.
-Chico de la ciudad 3: Lo mismo digo.
-Chico de la ciudad 2: ¡Es injusto! ¡Yo quiero que seas tú la reina y no tu hermano!
-Iselia: No es injusto, el que nace primero es el que gobierna el país entero, sea chico o chica, se dice que mi bisabuelo tuvo una hija como primogénito pero por desgracia… nunca lo sabremos porque sólo se logró demostrar que mi abuelo era su hijo.
-Iselia: En este caso, por el motivo que sea, mi hermano nació antes que yo ¿Qué quieres que le haga? Las leyes de esta dictadura son así… yo no hago las normas.
-Chico de la ciudad 2: Pues entonces deja que te invite a comer a mi casa. Comentó serio.
-Iselia: JAJAJAJAJA No es necesario, os invitaré yo a todos cuando vuelva de la misión a la que tengo que ir con mi hermano. Comentó guiñándole el ojo.
-Chico de la ciudad 3: ¡¿En serio?! Preguntó entusiasmado.
-Iselia: ¡Claro! Me gusta mantener el contacto con todos ustedes, es la mejor manera de saber un poco lo que pasa en el país y todo lo que le preocupa de verdad a mi gente y…
-Iselia: ¿Qué mejor forma para enterarme de todo que invitaros a todos a una comida en medio de la plaza? Preguntó de forma retórica.
Ambos ciudadanos saltaron de emoción y alegría…
-Chico de la ciudad 2: ¡Guau! ¡Una fiesta celebrada por la hija del rey!
-Chico de la ciudad 3: ¡Tenemos que ir a contárselo a los demás!
Entonces salieron corriendo ofreciendo un ligero saludo con la mano a modo de despedida…
-Iselia: ¡Nos vemos! ¡Que la cálida brisa os envuelva! Gritó con ánimo mientras agitaba la mano despidiéndose de forma muy alegre de sus ciudadanos.
En ese momento, un aplauso se escuchó por detrás de Iselia…
-Yarom: ¡Bravo! Se nota que eres toda una líder política, nos has dejado a todos sin palabras. Comentó de forma alegre algo impresionado.
-Idamena: ¡Es alucinante prima! Sabía que tenías carisma pero… esto ha sido increíble.
-Iselia: Dejad de exagerar anda… no ha sido para tanto… además, sólo me he limitado a hablar con el corazón, dije lo que realmente siento, nada más. Comentó con humildad.
Su primo se quedó algo paralizado por ese comentario mientras que su prima se bebía sus palabras…
-Idamena: ¡Eres impresionante! Tengo mucho que aprender de ti. Comentó dándole un abrazo a su prima.
Después de unos segundos de abrazo…
-Idamena: Hoy hace un día espléndido, fue una muy buena idea venir. Comentó con ánimo dirigiéndose a su hermano.
-Yarom: Y que lo digas. Respondió con alegría.
Entonces, después de unos segundos de silencio disfrutando del sol y del viento…
-Iselia: ¡Mena! Te hecho una carrera a nado, tengo ganas de ver si mejoraste o si sigo siendo la mejor. Propuso con alegría.
-Idamena: ¡Claro que he mejorado! Esta vez, no vas a ser capaz de seguirme el ritmo. Comentó con un tono muy animado mientras se quitaba las piezas de su traje y sus adornos, quedándose solo con la prenda de tela negra que le cubría desde los hombros hasta un poco antes de los muslos, la cual, hacía perfectamente la labor de un bañador de cuerpo completo, también quedó al descubierto el objeto extraño con forma de clave de sol que tenía incrustado en el cuello.
-Iselia: ¿Si? Ya lo veremos. Respondió guiñándole un ojo mientras se quitaba las partes de su vestido y sus adornos quedándose en sujetador y bragas de color negro.
En ese momento, Iselia lanzó la pelota lo más lejos que pudo…
-Iselia: ¡Vamos! La primera en cogerla gana. Comentó con alegría y competitividad.
