Chapter 11:
El Enlazador Definitivo
-Doloma: ¡Soldados! ¡Preparad las armas y las monturas!
-Doloma: Alquimistas de la llama y de la alquimia natural o medicinal o… como se llamen… Cojan las nuevas armas que se acaban de fabricar para vosotros.
Entonces, dos soldados mostraron desde detrás del hermano del rey, una mesa llena de armas a los alquimistas…
Las nuevas armas se trataban de unas pistolas lanzallamas fabricadas en hierro con una mecha impregnada en brea cerca del cañón fino que llevaban, que se encendía fácil y se mantenía encendida mucho tiempo o hasta que se apagara con un trapo impregnado en agua y arena.
Dicha pistola disponía de un mecanismo de inyección de gas que liberaba el gas metano de una botella que iba enroscada dentro de la culata de la pistola lanzallamas.
Al apretar el gatillo, el mecanismo de inyección se activaba y salía el gas por el cañón fino provocando una ráfaga lineal de fuego que alcanzaba los cuarenta metros durante treinta segundos continuados o tres ráfagas de diez segundos.
Luego había que cambiar la botella enroscada por otra.
La siguiente arma se trataba de unas bombas de mano fabricadas de chapa, llenas del compuesto “termita” con un núcleo aparte de nitroglicerina para provocar la explosión de la bomba y combustión del compuesto.
(Nota: En esta historia, la nitroglicerina estallará por fuerte impacto y no por temperatura ambiente o el simple movimiento de los personajes a no ser que el personaje salga ardiendo, se caiga desde varios metros de altura o reciba algún golpe severo directamente sobre los explosivos, en esos casos, sí estallarán)
Las últimas dos armas, son un traje para los alquimistas médicos que consistía en una armadura de malla sobre un traje de cuero impermeable y totalmente sellado con una máscara idéntica a la de los médicos de la peste para poder filtrar el aire y no respirar nada nocivo.
Y finalmente, unas bombas de mano fabricadas de chapa, con una mezcla de ricino y cloroformo con un pequeño núcleo de nitroglicerina para provocar la explosión sin causar daño (solo para esparcir el contenido medio metro a la redonda)
Por último, el traje de batalla de los alquimistas de la llama se había cambiado a uno completamente hecho de placas, con un cinturón con seis botes de gas a la izquierda del cinturón, un espacio a la derecha para la pistola y una bolsa con varias bombas de mano delante a la derecha.
Mientras que el traje de batalla de los alquimistas médicos, llevaba una mochila con utensilios médicos a la espalda y dos bolsas, una a la derecha y otra a la izquierda con bombas de mano y ya no llevaban el guante lanzador.
-Doloma: ¡Bien! Por fin estamos todos armados, salimos…
-Soldado: ¡Señor! Solicito permiso para hacer ciertas necesidades. Gritó con firmeza cortando la frase del hermano del rey.
Todos se quedaron mirando al soldado con recelo…
-Doloma: ¡Soldado! ¡No hay tiempo para sus tonterías soldado!
-Soldado: ¡No son tonterías señor! Si no lo hago ahora me lo hago encima. Respondió con firmeza.
El hermano del rey se pasó la mano derecha por la cara con resignación…
-Doloma: Está bien soldado… haga lo que tenga que hacer… ¡Los demás! Si alguno más quiere hacer algo que aproveche ahora.
Entonces, en ese momento, algunos soldados más se ausentaron del pelotón y el soldado que había pedido el permiso y un oficial, marcharon juntos a mear detrás de un arbusto…
-Soldado: ¿Ya ha llegado “el pago”? Preguntó con expectación.
-Oficial: Sí, llegó esta tarde, todos hemos cogido ya nuestra parte de la zona donde escondemos “los pagos” solo quedas tú. Respondió en voz baja.
-Soldado: ¡Por todas las brasas! Ya lo sabía yo…
-Oficial: ¡Shh! Ve a coger tu parte anda, ahora que estás a tiempo y llévala sin que te vean a tu habitación. Comentó con una sonrisa.
-Oficial: Y ahora en serio… tenemos que acabar con los objetivos que nos han encomendado, no podemos fallar. Comentó de forma seria.
-Oficial: También está previsto que el pelotón que sale en la próxima expedición sea el “otro grupo” perteneciente a nuestro grupo.
-Oficial: Ellos también tienen orden de acabar con sus objetivos, así tendremos un “segundo pago” más grande aún y podremos retirarnos de por vida.
-Soldado: ¿Tan grande va a ser ese “pago”? Preguntó sorprendido.
-Oficial: Muchísimo más grande, este se va a quedar en calderilla en comparación. Comentó con contundencia.
El soldado se quedó gratamente sorprendido…
-Oficial: Nos jugamos nuestro retiro, por lo que a darlo todo ¿Entendido? Comentó en voz baja pero con tono y mirada muy serias.
El soldado asintió con una sonrisa y con una mirada contundente…
-Oficial: Venga, vete a por tu parte antes de que Doloma ordene el regreso a la formación.
Después de unos minutos…
-Doloma: Bien… ahora si a nadie más le ha dado el apretón… ¿Nadie? ¿Seguro? Preguntó con recochineo.
-Doloma: Nos vamos ¡Avancen a mi lado! Ordenó mientras emprendía el paso.
Todo el ejército de Doloma formado por infantería, caballería, arqueros de entrenamiento básico, lanza-piedras desmontados en forma de carro, alquimistas de la llama, alquimistas médicos, equipo auxiliar de montaje de lanza-piedras y carros con el compuesto de las llamas solares y otros con piedras, salió por la puerta norte en dirección a Sinteriesca mucho antes de que se diera la señal de cierre de puertas, perdiéndose entre las sombras de la noche.
Mientras tanto, en esta ocasión por la noche, un poco antes de que sonaran los cuernos de Sodran, en el interior de la fábrica de armas de asedio…
-Director del templo de alquimistas: Bienvenido Romus, te esperábamos. Comentó el director a su alumno, el cual, acababa de entrar por la puerta.
-Romus Tygan: Hola, señor director ¿A qué se debe esta reunión a tan altas horas de la noche? Preguntó desconcertado.
-Director: Ahora mismo te lo demuestro.
En ese momento el director le dio un escudo al alumno prodigio de la llama, a sus otros dos alumnos y cogió otro para sí mismo…
Entonces lanzó una bomba de mano de las que llevaban los alquimistas de la llama a una roca que estaba puesta en medio del edificio.
La roca no solo se volatilizó sino que además el compuesto “termita” salió desperdigado por todos lados y fundió el suelo bajo la roca generando un cráter de llamas además de derretir los escudos de los allí presentes…
-Romus: ¡¡Por las llamas de Lesio!! ¡¿Qué ha sido eso?! Preguntó sobresaltado mientras soltaba el escudo.
-Director: Eso… querido amigo… Comentó poniéndole la mano en el hombro.
-Director: Es el proyecto “nitro” llevo desde muchísimo antes de que empezara la guerra trabajando en él.
-Director: Se trata de un compuesto que he perfeccionado durante toda mi vida, hasta que por fin, hoy… se ha hecho realidad, el compuesto se llama o lo he llamado más bien, nitroglicerina.
-Romus: ¿Nitroglicerina? Preguntó extrañado.
-Director: Sí, nitroglicerina, es un compuesto altamente inestable que reacciona a temperaturas altas o a un fuerte impacto como acaba de ver, perfecto para crear explosivos de mano. Comentó con una sonrisa perturbadora en su rostro.
-Director: Ni que decir tiene que estoy deseando enseñárselo al rey. Comentó con orgullo.
-Director: Seguro que me dobla el sueldo. Comentó con una sonrisa.
-Director: De hecho... no va a hacer falta que se lo muestre ni al rey para que me suban el sueldo, porque ya he entregado una remesa entera de estas maravillas explosivas al señor Doloma y también he fabricado en un momento, un montón de nuevos explosivos con ayuda de todos los trabajadores de aquí.
-Director: Como se suele decir por ahí, los hehos valen más que las palabras y cuando el rey haya escuchado hablar de la eficacia de estos explosivos en el campo de batalla, será él, el que venga a mí y no al revés.
-Director: Mi aumento de sueldo está garantizado… jajajajaja.
-Director: También me he tomado la libertad de crear otro tipo de explosivos, por ejemplo, unas bombas de ricino y cloroformo para probar haber que tal funcionaban.
-Director: llevamos parte de la mañana y todo el mediodía trabajando a destajo, metiendo dentro de las bombas básicas de nitroglicerina que teníamos, el ricino, el cloroformo y el compuesto de ese tal Aquio... y luego hemos probado algunas...
-Director: ¡Y funcionan bien! Gracias a la nitroglicerina todo se esparce mucho mejor sin contar con la potencia explosiva que tiene. Comentó poniendo una cara de satisfacción total casi demente.
-Director: Y bueno, el equipo que se encarga de hacer botellas de gas a presión también fabricó un buen número de botellas con tu gas para los nuevos lanzallamas y también funcionan bien, tanto los lanzallamas como el gas, pero eso era de esperar, por algo eres un prodigio. Comentó sonriente.
-Romus: Gracias... Respondió aún con la sorpresa en el cuerpo del arma de su maestro.
Romus no daba crédito aún a lo que acababa de ver…
-Romus: Pero cómo… ¿Cómo ha logrado fabricarlo?
-Director: Jejejeje te lo explicaré con el tiempo, pero antes, te presento a mis ayudantes, colaboradores principales en la creación de la nitroglicerina, son dos prodigios de la alquimia como tú.
-Director: Te presento a Weddra y a Rickel, alquimista médica/natural y alquimista de la llama respectivamente.
-Romus: Reconozco los uniformes director… Respondió con tono condescendiente.
-Weddra: Ah… ho… hola… Se acercó tímidamente la alquimista médica, la cual, era una chica de piel un poco morena, 1,58 m de altura, de 18 años, con unos pechos y caderas un poco abundantes para su estatura, vestida con el uniforme verde que ya conocemos pero de una sola pieza y cubriendo todo su cuerpo, de pelo negro, largo y peinado en forma de trenza que la dejaba caer sobre su pecho, ojos marrones y con pecas en su dulce rostro de pan.
-Romus: Romus Tygan, encantado de conocerla, señorita. Comentó poniendo una sonrisa seductora mientras le cogía la mano a la chica y le daba un beso en ella.
-Weddra: …
La alquimista se sonrojó mientras trataba de mirar hacia otro lado pero dirigiendo una sonrisa de reojo al prodigio de la llama que tenía ante ella…
-Rickel: Bueno señor director… parece que nos hemos quedado solos por momentos…
Comentó molesto un chico de piel un poco morena, 1,75 m de altura, de 20 años, delgado pero fibroso, con el uniforme de los alquimistas de la llama, de pelo completamente negro peinado como si de llamas se tratara, de ojos marrones oscuro y con unas ojeras enormes.
-Romus: ¡Ah! Sí, disculpa… ¿Dónde están mis modales? Romus Tygan, encantado…
-Rickel: Bah, bah, bah… déjate de complacencias… a buenas horas me vienes a saludar… Respondió con desprecio.
-Director: ¡Rickel! Comportate por favor…
-Romus: Tranquilo director, sé tratar con niños pequeños con cuerpo de adulto. Respondió con soberbia.