Su prima asintió con la cabeza y ambas salieron corriendo en dirección a la pelota.
-Yarom: Ayy… siempre me toca a mí recoger las cosas… Comentó reuniendo la ropa y complementos de ambas con algo de resignación pero con alegría de ver a su hermana contenta.
Después de un buen rato jugando en el lago, empezó a atardecer y ambas salieron del lago, se secaron como buenamente pudieron y se vistieron.
-Iselia: Oye pues has estado muy bien, de esta vez casi me ganas jajajaja.
-Idamena: Jajajaja, eso es porque he estado practicando. Comentó con confianza en sí misma.
-Yarom: Chicas, se está haciendo un poco tarde ¿Qué tal si vamos regresando al castillo?
Ambas asintieron con la cabeza y en ese momento, se pusieron en marcha de vuelta al castillo…
-Iselia: Si, pero aún así, te has quedado en el casi.
-Idamena: Bueno, quizá la próxima la gane yo. Comentó con timidez y humildad.
Después de un corto silencio…
-Iselia: Para ser sincera… da igual realmente, lo importante es que hacía tiempo que quería pasarlo bien de nuevo contigo y ya hacía bastante que no nos veíamos.
-Idamena: Es verdad, yo también tenía ganas de jugar de nuevo contigo, llevábamos ya más de un mes sin vernos y te echaba de menos… Comentó con dulzura.
-Iselia: “Risilla” Exclamó un sonido dulce mientras sonreía y abrazaba con fuerza y cariño a su prima.
-Iselia: Mena, ¿Has probado alguna vez a llevar sandalias de tacón? Realzaría aún más lo bien que te queda el vestido que llevas. Comentó animada.
-Idamena: ¡¿Eh?! Exclamó sonrojada y tímidamente ante el comentario de su prima.
-Iselia: ¿Cómo que eh? ¡Eres mi prima! Tienes la belleza de la familia real corriendo por tus venas. Comentó con ánimo y de una forma un tanto imponente.
-Idamena: Si pero... Dijo totalmente cortada por el comentario.
-Iselia: Además, los vestidos de la realeza hay que saberlos llevar, mis sandalias tienen un tacón de tres centímetros, una altura que no es demasiado exagerada. Opinó.
-Idamena: Si… pero… es que yo… me siento rara andando con tacones… Respondió con cierto reparo mientras miraba tímidamente a otro lado.
-Iselia: Venga… ¿Qué dices? Si es muy sencillo… si se te hace complicado puedes ponerte un tacón de dos centímetros.
-Idamena: No, no es eso… es que… no me gusta llamar la atención… Comentó aún más tímidamente.
-Iselia: Ahh... bueno, si es por eso entonces no digo nada… a las chispas hay que darles tiempo para que se conviertan en llamas… Comentó con picardía.
-Idamena: ¡Oye! Respondió un poco molesta pero sin darle mucha importancia.
-Iselia: JAJAJAJA ¡Era broma! Era broma jejejejeje.
Entonces la joven monarca recordó haberse fijado en el objeto extraño que su prima tenía incrustado en el cuello cuando se quitaron los adornos…
-Iselia: Oye… eso que tienes en el cuello…
-Idamena: ¿Si? Es mi collar.
-Iselia: No, lo que tienes incrustado en el cuello... ¿Qué es?
-Idamena: Ah, Es un enlazador, nos lo vendió una chica rara de ojos negros hace tiempo.
-Iselia: Ah, espera, ¿Es otra de esas armas llamadas enlazadores?
-Idamena: ¿Arma? No, jejeje, no, no es un arma, es una herramienta.
-Iselia: Pues… mi padre compró a una chica que encaja con esa descripción un arma con el mismo nombre y se la dio a uno de nuestros guerreros para ir a por uno de los territorios de Maes.
-Idamena: ¡¿En serio?! Respondió sorprendida.
-Idamena: Yo pensaba que solo eran herramientas… bueno creo que es prácticamente lo mismo, un arma es una herramienta para la guerra al fin y al cabo… Comentó tímidamente.