-Rickel: Vaa… mira el novato… si va de sobrado y todo… Volvió a responder con desprecio mientras se daba la vuelta retirándole la mirada.
-Director: Vale… ya está bien…
-Director: Bueno pues… ya los conoces…
-Romus: Si… eso parece… jejeje… Comentó con una sonrisa cómplice.
-Director: Te comento, yo soy el jefe del proyecto nitro y ellos son mis ayudantes y juntos somos el equipo nitro.
-Rickel: Y ya le he dicho varias veces que es un nombre muy poco original… por lo que puedes ahorrarte el comentario…
-Director: ¡Rickel! Por favor… Comentó haciendo un gesto de molestia con la cabeza.
-Director: Bien pues… haber… Weddra lleva cuatro años trabajando a mi lado y Rickel lleva tres.
-Director: Todos los proyectos encargados a ellos fueron ideas originales mías, pero cabe destacar su esfuerzo, sin ellos me habría llevado mucho más tiempo terminar este trabajo.
-Romus: Ehm… pero aún no lo entiendo… ¿Qué pinto yo aquí?
-Director: Pues que quiero que seas uno de mis nuevos ayudantes y pertenezcas al grupo, te iremos dando los detalles de nuestro trabajo sobre la marcha.
Romus se quedó sorprendido durante unos segundos y luego…
-Romus: Valla… no me lo esperaba… gracias señor ¿Cuánto cobro? Preguntó con una sonrisa.
-Director: Jajajajaja, lo mismo que los demás, la mitad de lo que me paguen a mí.
-Romus: Bueno, entonces trabajemos para que le doblen el sueldo. Comentó animado.
-Director: Así me gusta, con entusiasmo, vamos, ven conmigo, te voy a enseñar los detalles de los proyectos en los que estamos trabajando.
Y justo cuando le iba a llevar a una habitación a enseñarle los detalles de los proyectos…
De repente, se escuchó por toda la ciudad, los cuernos de Sodran haciendo la llamada de alerta y de cierre de puertas…
-Director: ¡¿Qué?! ¿Qué ha pasado? ¿A qué viene ese alboroto? Preguntó con preocupación mientras todos se dirigían juntos ahora hacia la puerta de salida.
Mientras tanto, durante esa misma noche, un Halcón llegaba a Pentano, una ciudad encima de una montaña dividida por dos murallas, la muralla exterior y la muralla interior con forma de “U” estando al norte el castillo.
Dentro de la muralla exterior, nos encontramos en la parte final de la muralla al noroeste, la central de presión de gas, de calefacción y de distribución de agua que ya conocemos, la cual, extraía agua potable del subterráneo mediante turbinas a vapor.
A mayores de todo lo comentado, dicha central de suministro a presión, también contaba con un sistema de envío de agua de mar a presión.
Es bien cierto que el mar no estaba al lado de Pentano, pero tampoco se encontraba demasiado lejos, tan solo a unos kilómetros, por lo que se hizo una mega construcción de tuberías.
Unas para succión, las cuales, estaban colocadas de tal forma que el agua, entrara en la central de forma natural, sin esfuerzo mecánico, pero aún así, la central contaba con una enorme turbina de succión a vapor que atraía el agua de mar hacia el tanque de contención del agua de mar.
Por otro lado, estaban las tuberías de desecho, que estaban colocadas de la manera inversa, inclinadas hacia el mar para que cayera el agua de forma natural de la ciudad al mar con su correspondiente turbina también.
La central se encargaba de enviar esa agua de mar almacenada a presión a cada edificio de la ciudad que contratara el servicio de agua potable por lo que este servicio se incluía en el precio.
Esta agua de mar no potable se usa principalmente para los retretes de la ciudad.
Aunque la central de presión se encontraba en la muralla exterior, dicha central, tenía su propia muralla de protección que era de piedra y acero.
Y además, era el doble de gruesa que la muralla exterior.
También tenía soldados de Maes por todos lados custodiándola además de cañones de vapor que se encontraban en reposo (puesto que no estaban recibiendo presión de vapor) encima de la muralla, los cuales, se utilizarían para defender la central en caso de ataque.
Los cañones de vapor que estaban colocados por toda la muralla exterior eran unos cañones que dependían de que la central les enviara presión de vapor para funcionar, su mecanismo consistía en meter la bala en el cañón y disparar con la presión del vapor de agua como motor impulsor de la misma.
La presión de dichos cañones tardaba alrededor de dos segundos en reponerse por lo que se podía disparar una bala de cañón a la máxima potencia cada dos segundos.
Dichos cañones también tenían un sistema auxiliar de presión de vapor en el caso de que la central de presión tuviera algún problema.
La muralla interior también dispone de estos cañones.
Dentro de la muralla exterior de la ciudad también se encontraban las tiendas, casas, y tabernas de la ciudad, colocadas de tal forma, que en el sur se encontraban las viviendas, tiendas y posadas, en el oeste un poco más abajo de la central de presión, nos encontramos con las diferentes fábricas industriales de todo tipo (fábricas textiles, de trabajo del metal, aserraderos, fábricas de armamento militar…) A las que los ciudadanos iban a realizar sus trabajos en cadena, trabajos como la fabricación de armas, herramientas, ropa... entre otras cosas.
En el mismo sitio que las empresas de fabricación en cadena, también se encontraban los bares que daban de comer y beber a los trabajadores.
Finalmente, al este, nos encontramos las escuelas, universidades y biblioteca.
La calle central en forma de “u” estaba asfaltada con un alquitrán creado a partir de brea y piedras, en dicha calle había señales de tráfico de límite de velocidad para los carros de vapor que circulaban por la carretera principal.
Por cada manzana de casas o fábrica, había una zona de aparcamiento para carros de vapor y justo saliendo por la puerta sur y por la puerta este de la muralla exterior, se observaba una zona de vías al lado de la carretera asfaltada, las cuales, habían sido creadas para que el tren de vapor de pasajeros, llevara a los ciudadanos de Pentano a la ciudad de Lajous y a la capital, Tácigo.
En la muralla interior, al norte de la ciudad, nos encontramos al oeste de dicha muralla, los centros de entrenamiento militar, al sur, el garaje o almacén de acorazados y maquinaria de combate y al este la estación del tren de vapor.
En el centro, nos encontramos una plaza para pasear con una estatua en el medio de la misma, que conmemora la imagen de Romto Ánquima, el bisabuelo del actual rey de Maes.
Una estatua de un señor mayor de pelo hasta los hombros algo ondulado y alborotado, con gafas y rostro algo arrugado, en la que se le veía con unas vestimentas de pantalones de tela con botas de cuero altas, camisa y una chaqueta de botones de estilo colonial.
En la placa colocada a los pies de la gran estatua de seis metros se podía leer la frase “El legado que dejo a mis hijos, es el vapor” haciendo referencia a que él fue el inventor de esa tecnología.
Finalmente al norte de la muralla interior, se encontraba un enorme castillo cercado por una muralla reforzada y armada al máximo, preparada para detener cualquier ataque enemigo.
En dicho castillo, vivía el gobernante de la ciudad, el castillo estaba construido de piedra con una arquitectura gótica con vidrieras en las ventanas y formas creadas más para ser una obra de arte de gran belleza y lujo que pasa ser una fortaleza inexpugnable.
Dicho castillo, tenía una salida subterránea hacia el norte en la que tenía su propia locomotora de vapor preparada para la huida en caso de ser necesario.
En la entrada del castillo se veían dos banderas ondeantes con el símbolo de Maes.
Todas las casas y edificios de la ciudad (como en la mayoría de las ciudades de Maes) estaban construidos en madera, salvo el castillo y las murallas debido a que era el material más barato por ser abundante.
La maquinaria de las fábricas y la maquinaria bélica, además de las calderas, se fabricaban en hierro.
La muralla interior también disponía de una puerta sur y este con un lado de vías para que saliera el tren y otro de asfalto para los carros de vapor y los acorazados de combate.
Mientras la gente paseaba por las calles nocturnas de la ciudad con sus vestimentas de tela y cuero de estilo de la revolución industrial y victoriana, el halconero de Pentano, un joven de 23 años, de piel blanca, pelo castaño corto tapado por la gorra, ojos verdes, de 1,68 m de altura, vestido con una camisa blanca, pantalones de tirantes marrones y gorra, se acercó corriendo al castillo custodiado por los mosqueteros de Pentano…
-Mosquetero: ¡Alto! ¡¿Quién va?!
-Halconero: Soy Sasge, el halconero, tengo un mensaje urgente para la gobernante Belina Ánquima.
Entonces, los mosqueteros le abrieron la puerta metálica, la cual, se abría montada en unas vías corriendo la puerta de lado a lado usando un motor de vapor para ello. La puerta estaba algo enterrada para dificultar que los enemigos la tiraran abajo a golpes.
El interior del castillo estaba formado por un gran hall de entrada, que se usaba principalmente para hacer bailes, en el que había un piano a la izquierda al fondo.
En el centro, había una enorme moqueta que tapaba a la perfección la salida subterránea secreta de huida, la cual también disponía de una zona de almacenaje del tesoro para los líderes que habitaran el castillo.
En el techo de la sala, había varios candelabros de lámparas de gas, también había lámparas de gas en las paredes iluminando el gran hall de entrada.
Los enormes ventanales vidriosos de la planta baja dejaban entrar perfectamente la luz de la luna y a la izquierda del hall, nos encontramos una escalera que iba a la primera planta, en la que se encontraba un enorme pasillo recto y las habitaciones de los sirvientes y de invitados a lo largo de este, además de una habitación a la izquierda nada más entrar, que daba a la lavandería del castillo, la cual, se trataba de una habitación llena de lavadoras que funcionaban a vapor.
Todas las habitaciones de los sirvientes y de invitados de esta planta, tenían tres salas separadas, una era la sala de la cama de matrimonio al fondo con sus dos mesitas de noche y con una ventana de vidrio, otra estaba a la derecha nada más entrar por la puerta y se trataba de un cuarto de baño con lavabo, retrete y ducha de agua potable y a la izquierda estaba el dormitorio de literas, todos ellos con iluminación de gas y calefacción de vapor de agua con un pequeño pasillo en medio de las tres salas.
A la derecha del hall de entrada, nos encontramos la gran cocina del castillo y al fondo de la cocina, una puerta que daba a un gran comedor para sirvientes, un comedor con iluminación de gas, calefacción de vapor y ventanas pequeñas de vidrio en el que había una serie de dos columnas y cuatro filas de mesas conjuntas dispuestas para comer.
En el centro, al fondo del hall, nos encontramos la entrada al comedor de los señores o de la nobleza, una gran sala llena de mesas individuales a los lados adornadas cada una con un precioso mantel y centro de mesa, también había una gran mesa redonda central.
La sala estaba iluminada por la luz de la luna que entraba por sus enormes y preciosos ventanales de vidrio de colores y por varios candelabros de gas y lámparas de gas, también tenía calefacción de vapor.