-Yarom: De todos modos hemos comprado más de uno el día que vino, por lo que nos sobra este. Comentó mostrando un pequeño reloj de sol con el pico saliente muy pequeño.
-Iselia: No parece gran cosa…
-Yarom: Pues de los tres, fue el más caro… algo tiene que tener para que valga dos mil delabros.
-Iselia: ¡¿DOS MIL DELABROS?! ¡¡Con eso podríamos haber rearmado a todo el reino!! Gritó sorprendida y algo furiosa.
-Yarom: Relájate prima, ese dinero sale directamente del bolsillo de mi familia no de las tierras del reino.
-Iselia: ¡Aún así! Tenemos una guerra que ganar y según mi padre, hemos pedido un préstamo a la Comisión de comercio, con esos dos mil delabros podríamos haber cubierto la deuda al menos.
-Iselia: El que compramos nosotros costó tres cientos delabros… ¿De dónde ha sacado vuestra familia tanto dinero?
-Yarom: No lo sé, nuestro padre no nos ha dicho nada, solo sabemos que lo tenía y lo gastó en los tres enlazadores que tenemos.
-Iselia: ¿Cuánto han costado los vuestros? Preguntó aún algo molesta.
-Idamena: El mío quinientos delabros…
-Yarom: El mío cuatrocientos delabros. Comentó mostrando las chapas metálicas del dorso de su mano derecha.
-Iselia: Bueno esos son precios más razonables pero… entre todo suman dos mil novecientos delabros… es muchísimo dinero…
-Iselia: Sobre todo teniendo en cuenta que mi tío no es el rey… Comentó algo pensativa.
Ambos primos se quedaron sorprendidos y algo extrañados con la reacción de Iselia…
-Iselia: Decíais que os sobraba ese enlazador…
-Idamena: Si, así es, lo hemos traído para regalártelo, como agradecimiento de que me regalaras el título de duquesa sobre una cuarta parte del Ordado.
-Idamena: Te agradará saber también que ya he empezado a explotar la mina de oro cerca de las montañas del oeste y que las minas de metal y piedras están dando buenos materiales.
-Iselia: Si, he escuchado que tu asentamiento es un éxito y que la gente tiene unas ganas ardientes de ir a vivir a tus tierras, algo raro si miramos las duras condiciones de trabajo.
-Idamena: Bueno, digamos que he conseguido convencer a la gente de que el trabajo duro es necesario por el bien de todos y mi hermano me ha ayudado un poco.
-Yarom: Jejejeje bueno tampoco es para tanto…
-Iselia: ¿Has logrado convencer a la gente del Ordado? Un día tengo que pasarme por allí para verlo jajajajaja.
-Iselia: Y luego decís que soy increíble en política ¡Ja! Sí habéis conseguido convencer a la gente de ir a vivir al Ordado ¡Vosotros sois los génios políticos!
-Iselia: La que tendrá que aprender de vosotros soy yo jajajajaja.
-Idamena: Ven cuando quieras, te estaré esperando con impaciencia. Comentó con alegría.
-Yarom: Acepta nuestro regalo de una vez anda, que te lo tienes merecido. Comentó también con alegría.
-Iselia: ¡¿Pero qué dices?! Exclamó apartándole la mano.
-Iselia: Sólo he convencido a mi padre de que convenciera a tu padre para que le entregara a tu hermana una tierra que estaba casi abandonada, nada más. Dijo con humildad.
-Iselia: De hecho, fueron nuestros padres los que hicieron el traspaso de poderes.
-Iselia: Y así de paso conseguía que tu hermana dejara de preocuparse por su futuro… estaba un poco harta de escucharla una y otra vez decir que el territorio de mi tío iba a ser heredado solo por ti, Yarom.
-Yarom: Ya, ya lo sé, estoy enterado de la conversación que tuvisteis, de hecho me ayudasteis bastante porque yo también estaba presionando a mi padre para que le dejara algo a mi hermana.