Finalmente, al final del pasillo de la primera planta, nos encontramos una escalera que da a la segunda planta, en la que se encuentran las habitaciones de lujo del castillo, en donde normalmente dormían los invitados más selectos o los miembros de la familia real, las cuales disponían de su propia bañera enorme de masaje por vapor, lavabo, retrete, con una cama grande de matrimonio cada una, un gran ventanal de vidrio de colores, grandes armarios, espejos de cuerpo entero... entre otros detalles además de los servicios básicos y materiales de la más alta calidad y presencia.
La habitación del fondo del pasillo a la izquierda, se trataba de la habitación del gobernante.
Los mosqueteros y el halconero pasaron a través de todos los pasillos del castillo hasta llegar a dicha habitación…
-Mosquetero: ¡Señorita gobernadora! Abra, es urgente… Comentó con cierta incomodidad de tener que molestar a su jefa.
-Gobernadora Belina Ánquima: Pasen, está abierto. Comentó.
Al abrir la puerta, se encontraron con la gobernadora sentada con las piernas entrecruzadas ante su escritorio, la cual, acababa de girarse hacia la puerta.
-Gobernadora Belina Ánquima: ¿Qué queréis a estas horas de la noche? ¿No veis que tengo trabajo? Aún tengo que organizar la lista de mercenarios de Sodran que hemos fusilado por haber atacado hoy nuestras murallas. Comentó molesta.
La gobernadora era una chica de 20 años, de 1,72 m de altura, de piel blanca, ojos verdes, pelo liso, largo, de color negro con mechas castañas peinado con el flequillo hacia la derecha y recogido por la izquierda, en esta ocasión iba vestida con una falda negra que le llegaba a un poco por encima de la rodilla, una camisa blanca con un pañuelo de volantes en el cuello de color negro y una chaqueta apoyada sobre los hombros de color violeta por fuera y rojo por dentro, finalmente, por debajo de la chaqueta que llevaba a los hombros, llevaba otra chaqueta de color verde en la zona del pecho y negra en la zona de las mangas y parte del cuerpo.
-Mosquetero 2: Lamentamos haberla molestado pero… el halconero afirma tener una carta importante y urgente que solo puede entregar en mano a su destinatario. Comentó con seriedad.
El halconero sacó la carta con el sello de Sodran y se la dio a la gobernadora…
-Belina: ¿Una carta de Sodran? Qué cosa más rara… Comentó extrañada y sorprendida a la vez.
La joven gobernadora no se demoró un segundo en acercarse para abrir la carta y empezar a leerla…
-Belina: ¿Una negociación de paz? ¿En Lajous? ¿El día de mi cumpleaños? Comentó en voz alta desconcertada.
-Mosquetero: ¿Ocurre algo? Preguntó con curiosidad.
-Belina: El enemigo ha accedido a tener una negociación el día de mi cumpleaños en Lajous para terminar con la guerra según dicen…
-Belina: Por suerte es Yiselao el que la manda, alguien que hasta ahora no ha querido participar ni saber nada de la guerra, lo que significa que cabe la posibilidad de que sea cierto, si no la enviara él, desconfiaría mucho más de lo que ya desconfío. Comentó.
-Belina: Aún así, no hay que descuidarse… puede ser una trampa igualmente. Comentó con seriedad.
-Halconero: ¡Guau! Qué buena noticia para el Treguelio actual, está claro que las noticias vuelan, jejejeje.
Todos se quedaron mirando al halconero con cara de molestia…
-Halconero: Las noticias… vuelan… porque las enviamos en halcones… jejejeje ¿No lo pillan? Preguntó con timidez al ver que su chiste no había tenido gracia.
-Belina: Le doy un consejo… siga trabajando de halconero… está claro que el humor no es lo suyo… Respondió de forma condescendiente.
-Mosquetero 1 y 2: Jajajajaja.
-Halconero: Jejejeje muy bien visto.
-Halconero: Bien pues… continuo con mi trabajo, gracias por su atención y con su permiso, emprendo la marcha. Se despidió con una reverencia.
-Belina: Emprenda pues la marcha.
-Halconero: Igualmente.
-Mosquetero: Nosotros también emprendemos la marcha, señora.
-Belina: Igualmente, soldado, emprendan pues la marcha. Respondió con una sonrisa.
Mientras tanto, esa misma noche, en algún lugar de la isla, en medio de un claro con algunos árboles alrededor, dos hombres y una mujer vestidos con ropa de la época victoriana, uno de piel blanca, de pelo negro rizado, ojos marrones, dientes afilados y de treinta años.
Otro hombre de de piel blanca, con orejas y cola de gato, ojos negros cubiertos por una tela negra, pelo rubio liso peinado hacia atrás y de veintiocho años.
Y una chica de piel blanca, con orejas y cola de gato, que parecía tener 16 años pero que en realidad tenía 20 años, de ojos negros pero sin ocultar, de 1,52 m de altura, de pelo blanco/plateado y liso por la parte del flequillo, el cual, estaba peinado hacia adelante y con otro tipo de pelo algo extraño de color plateado/oscuro, brillante, peinado hacia atrás en forma de rectángulos, el cual, no brillaba en estos momentos, vestida con una camisa, falda y guantes blancos los cuales le llegaban hasta un poco después del codo mientras que la falda le llegaba hasta bastante antes de la rodilla, siendo esta última, algo corta, con medias negras algo brillantes y un corsé marrón además de zapatos normales y cómodos de color marrón.
En estos momentos, todos ellos se pararon en medio de un claro en campo abierto iluminado por la luna y rodeado de algunos árboles...
-Capitán del escuadrón: Darotria… no sé qué crees que estás haciendo pero… no vas a salirte con la tuya y tampoco vas a escapar de nosotros. Comentó el hombre de los dientes afilados.
-Capitán del escuadrón: ¡Dinos ahora mismo dónde guardas los enlazadores que has robado y quizá seamos clementes contigo!