-Yarom: El problema es que él decía que era mejor dejarlo todo en manos de uno de los dos porque la división acabaría generando conflictos y pérdida de control sobre el territorio.
-Yarom: Pero mi hermana y yo nos llevamos bien y además jamás emprendería una guerra contra ella ni nada por el estilo, de hecho, ya le dije varias veces que si no lo repartía él, lo compartiría yo con ella tras su muerte. Comentó con rotundidad.
-Yarom: Me alegra que al final todo se resolviera, pero me temo que si no llega a ser por la presión que le metió tu padre… aún estaríamos en las mismas.
-Idamena: Fue un acierto que convencieras a tu padre y por eso mismo, tú fuiste la que, en esencia, consiguió darme el título nobiliario que poseo ahora.
-Idamena: Por eso queríamos agradecértelo los dos regalándote el más caro de los enlazadores que compramos. Comentó con entusiasmo.
-Yarom: Venga, cógelo de una vez, que tengo ganas de saber lo que hace.
-Idamena: Ten cuidado en donde lo colocas porque según la que nos lo vendió, allí donde lo coloques, se te va a incrustar en el cuerpo y ya no podrás sacártelo porque se te une a… a algo… no se qué nos dijo.
-Yarom: Dijo algo como… “sistema nervioso” no sé algo raro que no entiendo… bueno que se te une al cuerpo y te tendrías que cortar un trozo de ti misma para sacarlo jejejeje.
En ese momento, la joven después de escuchar la advertencia, decidió colocar el reloj de sol en el dorso de su mano derecha.
El reloj se le incrustó y se iluminaron los números que tenía inscritos de uno a tres, el pico que sobresalía se dirigió de inmediato a señalar al número uno el cual estaba en dirección a los dedos y entonces todo el enlazador empezó a brillar con la misma luz azul celeste con la que se iluminaron los números.
En ese momento, los ojos de Iselia brillaron levemente y una voz empezó a sonar en su cabeza…
-Enlazador: Bienvenida Iselia al tutorial de uso de tu enlazador de nombre “crono-transportador lineal” los principios básicos de uso de todos los enlazadores son… Comentaba una voz neutra de loquendo en su cabeza.
Mientras tanto, su cuerpo físico se había quedado inmóvil por momentos…
-Guardia de la ciudad 2: ¡Oye! ¿Qué le está pasando? ¿Por qué se ha quedado paralizada? Preguntó enfadado.
-Yarom: Tranquilízate, a nosotros nos pasó lo mismo, el enlazador le está dando una explicación de cómo debe usarlo.
El guardia extrañado se quedó expectante aún con el ceño fruncido.
Después de cinco minutos…
-Iselia: Uaghh… que tostón… cuanta palabrería en tan poco tiempo… Comentó llevándose las manos a la cabeza por el dolor que le había surgido en ese momento.
-Idamena: Son muchas cosas a acordarse… jejejeje pero puedes preguntarle cuando quieras, es casi como tener un sirviente más jejejeje un sirviente con una voz muy rara.
-Yarom: ¿Qué te dijo que hacía? Preguntó expectante.
-Iselia: Me dijo que en el estado actual, puedo parar el tiempo durante un corto periodo sólo cuando pasan dos cosas concretas y también puedo volver atrás en el tiempo y… algo raro sobre guardar cosas en un bucle temporal… y… en el siguiente estado que nombra como “nivel dos” dice que podría ver el futuro inmediato y hacer “imágenes temporales” o algo así...
Todos se quedaron de piedra con lo que la joven dijo…
-Yarom: Increíble… es… realmente poderoso si puede hacer eso… Comentó perplejo.
En ese momento, retomaron el camino al castillo, para entonces, ya estaba anocheciendo…
-Iselia: Y ¿Los vuestros que hacen? Preguntó pícaramente pero con mucha curiosidad.
-Yarom: El mío es el enlazador que se hace llamar “milagro evolutivo” y en el llamado “nivel uno” convierte mi propia sangre en un bálsamo milagroso capaz de sanar al instante heridas graves y reparar huesos rotos entre otras cosas, por desgracia no elimina venenos o enfermedades del cuerpo jejejeje ya lo probé con algún prisionero de guerra.
-Yarom: En pocas palabras, una sola gota de mi sangre te sana al instante de todos los daños que haya sufrido tu cuerpo y lo mismo aplica a mí mismo, por lo que mi sangre me repara a mí mismo pero no me sana de enfermedades ni de venenos.
-Yarom: De todos modos, ese poder de sanación, es el motivo por el que considero que ya no necesito el séquito de guardaespaldas que llevaba antes, solo me he quedado con Jihdar porque es el mejor y además ya es como de la familia.
Comentó dirigiendo su mirada a su guardaespaldas personal, el cual, permaneció con un semblante serio.
-Yarom: Y también por mi hermana, si no estoy yo con ella, prefiero que sea él el que la acompañe en vez de ir sola, nunca se sabe…
-Iselia: Estoy de acuerdo contigo, el protocolo existe por algo pero aún así deberías tener cuidado… hay mucho ratero con armas envenenadas…
-Yarom: Bah… a esos puedo enfrentarlos yo mismo sin problema y mi escolta.
-Yarom: Y además, después está ese tal “nivel dos” de mi enlazador, que se trata de un nivel en el que puedo modificar mi cuerpo a placer y tener una apariencia diferente o “una forma” diferente pudiendo convertirme en un pájaro si lo deseara por ejemplo.
-Yarom: Según lo que me dijo mi enlazador claro… aún no he llegado a ese estado, pero admito que estoy deseando llegar. Comentó con entusiasmo.
-Yarom: ¡Ah! Si, antes de que se me olvide, toma, una botella de mi sangre, por si te pasa algo en algún momento. Comentó con alegría mientras se sacaba el frasco del bolsillo.
-Iselia: Gracias. Respondió cogiendo el frasco y sujetándolo en el cinturón.
-Iselia: Y ¿El tuyo? Preguntó dirigiéndose a su prima.
-Idamena: El mío se llama… me dijo que se llamaba… “Fonética cambiante” en el primer estado me permite conocer la frecuencia de resonancia que es afín a los demás solo con escuchar sus voces y adaptar mi voz para ofrecer una frecuencia o serie de frecuencias fonéticas capaces de entrar en resonancia con el oído de aquellos que me escuchan.
-Idamena: Y con eso consigo transmitir exactamente lo que quiero transmitir en cada momento, pudiendo apaciguar las revueltas solo con mi voz, convencer solo con mi voz y hasta conmover a tal punto que todos me adoren y crean en mí como si todo lo que dijera fuera verdad aunque mienta descaradamente, también lo he probado, lo de las mentiras me refiero y… funciona igualmente.
-Iselia: ¿En serio? ¿Y tú dices que necesitas aprender algo de política? ¡Si con esa cosa ya lo tienes todo ganado por lo que me cuentas! JAJAJAJAJAJAJA
-Idamena: Si pero… no me gustaría volverme dependiente de ese poder… y bueno me falta por decir que…
-Idamena: El poder de mi voz no reside en el mensaje que dé, sino en la afinidad de la resonancia fónica que hipnotiza el oído de aquellos que me escuchan quedando maravillados por mi voz.
-Iselia: ¡Anda! Y es por eso que no necesitas tampoco llevar tacones, si quieres gustarle a un chico te basta con tu voz jajajajaja ¡Que callado te lo tenías! Comentó con alegría y energía mientras la sujetaba del cuello con el brazo de forma amistosa mientras le pellizcaba un poco la mejilla.
-Idamena: ¡Auu! Quita… no seas pesada… Comentó apartando ligeramente a su prima.
-Iselia: ¡Que sorpresas me das! Si es que no se te puede dejar sola, jajajajaja.
-Idamena: Jejejeje y si… es verdad lo que dices de que podría usarlo para embelesar a cualquier chico… Comentó algo cohibida.