-Darotria: Ja... no os diré nada ni aunque me torturéis. Comentó de forma soberbia.
-Soldado del escuadrón: Somos dos y además estamos más entrenados, solo fuiste capaz de matar a tu compañero de equipo porque le pillaste por sorpresa, que te quede claro. Recalcó el hombre de ojos negros vendados.
-Darotria: Capitán Karsh… no me voy a entregar… y mi único interés es hacerme rica vendiendo los enlazadores a toda la gente de esta isla y vivir aquí por el resto de mis días.
-Darotria: ¡Es el negocio del siglo! Comentó con entusiasmo.
-Karsh: ¡No seas estúpida! Sabes que no nos está permitido interferir de ninguna manera en las islas que visitamos y menos cuando se trata de islas subdesarrolladas.
-Karsh: Nosotros hemos venido en busca de Goher y cuando lo encontremos, las órdenes son destruirlo o encerrarlo y volver, no nos está permitido lanzar un ataque contra la gente de la isla y no nos está permitido interferir de ningún modo.
-Karsh: Y por supuesto ¡Tampoco nos está permitido vender cosas de nuestra isla aquí!
-Karsh: Además ¿Qué pretendes? ¿No ves que la gente de esta isla no está preparada para usar estas herramientas? No tienen los conocimientos necesarios, necesitan entrenamiento.
-Karsh: Necesitan controlar la cantidad de energía que ofrecen de sus impulsos eléctricos, si se pasan de la raya, pueden verse afectados muy negativamente.
-Karsh: Desde quedar agotados hasta recibir heridas graves o directamente morir si se pasan mucho de la raya. Explicó furioso.
-Karsh: No es fácil, tienen que conocerse bien a sí mismos y saber controlarse, sobre todo los que tienen enlazadores poderosos.
-Darotria: Claro, tú lo has dicho Karsh… “no os está permitido vender cosas” a vosotros… Respondió ignorando la pregunta y la explicación final.
-Karsh: ¡Capitán Karsh! Para ti, recluta...y las normas son para todos. Respondió enfadado.
-Darotria: No, señor Karsh… sólo son… para vosotros… Respondió mientras se quitaba la placa de explorador del pecho de su corsé de cuero y la pisoteaba, rompiendo el localizador de la placa.
Karsh y el soldado que lo acompañaba se quedaron unos segundos paralizados ante lo que acababan de ver, aún no se podían creer que estuvieran tan ciegos ante la clara traición que habían presenciado y tampoco daban crédito a no haberse dado cuenta antes.
Entonces, mientras estaban absortos en la conversación, sin darse cuenta, el grupo entero fue rodeado por unos hombres armados con mosquetes de vapor que se ocultaban tras los árboles...
En ese momento, la joven traidora vio a alguien moverse, dándose cuenta en ese momento, de que estaban rodeados, al ser capaz de ver claramente como si fuera de día gracias a la modificación genética de sus ojos, en ese momento, podía ver claramente a todos los que se movían entre los árboles con sus ojos felinos, por lo que dio un salto de doce metros de longitud a una velocidad extraordinaria en dirección a un árbol cercano para escapar del peligro.
-Soldado del escuadrón: ¡Capitán cuidado! Gritó el soldado al darse cuenta también de la presencia del enemigo, tratando de cubrir al capitán con su cuerpo para evitar su muerte a manos de los mosqueteros.
Se trataba de un ejército de mosqueteros que dispararon a matar y a bocajarro con todo lo que tenían incluso contra la chica.
Los dos hombres murieron en el acto bajo el aluvión de balas mientras que la chica consiguió escapar gracias a su velocidad de reacción y a que era de noche y sólo se veía con relativa claridad allí donde estaban, en el claro iluminado por la luna…
-Darotria: Uff... me he librado por los pelos... Comentó para sí misma mirando desde cierta distancia al claro subida a la rama de un árbol.
Mientras tanto, en el medio del claro...
-Mosquetero: ¡Señor Alfred Adre! Se nos ha escapado uno de los que estaban en el grupo.
Comentó un mosquetero dirigiéndose a un hombre de sesenta años, de piel albina casi como si estuviera muerto, de 1,76 m de alto, de cuerpo esquelético hasta el punto que se le marcaban los huesos de la cara, de pelo largo, canoso, completamente desalineado, vestido con una camisa blanca de tela, una chaqueta negra y pantalones negros de cuero, una capa que llevaba sobre los hombros de color negro con adornos parecidos a engranajes, la cual, iba abrochada en el centro, también llevaba gafas, un sombrero negro, una espada ropera y una daga con las empuñaduras tapadas por la chaqueta en este momento.
-Alfred Adre: No pasa nada… ya nos lo volveremos a encontrar… quitarles esos objetos raros, pues misterios debemos de desentrañar… Comentó con su voz áspera y seca habitual salida de sus finos y pellejudos labios.
Entonces, los mosqueteros se pusieron a rebuscar entre los dos cadáveres y les quitaron los collares de traducción y al capitán Karsh le quitaron dos escamas extrañas que tenía unidas a la cadera.
Mientras que al soldado le quitaron una especie de resortes que tenía en los pies.
Ambos objetos dejaron de brillar en cuanto fueron arrancados de los cuerpos de sus respectivos dueños…
-Mosquetero: ¡Aquí los tenemos, señor!
Los mosqueteros mostraron los objetos a Alfred Adre y…
-Alfred Adre: Bueno… es bien hallado que esta vez… sus objetos no son maíz tostado, mas de todos modos no debemos desestimar su poder, pues siguen siendo objetos extraños a mi parecer… buen trabajo…
-Alfred Adre: Acabaremos con todos los que enlazadores lleven, pues desde que llegaron a la isla, solo tribulaciones acontecen… y no dejan de entrometerse… hasta el derecho a sí mismos concederse, de repartir sus herramientas entre la gente como pan al indigente…
-Alfred Adre: ¡Como si no tuviéramos suficiente con la guerra entre Maes y Sodran que a día de hoy acontece! Para tener que lidiar también con indeseables visitantes, con sus objetos extravagantes.
-Alfred Adre: Es como si la providencia actuara de tal albedrío, que deseara que la guerra derramara más sangre al río… Comentó con su voz áspera y seca habitual.
-Mosquetero: Tuvimos suerte de que en al menos una ocasión, pudimos capturar a uno e interrogarlo antes de ejecutarlo para saber lo que eran estos objetos y porqué están ellos aquí.
-Alfred Adre: ¡Par diez! ¿De verdad alguien se cree ese cuento de Goher? Es bien sabido que el valor ese bellaco jamás ha sentido y lo único en lo que coincido, es en que el pellejo quería salvar ante lo desconocido…
-Adre: Pues si en verdad existiera algo tan horriblemente poderoso, aquí donde nuestros pies siempre han residido… y si su poder fuera realmente tan ostentoso, entonces ya lo habríamos percibido.
-Adre: Bueno… en cualquier caso… da igual… al menos fue sincero con lo de los enlazadores… esos sí existen y con ellos reclamaron nuestras atenciones.
-Adre: Un objeto… que se une al cuerpo de forma directa… solo si el usuario quiere utilizarlo de forma concreta y siempre que este se comprometa…
-Mosquetero: Un objeto… que se une al “sistema nervioso” y se “enlaza” con éste… quedando incrustado en el cuerpo… Comentó para sí mismo recordando lo que dijo el tipo al que interrogaron.
-Adre: Pero… ¿Qué es eso de “sistema nervioso”? ¿Algún tipo de juego engañoso para ocultarnos la verdadera forma de su uso? Perdonad, estoy algo confuso ¿Podrías recordarme su discurso? Preguntó a su soldado.
-Mosquetero: Claro señor, pero, por desgracia, no tengo respuesta a su primera pregunta, solo comentaba para mí mismo lo que nos dijo ese tipo al que interrogamos, tratando de encontrar sentido a esa misma frase precisamente.
-Mosquetero: Pero ya que lo pide, le recordaré lo que dijo.
-Mosquetero: Ese tipo dijo, que el enlazador se “enlaza” él solo usando para ello su “energía de carga” haciéndola fluir a través de los “impulsos eléctricos” del “sistema nervioso” del cuerpo y que dichos impulsos también fluyen a través de la energía de carga y así queda “enlazado” según ese tipo…
-Adre: Energía de carga… estos objetos por lo visto tienen una energía con la que se unen a sus dueños… pero aún hay algo que no me encaja… pues objetos como estos solo existen en los sueños.
-Adre: “Impulsos eléctricos” De dicha frase ni siquiera sabemos el significado ¿Acaso están hablando en un lenguaje modificado? “eléctrico” ¿Qué es? ¿Qué significado nos merece? ¿De verdad tenemos eso que dice?
-Adre: ¿Tenemos algo que nos “mueve” aparte de la sangre? Preguntó echando un vistazo a su huesuda mano derecha.
-Mosquetero: Valla usted a saber… esa gente es muy rara… y dice cosas muy raras…
-Mosquetero: El tipo al que interrogamos dijo también… que el enlace de las dos energías, de los impulsos y de la energía de carga, era “la primera ley” de los enlazadores, la ley de enlace, que se basaba en que una energía siempre fluye a través de la otra y viceversa provocando el enlace…
-Mosquetero: Y gracias a esta ley, no solo pasa el enlazador a formar parte del cuerpo del propio usuario, sino que además, le pasa toda la información de uso y de cómo se debe hacer para aumentar su poder aunque este usuario no sepa ni lo que es un enlazador…
-Mosquetero: Dijo que toda esa información, va a parar al cerebro del usuario de forma directa en el momento en que ambas energías se unen y fluyen una a través de la otra… dijo también que “habían sido creados con esa función informativa inmediata”
-Adre: Eso complica las cosas… pues si las herramientas te dicen cómo usarlas… entonces no es necesario talento ninguno… lo que hace que cualquier paleto ovejuno pueda usarlos sin error alguno… hmm…
-Mosquetero: Ese es el problema… parece que, al menos, las cosas básicas que se pueden hacer con estas cosas, son sencillas, por lo que… como se corra la voz, todo el mundo querrá uno…
-Adre: Y eso sería una demencia intolerable, pues no puede haber orden sin una jerarquía controlable y dichos objetos podrían volver la política inestable.
-Mosquetero: Pues espere, señor, que me acuerdo de más cosas.
-Mosquetero: Ese tipo dijo que la segunda ley de esos objetos a los que llaman enlazadores, es la ley de “sobrecarga” otra palabreja rara… y según él, ocurre que al usarlos, los enlazadores se van sobrecargando a sí mismos acumulando esa energía de carga suya, en función de la energía que absorben de los “impulsos eléctricos” energía, que al parecer, necesitan para funcionar, generando residuos de su propia energía de carga cada vez que se hace uso de él.
-Mosquetero: Lo cual, al parecer, hace que aumente el flujo de energía de carga que fluye por el “sistema nervioso” ese que dicen también que tenemos, pues según él, el enlazador llega un momento en que se deshace de su energía acumulada, haciendo que fluya también por el sistema nervioso, obligando así, al sistema nervioso, a aumentar su cantidad de energía ofrecida al enlace por culpa de la primera ley tratando así de igualarse siempre con la energía de carga.