-Idamena: Pero de momento lo he utilizado para convencer a la gente de que valla a vivir a mi zona del Ordado... Comentó para sí misma.
-Iselia: Uy, uy… lo has dicho muy tímidamente… me pregunto… ¿Qué les habrás dicho para que acepten? ¡Llamita crepitante! Comentó acercándose amistosamente a su prima nuevamente.
-Idamena: Y… el segundo estado, ese tal “nivel dos” me permitirá crear ondas sónicas capaces de romper objetos físicos con mi voz.
-Iselia: Eso… tú cambia de tema… jajajaja.
Después de un rato hablando de los enlazadores, llegaron al castillo y ya dentro del mismo, se encontraron de frente con el rey…
-Yzuro Alumar: Hola hija.
-Iselia: ¡Hola papi! Respondió lanzándose a sus brazos.
-Yzuro: Jajajaja no te ha llegado a nada el día ¿Eh? Sigues tan enérgica como por la mañana. Comentó mientras abrazaba a su hija con cariño.
-Yarom: Y eso que nos hemos pasado la tarde jugando.
-Idamena: Por eso la llamamos Elia, porque es como el sol a mediodía, irradia energía allí por donde va jejejeje.
En ese momento la joven monarca se separó de su padre…
-Iselia: Espera… ¿Dónde está mi hermano? Preguntó algo asombrada.
-Iselia: Normalmente se cuida de no andar por ahí él solo por la noche… y si mal no recuerdo, él no pidió escolta antes de marcharse. Comentó.
-Yzuro: Sí, de eso quería hablar… a mí tampoco me consta que la pidieras tú… Respondió algo enfadado.
-Iselia: Ups… perdón… al final si le pedí a unos guardias que me acompañaran, pero es verdad que cuando salí por la puerta no me acordé… Respondió con algo de culpabilidad.
-Yzuro: Iselia… ten cuidado, te recuerdo que estamos en guerra… Respondió con seriedad.
-Iselia: Ya he dicho perdoon… Comentó con dulzura.
-Yzuro: Te he oído…
El rey inspiró profundamente y…
-Yzuro: Vale… hoy te la dejo pasar… pero ten cuidado ¿Estamos? Comentó con seriedad al final.
Su hija asintió alegremente con la cabeza…
-Isela: Pero… ahora estoy preocupada por mi hermano… no conviene que esté por la noche solo andando por ahí…
-Yzuro: Bueno haber… tu hermano no es tonto… conoce las normas y sabe que debe llevar escolta igual que tú, seguro que ya le habrá pedido a estas alturas a algún guardia que lo acompañe.
-Iselia: Si… supongo… Comentó aún algo preocupada.
-Yzuro: Estate tranquila, si llega un poco tarde es porque se lo está pasando bien jajajaja. Comentó tratando de quitarle la preocupación de la cabeza.
La joven sonrió un segundo…
-Iselia: Tienes razón, mi hermano sabe cuidar de sí mismo.
-Idamena: Oye Elia ¿Te apetece jugar a las cartas mientras esperamos a tu hermano? Preguntó con alegría.
Después de unos segundos de silencio…
-Iselia: Vale, pero os lo digo desde ya, no voy a perder. Comentó de forma enérgica y competitiva.
Una hora después, en una de las habitaciones de invitados…
-Idamena: ¡Bien! He vuelto a ganar. Comentó con alegría.
-Yarom: Jejejeje yo también he ganado unas cuantas.
-Idamena: Oye ¿Qué te pasa? Es muy raro en ti que no hayas ganado ni una... y... llevas un rato largo como... ausente… Preguntó algo preocupada dirigiendo su mirada a su prima.
-Iselia: Lo siento chicos… yo… no puedo seguir jugando… Respondió en un tono apagado enormemente extraño de ver en ella.
-Yarom: Oye, Elia, si estás tan preocupada, coge a unos cuantos guardias y ve a buscar a tu hermano, hablo en serio. Comentó seriamente.