-Mosquetero: Y esto, según dijo ese tipo, ocurre solo cuando el enlazador es incapaz de acumular más energía de carga, en ese momento es cuando hace que esta fluya obligando al sistema nervioso a dar más de sí mismo y esto solo pasa, si el enlazador se usa durante un periodo largo de tiempo, por lo que según él, es algo normal dentro de los enlazadores que acaba pasando tarde o temprano de forma natural… si es que a esto se le puede llamar natural…
-Mosquetero: También dijo, que después de ocurrir esto, el que lo usa, podrá usar “habilidades” más avanzadas y todo, por el simple hecho, de que la energía que fluye tanto la de carga, como la de los impulsos nerviosos, es más fuerte y más intensa.
-Mosquetero: Lo que hace también, que el dueño de este objeto, esté aún más unido a su enlazador, pero lo importante en éste caso, es que al parecer, solo con usarlo ya es suficiente para aumentar el poder, o al menos, mejorar las cosas que se pueden hacer con estos objetos.
-Adre: Uff… me estalla la sesera con tanta verborrea majadera…
-Mosquetero: Ya… pero está bien que sepamos a qué nos enfrentamos ¿Puedo proseguir?
-Adre: Adelante, soldado, hágame recordar lo que he olvidado o quizá… hasta ignorado.
El mosquetero asintió con la cabeza y continuó hablando…
-Mosquetero: Dijo también, que el hecho de que absorba energía de los impulsos nerviosos hace que el usuario se canse al usar el objeto en cuestión, por lo que al parecer solo se puede usar un número limitado de veces al día en función de lo bien que lo manejes o algo así… en eso no especificó mucho…
-Mosquetero: Quizá sea como todo y haya gente que sea mejor usándolo… o solo sea cuestión de fortaleza física o de ambas… quién sabe…
-Mosquetero: Finalmente, la última norma que comentó fue la ley del choque de cargas, la tercera ley de los enlazadores.
-Mosquetero: Que según él, lo que ocurre, es que cuando el que usa el enlazador, fuerza al enlazador, a que la energía de sus impulsos nerviosos pase de golpe a través suyo, sin dar ninguna orden, este, al no estar preparado para absorber la energía, trata de expulsar esa energía como puede para estabilizar la unión de energías de nuevo.
-Mosquetero: Mezclando dicha energía, con energía de carga pura, la cual, será liberada de golpe en forma de choque de energía.
-Mosquetero: El tipo ese dijo que ese choque se podía lanzar con cualquier parte del cuerpo y que equivaldría en coste de energía, al uso de una habilidad del enlazador por lo que a veces no sale rentable hacer eso, pero a veces se usa por la necesidad de hacer un movimiento rápido que no requiera de una orden.
-Adre: Un ataque rápido… interesante…
-Mosquetero: También dijo que por culpa de la primera ley, no se pueden usar dos enlazadores a la vez, porque no es posible que dos energías de carga diferentes fluyan al mismo tiempo a través de un solo sistema nervioso porque este último sería incapaz de hacer que su “energía eléctrica” fluya de igual modo a través de los dos.
-Mosquetero: Por lo que, según ese tipo, debido a eso, cada persona solo puede llevar uno.
-Mosquetero: También comentó algo de que el enlazador solo puede volver a funcionar con otra persona si su anterior usuario muere o le arrancan la parte del cuerpo en la que se encuentra el enlazador.
-Mosquetero: En otras palabras, solo puede funcionar con otras personas si pierde “el enlace” con su antiguo propietario según ese tipo, eso también incluye algunas herramientas que mencionó como “separadores de energías” pero creo que nosotros no tenemos de eso…
-Mosquetero: Las órdenes según ese tipo, se dan diciendo la palabra “enlazador seguido de la función” Palabras textuales.
-Adre: ¿Función? ¿Se refiere a un circo o actuación?
-Mosquetero: No lo sé… supongo que ese es el “nombre” que le ponen a las cosas que pueden hacer estos objetos.
-Adre: Entiendo…
-Mosquetero: Pues dicho eso, sigo comentando lo que nos dijo, el tipo ese comentó que, después de dar una orden, el enlazador se queda con esa orden fija y puedes usar dicha función sin tener que mencionar la orden una y otra vez hasta que dices algo así como “enlazador detención” o “enlazador para” o también si das una orden nueva, supongo que estas cosas son las que te dice el propio enlazador cuando lo usas.
-Mosquetero: Y eso es todo lo que recuerdo que dijo.
-Mosquetero: Ah sí, por último y a modo de anécdota, nos dijo que había una manera de “hacerse uno” con el enlazador pero que requería de un proceso artificial del que poca gente salía viva, razón por la que normalmente la gente no solía hacer dicho proceso.
-Mosquetero: Y eso fue todo lo que dijo y también que hay solo dos tipos de enlazadores, los que alteran cosas externas al usuario y los que modifican al propio usuario o algo de éste.
-Adre: Si, ya empiezo a recordarlo… habló de cosas aberrantes que me llevaron a tener pesadillas incesantes… por eso supongo que no quería memorizarlo… pero bueno… trataré de no volver a olvidarlo.
-Adre: Guardad los enlazadores y los collares que traducen a nuestra lengua… ahora lo que apremia es llegar a Tácigo, andando, que nos queda aún alguna legua.
-Adre: Tenemos un misterio que descubrir… y si llegamos tarde ni las puertas nos van a abrir ¿Por qué está toda la ciudad contaminada? Esa es la pregunta más acertada.
-Adre: ¡Andando!
Entonces, tras decir esto, el grupo se puso en marcha hacia Tácigo.
Mientras tanto, en la isla de Ergenia, en un emplazamiento militar con varias mesas de ordenadores, operarios y una televisión gigante delante de todos…
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