-Iselia: ¿Y si vuelve mientras yo estoy por ahí? Puede que luego sea él el que acabe preocupado.
-Yarom: No te preocupes, si vuelve, nosotros nos quedaremos aquí y le diremos a tu hermano que fuiste a buscarlo y que espere a que vuelvas.
-Iselia: Vale, si no vuelvo en un par de horas, podéis salir a buscarme. Comentó con rotundidad.
-Yarom: Te preocupas demasiado jajajaja esto es una ciudad no una selva.
-Iselia: Quizá… pero quiero ver que mi hermano está bien y que pidió escolta, con eso me quedaré más tranquila.
-Idamena: Que la cálida brisa te envuelva, prima. Comentó a modo de despedida.
-Iselia: Que la cálida brisa os envuelva. Respondió a modo de despedida ella también.
En ese momento, salió de la habitación de invitados y se fue a la suya, donde se puso su armadura de arquero, guardó en un bolsillo el frasco con la sangre de su primo y cogió su arco y flechas.
Después de bajar por las escaleras, pidió a varios guardias que la acompañaran y se marchó en la misma dirección que vio marcharse por última vez a su hermano.
Mientras Iselia pasaba el rato con sus primos, en ese mismo trascurso de tiempo, el joven heredero fue llamando casa por casa a cada uno de sus amigos hasta que dio con todos.
(Ya era mediodía, casi por la tarde en la isla)
Aquio iba vestido con una túnica algo ligera de estilo egipcio de color negro, sencilla, con un adorno en la parte superior del pecho hasta los hombros simulando un collar y un cinturón gris de tela.
Talami iba vestida con un vestido de dos piezas de estilo egipcio de color verde que le cubría la parte de arriba hasta un poco antes del vientre y una falda que le llegaba a los pies con un cinturón de tela roja.
Y Aisha llevaba un vestido sencillo de una sola pieza de estilo egipcio, de color azul marino, también llevaba consigo un bolso con mezclas medicinales de creación propia.
Después de reunirse todos, se fueron a comer y beber algo a una taberna de la calle de las posadas y las tabernas.
Después de un rato largo en el que todos terminaron sus respectivos platos de comida, el camarero se los llevó tras pagar cada uno su parte con algunos décimos…
-Aquio: Oye tío… ¿Te ocurre algo? Llevas ya un buen rato que parece que algo te quema por dentro... me ha dado tiempo a terminar de comer y no has dicho ni una palabra en lo que va de tarde. Comentó con preocupación.
-Yiselao: Ah no… no es nada… Respondió totalmente apagado mientras le daba un sorbo a su vaso de agua.
-Talami: Oye, si algo te preocupa puedes contárnoslo, para eso somos tus amigos. Comentó con alegría mientras tomaba un vaso de zumo de naranja.
-Aisha: ¡Heey! ¡Tron! Diinos aalgo, no nos deejes a dos veelas ¡Colega! Taamo aquí pá colgaarte.
-Talami: Dirás para ayudarte…
-Aisha: GLUP!! AAHHGG!! Esso mismo he diichxo… Comentó con su voz flotante, modorra y algo desequilibrada de tono y sintaxis mientras le daba un trago largo a su gran jarra de cerveza.
-Talami: “risita” ¡Tú sí que estás colgada!
El joven heredero empezó a esbozar una sonrisa tenue que pronto se convirtió en una risotada leve…
-Yiselao: Ay… Aisha… eres el alma del grupo… está bien… os diré lo que me pasa…
-Yiselao: Estoy que hecho chispas porque me voy a una misión de negociación en la que supuestamente mando ¡Yo!
-Yiselao: Y sin embargo, tengo un padre y una hermana que no confían en mí y además mi propia hermana es una ¡MENTIROSA ASQUEROSA! Que se niega a decirme la verdad a la cara. Respondió alterado y serio.
-Talami: Entiendo…
El grupo entero se quedó en silencio unos segundos…
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